Al parecer los tres occisos estaban involucrados en un hecho delictivo por lo que el sicario los buscó el pasado viernes en la noche y los mató. Los investigadores no revelaron detalles del supuesto lazo que une a los ultimados
Las calles del sector El Menito lucían solitarias tras el triple sicariato ocurrido la noche del pasado viernes dentro del populoso sector ubicado en la parroquia Venezuela del municipio Lagunillas. Un sicario dejó a su paso tres muertos en dos escenas diferentes, en las que sin temor alguno dijo “vos sabías que me la debías” y disparó.
A Eudi Ramón Sabalce Segovia (36), su amigo Juan José Rodríguez Gutiérrez (42) y Josué Chávez González (18), los asesinaron en menos de 45 minutos en diferentes sectores de la población. La Policía maneja el crimen como una venganza ya que el homicida, quien iba en moto, fue reconocido por los testigos de en ambos crímenes, manifestó las razones por la cual buscaba a sus víctimas.
Al parecer los tres occisos estaban involucrados en un hecho delictivo por lo que el sicario los buscó el pasado viernes en la noche y los mató. Los investigadores no revelaron detalles del supuesto lazo que une a los ultimados, pero sus familiares denunciaron que desde hace tres semanas venían recibiendo amenazas vía telefónica por lo que lo calificaron como un «negocio chueco».
Sabalce y Rodríguez fueron sorprendidos a las 6.50 de la tarde en la calle U con la avenida 72 de la primera etapa del Menito, donde los dos conversaban. El primero murió en el sitio. Su amigo vivió un poco más y logró llegar hasta una clínica de PDVSA, en la que murió cuando los médicos trataban de estabilizar su condición.
El asesino continuó hasta la segunda etapa de la misma zona y allí interceptó a Chávez. “El tipo llegó y le dijo a Jonathan que soltara al niño que tenía en sus brazos (su sobrino) y bajo amenaza de muerte le pidió a todos que se metieran para la casa. Cuando se quedó solo le disparó en el pecho. No pudieron hacer nada. Cuando salieron ya estaba muerto”, dijo una amiga de la familia.
En las afueras de la morgue familiares y amigos de Rodríguez y Segovia se mostraron herméticos. No quisieron ofrecer mayores detalles sobre lo ocurrido. Se conoció que Segovia y Rodríguez tenían un negocio de ventas de colchones y Chávez trabajaba eventualmente como colector de expresos.
Yéssica González/La Verdad