Consejos para manejar los sofocos en la menopausia

Los sofocos en la menopausia son calores súbitos en el cuerpo. 

Constituyen un síntoma común en las mujeres que atraviesan por esta etapa de la vida. Se trata de una manifestación incómoda, que en muchos casos está presente durante varios años, causando molestias a quienes la padecen.

Estos sofocos muchas veces tienen lugar durante la noche. En este caso, se les llama sudores nocturnos y, con frecuencia, afectan la calidad del sueño. Una buena cantidad de mujeres sienten que este síntoma afecta notoriamente su vida cotidiana.

Según diversas investigaciones científicas, las mujeres negras e hispanas tienden a sufrir por más años los sofocos de la menopausia, en relación con las mujeres blancas y asiáticas. Si tales calores son leves, apenas si requieren tratamiento. En cambio, cuando se manifiestan de forma severa demandan medidas especiales.

Los sofocos en la menopausia son el principal motivo de consulta médica durante esta etapa. Lo más usual es que comiencen como un calor repentino que se siente primero en el rostro y en el pecho, y que después se disemina por todo el cuerpo.

Por lo general, duran entre dos y cuatro minutos, y se presentan en cualquier momento, sin previo aviso. Algunas mujeres también presentan sudoración, escalofríos y pequeños temblores al final de estos episodios.

También hay mujeres que experimentan palpitaciones y una fuerte sensación de ansiedad durante los sofocos de la menopausia. Lo habitual es que tengan lugar una o dos veces al día, pero también es posible que se repitan de manera frecuente, incluso una vez cada hora.

Lo común es que estos sofocos comiencen a presentarse durante la premenopausia. Tras la menopausia propiamente dicha, por lo general, se mantienen durante un promedio de cinco a siete años, aunque su intensidad va disminuyendo con el paso del tiempo. Algunas mujeres los padecen durante 10 años.

La ciencia desconoce el motivo exacto por el cual se producen los sofocos en la menopausia. Sin embargo, se cree que estos se deben a las bruscas variaciones hormonales que tienen lugar durante esta etapa. Al parecer, el descenso en el nivel de estrógenos hace que el sistema vasomotor del cerebro se comporte de manera diferente. Esto incide en la temperatura corporal.

También se ha establecido que el estrés emocional incide en la intensidad y la frecuencia de los sofocos. Asimismo, las comidas copiosas, la ingestión de alcohol y el consumo de tabaco ejercen fuerte influencia en estos episodios.

Se estima que el 80 % de las mujeres tendrá sofocos en la menopausia. Sin embargo, solo una de cada cuatro los padecerá de forma intensa y frecuente. Para las demás será un síntoma que pasa desapercibido o que puede manejarse con el uso de un simple abanico.

El tratamiento médico para el manejo de los sofocos en la menopausia se hace básicamente con fármacos. En algunos casos se ordena una terapia hormonal consistente en la ingestión de estrógeno. Sin embargo, este tipo de tratamiento conlleva varios riesgos, por lo que la situación debe ser valorada cuidadosamente por el médico. No se recomienda que la terapia de reemplazo hormonal supere los dos años.

En otros casos, lo recomendable es una terapia con antidepresivos, en bajas dosis. Esta no es tan eficaz para controlar los sofocos severos, como sí lo es la terapia hormonal. Así mismo, genera varios efectos secundarios como mareos, nauseas, sequedad en la boca, aumento de peso y disminución del deseo sexual.

En algunos casos, también es posible que se receten antinconvulsivos para aliviar los síntomas en ciertas mujeres. Recientemente se está empleando un procedimiento llamado “bloqueo del ganglio estrellado” para los casos más severos. Consiste en la aplicación de anestesia en varios nervios del cuello. Su eficacia es prometedora, pero no está probada del todo.

Los sofocos en la menopausia no necesariamente deben tratarse por vía farmacológica. En la mayoría de los casos son suficientes algunas medidas caseras. Solo muy rara vez se mantienen por más tiempo del esperado y exigen un manejo especializado.

Lo más aconsejable es mantener una dieta saludable, evitando las comidas muy condimentadas o picantes. Se debe evitar el café y el alcohol, así como los alimentos demasiado grasosos. Bajar de peso es una medida saludable. No es recomendable el consumo de tabaco.

Así mismo, lo adecuado es vestir ropa ligera, de fibras naturales, y mantener bien ventiladas las habitaciones. Muchos profesionales recomiendan la práctica continua de ejercicios de relajación, como el yoga o el TaiChi, ya que el estrés es un factor que incrementa los sofocos. reseña mejorconsalud