La vacuna contra el virus del papiloma humano reduce la incidencia y mortalidad de la enfermedad.
El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte oncológica en las mujeres venezolanas, los registros médicos de incidencia indican que pudiera escalar a ser la primera causa de mortalidad por cáncer como consecuencia de la interrupción de los programas de despistaje durante la pandemia.
En el 2021 hubo un repunte de incidencia a 5.293 casos y se produjeron 1.945 muertes por cáncer de cuello uterino. Las edades donde se registró la mayor incidencia fue de 35 a 44 años, con 1.470 casos, (356 fallecimientos) y de 45 a 54 años con 1.438 casos (472 muertes), de 55 a 64 años con 889 casos (399 muertes). De 65 a 74 años el registro indica que hubo 451 casos (269 decesos), y en el grupo de más de 74 años se registraron 164 casos (295 fallecimientos). Resalta también que la incidencia comienza entre las edades de 15 a 24 años, donde se registraron 84 casos y 11 fallecimientos en 2021, y de 25 a 34 años se registró una incidencia de 797 casos con 143 muertes.
Los estados con mayor tasa de mortalidad son: La Guaira, Distrito Capital, Sucre y Aragua, según informó la doctora en ginecología, Yrama Baloa, miembro de la SAV, quien explicó que, “al incrementarse la incidencia, implica que vamos a tener más pacientes con lesiones premalignas de cuello uterino y con diagnóstico de este tipo de cáncer. Además, el índice de mortalidad bajó en cuanto al grupo etario, de los 35 pasó a los 30 años de edad”. Pero de los 15 años a los 24 años ya se presentan casos.
Apuntó que, en la actualidad la población femenina venezolana se está infectando con el VPH oncogénico mucho más rápido -a partir de los 20 años- por lo que se tendrá más muertes en mujeres más jóvenes en el futuro.
La doctora, destacó que, en el año 2022 en la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) se atendió a casi 6.000 mujeres a las que se les practicó una citología. De este número el 49.8% presentó lesiones premalignas por cáncer de cuello uterino, cifras que se asemejan a las del cáncer de mamas. Refirió que, “a diferencia del cáncer de mamas, el cáncer de cuello uterino no recibe el apoyo de diversas instituciones, organizaciones e incluso campañas para atender el padecimiento
Por eso, es que se destaca la necesidad de incluir en el esquema público de vacunación, a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), para disminuir el repunte del cáncer de cuello uterino en el país, ocasionado por esta infección de transmisión sexual.
La doctora Baloa quien aclaró que, si desde el sector público, con el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), se implementa la vacunación preventiva contra el VPH en niñas y niños entre los 9 y 12 años, que no se han iniciado sexualmente, hará que disminuya considerablemente la mortalidad por cáncer de cuello uterino, pero también de vulva, recto, ano, pene y el área orofaringe, incluyendo lengua y amígdalas, zonas a las que también puede afectar este virus tanto en hombres como en mujeres.
Inmunización necesaria
Existen más de 250 cepas del virus del papiloma humano que se transmiten por contacto genital, de estas hay un número reducido que son oncogénicas como los genotipos 16 y 18, los que más circulan en el país, y que están relacionados con la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino.
La vacuna se indica a una edad temprana en la que no hay exposición al VPH, ya que, aunque no impide la transmisión ni la infección, disminuye considerablemente el desarrollo del cáncer. Para su aplicación se han de realizar una serie de exámenes que serán indicados por un especialista.
Baloa afirmó que, “vacunar a quienes no se han iniciado sexualmente hará que en 30 años disminuyan considerablemente los distintos tipos de cáncer ocasionados por el virus. Sin embargo, los adultos también podrían ser inmunizados contra algunos tipos de cepas que no han contraído para lo que es necesario hacerse una citología en el caso de las mujeres, una colposcopia y tipificación del VPH en ambos sexos”.
Resaltó que, “si no se inmuniza a la población aumentará el gasto social en materia de salud, ya que los costos económicos una vez diagnosticado el cáncer son muy elevados. La SAV tiene un programa de Atención Integral al Paciente Oncológico (AIPO) que facilita ayuda médica para tratamiento, dónde los pacientes que son evaluados desde el inicio de su enfermedad en la Clínica de Prevención del Cáncer -después de un estudio socio económico- se incorporan de acuerdo a los recursos disponibles”.
La doctora Baloa, especialista en reproducción humana, aseveró que, “una consulta ginecológica está entre 80 y 150 dólares estadounidenses ($), el procesamiento de una biopsia, si es en quirófano puede variar desde 250$ hasta 1.500$, si incorporamos una genotipificación para VPH en el sector privado puede costar de 250$ a 500$. Si hablamos de que la paciente tiene un diagnóstico de cáncer, ahí complicamos el asunto”.
Educar y prevenir
Enfatizó que, “la prevención y educación es la clave. El control ginecológico anual a partir del inicio de la actividad sexual para la mujer y el urológico para el hombre es fundamental. La recomendación es que antes de iniciarse sexualmente con una pareja nueva se realicen estudios como: la Citología y la Colposcopia en la mujer; así como pruebas de laboratorios en ambos sexos para descartar el VIH, el VDRL, la Clamidia y la tipificación para VPH. Además, se debe evitar el contacto directo -sin protección- con los genitales durante el coito y con fluidos sexuales; así como la promiscuidad”.
La SAV busca disminuir la cantidad de nuevos casos de cáncer a través de un diagnóstico temprano que minimice el índice de mortalidad de los venezolanos, a través de campañas preventivas e inmunización. Parte de estos estudios de prevención secundaria se realizan en las jornadas de Unidades de Clínicas Móviles (UCM) y en la Clínica de Prevención del Cáncer (CPC).
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