Boda de Rafa Nadal evento social de la temporada

La boda entre Rafa Nadal y Mery Perelló se ha retrasado un poco con respecto al horario previsto, pues ha empezado finalmente a la una del mediodía. Aun así, la feliz jornada se ha iniciado siguiendo la programación prevista. Así, poco después de las diez de la mañana diversos minibuses han empezado a recoger ya a los invitados, en unos casos desde la academia del tenista en Manacor y en otros desde el Hotel Illa d’Or en Pollença. El destino de todos ellos era la impresionante villa de Sa Fortalesa, que ha acogido la ceremonia nupcial. Rafa y Mery se encontraban en dicho enclave ya desde ayer por la tarde.

La expectación mediática era hoy máxima, tanto por parte de las decenas de periodistas desplazados hasta Pollença como por parte de residentes y curiosos que han querido ver de cerca a algunas de las personas que más admiran. En cualquier caso, las condiciones fijadas por los contrayentes semanas atrás han hecho que ningún periodista haya podido entrar en el recinto, por lo que los detalles se han conocido inicialmente de forma indirecta. La climatología ha acompañado también en una jornada tan especial, con un día soleado, pero no excesivamente caluroso. La misa ha sido oficiada por el sacerdote Tomeu Català, uno de los mejores amigos de la pareja.

Tal como estaba previsto, Ana María Parera —madre del novio— y Bernat Perelló —padre de la novia— han ejercido de padrinos de la pareja, ante la mirada ilusionada de Sebastián Nadal y de María Pascual, padre y madre de Rafa y de Mery, respectivamente. Entre los invitados a la boda cabe destacar la presencia de Doña Sofía y de Don Juan Carlos, que han llegado a Sa Fortalesa en su propio vehículo. Se ha desplazado también en coche hasta el lugar el preparador del tenista, Carlos Moyà, acompañado de su esposa, Carolina Cerezuela.

 

Saludos a los periodistas

Con la amabilidad que le caracteriza, Don Juan Carlos ha saludado desde el interior de su vehículo a los periodistas presentes en el lugar. Como es bien sabido, los Reyes eméritos mantienen desde hace años una gran relación de amistad con Rafa Nadal. De hecho, el pasado mes de julio habían hecho ya una visita a la academia del tenista. Fue posiblemente en ese encuentro cuando se concretó la invitación para que Don Juan Carlos y Doña Sofía acudieran al enlace celebrado este sábado.

Los dos Monarcas siempre han celebrado públicamente los triunfos del gran deportista español, al igual que en los últimos años lo han hecho también Don Felipe y Doña Letizia, que también son grandes seguidores del tenista manacorí.

Una de las anécdotas de la jornada de este sábado ha sido que a través de una pequeña nota se ha comunicado a los invitados que han llegado en minibús que debían dejar en la entrada de Sa Fortalesa sus teléfonos móviles, para que la boda fuera «en la más estricta intimidad». Otra anécdota ha sido que han venido desde Cáceres cuatro tunos, fans de Rafa Nadal, para intentar saludar a su ídolo.

Tras el «sí, quiero»

Durante la ceremonia religiosa, se han vivido momentos de intensa emoción por parte de familiares y amigos de la pareja, en especial cuando Rafa y Mery se han dado el «sí, quiero». Ha sido la más hermosa culminación posible a una historia de amor que empezó hace ya 14 años. Así lo ha recordado el sacerdote oficiante de la misa. En ese sentido, Català ha tenido palabras de aliento y de apoyo para ese futuro en común que los dos jóvenes empiezan ahora, hoy ya como matrimonio. Como se esperaba, Rafa y Mery han sellado su amor ante el altar con un beso.