5 tradiciones de Navidad que todos seguimos sin saber por qué

¡Que comience la Navidad! Que todos los hogares se llenen de ilusión y de color. Cantemos villancicos, comamos turrones y cumplamos con ilusión todas esas tradiciones tan especiales que, año tras año, repetimos junto a nuestros seres queridos.

Y lo cierto es que si nos paramos a pensarlo, en la mayoría de los casos cumplimos estas tradiciones sin saber muy bien por qué, puesto que se han llegado a arraigar en nuestra cultura como algo natural e incuestionable pero, ¿cuál es el verdadero origen de muchas de estas tradiciones? Sigue leyendo y descubre por qué hacemos lo que hacemos sin preguntárnoslo cada año por estas fechas

1. ¿Por qué se hacen regalos?

Varios son los supuestos orígenes de la tradición de hacerse regalos en navidad. En la cultura judeo cristiana, los Reyes Magos de oriente viajaron con presentes para el niño Dios recién nacido. También se habla del origen de esta costumbre de la mano de San Nicolás, gran benefactor de los más desfavorecidos a quienes hacía regalos. Incluso hay quien lo atribuye a una acción comercial propia de las grandes superficies pero sea cual sea el origen, nos encanta regalar y que nos regalen en estas fechas.

Y quizás nunca te preguntaste: ¿Por qué envolvemos los regalos?

2. Las 12 uvas en Noche Vieja

Se dice que a principios de siglo, por un excedente de uvas en los cultivos españoles de Alicante, comenzó esta curiosa tradición extendida hoy también a muchos países latinoamericanos. Se toma una uva por cada una de las 12 campanadas y equivalen a los meses del año.

Se dice que cumplir este ritual traerá buena suerte para todo el año nuevo que comienza. Existen otras versiones de la misma tradición con lentejas estofadas o con guisos propios de cada tierra e, igualmente, se busca siempre la buena suerte.

3. El árbol de Navidad

El abeto de navidad tiene un sentido muy profundo y antiguo antes de que el cristianismo lo adoptara. En los pueblos antiguos europeos, el interior de las casas se adornaba con árboles o plantas que se consideraban símbolos de los elementos del universo. Llamado también árbol de la vida, era asociado con Frey, dios del Sol y la fertilidad. El cristianismo lo asoció con el amor eterno a Dios, lo relacionó con su luz y lo decoró con velas y manzanas que, con los años, acabaron derivando en los actuales adornos típicos navideños como bolas de cristarl y bombillas.

Te habías preguntado: ¿Por qué en Navidad colocamos un árbol y lo decoramos?

4. Pedir el aguinaldo

En la antigua Roma, coincidiendo el mes de Diciembre con la fase del dios Saturno en su calendario, el pueblo se regalaba entre sí y al rey, brotes de verbena. Esta planta se consideraba sagrada y regalarla aseguraba protección y buenos augurios para el resto del año.

El cristianismo adoptó esta costumbre mofificándola mediante su visión. También el paso de los años la han ido transformando hasta lo que hoy en día supone, el ir cantando villancicos de puerta en puerta esperando una recompensa económica o de dulces.

5. Tomar el pavo de Nochebuena

Se dice que en la época de la conquista, el pueblo azteca mostró a Hernán Cortés un ave deliciosa y desconocida por los españoles, el pavo. Aunque hoy es fácil encontrar pavo en cualquier mercado, el exotismo y singularidad del ave en aquel entonces, lo convirtió en una delicatessem no apta para cualquiera.

Así este plato comenzó a ser el protagonista en las mesas en una fecha tan especial y destacada como Nochebuena, convirtiéndose en una tradición, por suerte mucho más asequible hoy por hoy.

Fuente: Batanga