La historia de una médica cubana que sale de Venezuela a Colombia

«Somos muchos los cubanos que necesitamos que los que están en EE UU nos sigan ayudando como lo han hecho hasta ahora», añadió.

Adiana López es una enfermera cubana de 45 años que salió de Venezuela hacia Colombia para poder ir a Estados Unidos. Sin embargo, la particularidad de esta profesional de la salud es que su solicitud al país norteamericano fue negada, según reseñó el diario El Nuevo Herald.

Esta mujer trabaja en un puesto callejero en Bogotá vendiendo arepas. La dueña del tarantín le paga 15.000 pesos (aproximadamente 5 dólares) diarios. Su jornada comienza a las 3:30 de la tarde y termina cuando ya no hay el producto.

El humo y los restos del carbón me afectan mucho mi salud. ¡Vivo con tremenda tos! También me he quemado dos veces con la parrilla, en el antebrazo derecho y en la mano izquierda. Yo misma he hecho las curaciones”, comentó.

Aseveró que está segura de que hay “muchas madres que como yo no quieren fallarles a sus hijos. Yo no tengo a nadie en Estados Unidos, y sería muy difícil faltarles a mis hijos. Y es ese sentimiento de la angustia constante en los cubanos varados en Bogotá”.

Lo que muchos no saben es que López es especialista en medicina intensiva y emergencias, con maestría en urgencia médica primaria y se graduó con honores.

La cubana intenta optar por el Cuban Medical Professional Parole (CMPP), “un amparo especial del departamento de inmigración de EE UU para profesionales de la salud cubanos que logran desertar de misiones médicas organizadas por La Habana”.

Precisó que ha realizado los trámites para entregar los documentos que comprueban la preparación universitaria que tiene, asó como su estadía en Venezuela mientras trabajaba en una misión. Sin embargo, al parecer no han sido suficientes pruebas para optar al programa.

Esta mujer no se cansa, pues está apelando la decisión y esperan que las autoridades reconsideren su caso.

RECIBIÓ UN CORREO DONDE LE NEGABAN LA VISA

López contó que presentó sus papeles ante la Embajada de Estados Unidos en Colombia “el 22 de abril, un día después de llegar a Colombia, pero como tenía mis títulos fotocopiados, en muchos no se veían bien los números de los folios. Le pedí a mi hijo que me enviara nuevas copias, desde Cuba, pero cuando llegaron era demasiado tarde para su radicación”.

Para el 5 de mayo fue pautada su entrevista en la sede diplomática en donde habló de su caso y comprobó todo lo que decía los documentos. El 2 de julio recibió un correo en el que le negaban la visa solicitada.

“El correo no decía por qué me la negaban, no explicaban razones y no daban posibilidad de quejarme ante la embajada de Estados Unidos en Bogotá. Sólo tenía un número de fax en Washington, para hacer reclamaciones (…) Pasé dos días intentando hacer la reclamación de mi visa y enviando el fax con nueva documentación, con la esperanza de que estudiaran nuevamente mi caso”, manifestó.

El 20 de mayo pudo, al fin, hacer el reclamo y enviar, nuevamente, toda la documentación, pero hasta el momento no ha recibido respuesta tanto de Washington como de la Embajada de EE UU en la ciudad de Bogotá.

Varios médicos cubanos han informado al diario que no comprenden los criterios utilizados por las autoridades norteamericanas para dar los llamados paroles. A algunos se los han aprobado en semanas, mientras que otros tienen más de medio año esperando respuesta del amparo.

LIMBO MIGRATORIO

La enfermera aceptó ir a Venezuela y participar en la misión médica en Venezuela porque eso mejoraría su currículo, ganaría experiencia y saldría de Cuba.

“Si te niegas a ir a una misión es como si incumplieras una orden directa del gobierno de Cuba, y eres marcado por ello”, contó.

Precisó que el 20 de abril cruzó la frontera hacia Cúcuta y un día después llegó a Bogotá. Al llegar a Colombia supo que los 90 días de espera se extendían: “Estamos en un limbo migratorio, somos indocumentados, no tenemos derecho a trabajar legalmente, las rentas son caras, comprar alimento es caro”.

“Somos muchos los cubanos que necesitamos que los que están en EE UU nos sigan ayudando como lo han hecho hasta ahora, que analicen cada caso para que nos auxilien, porque es mucha la angustia, es mucha la espera”, sumó.