Los imputan por malnutrir a sus hijos

A José Gregorio Santander Chourio (58) y Elena García (40) los procesan por homicidio culposo. Dos de sus seis niños murieron tras consumir huesos de cerdo

A José Gregorio Santander Chourio (58) y Elena García (40) los presentaron en tribunales por homicidio culposo luego de que sus hijos María Alejandra (3) y José Antonio (6) murieran tras consumir arroz con cabeza y huesos de cerdo. Les otorgaron libertad condicional, pero el proceso judicial por malnutrir a sus seis descendientes continúa.

La pareja encontró muertos a sus hijos menores, María Alejandra (3) y José Antonio (6), en su cama,  en una de las habitaciones de su casa en el sector Las Cabrias, zona rural del municipio Santa Rita.  Ellos, juntos a sus cuatros hermanos cenaron y se acostaron a dormir. Los pequeños no despertaron.

Los vecinos y los familiares defendieron a los progenitores. Aseguraron que pese a la precaria situación económica, ambos se esforzaban por alimentar a diario los niños. «No comían tres veces al día, pero su papá no dejaba que se acostaran con hambre. Él es un hombre muy responsable, esta tragedia no fue culpa de ellos”, comentó Levi Isea, vecina.

El resto de los hermanitos no presentaron ninguna afectación por la comida. Solo el muchacho, de 15 años, y la adolescente, de 14,  presentaron leve retardo y problemas de aprendizaje. El jovencito, de 13, y el niño, de cinco, están sanos. A todos los revisó un médico y les diagnosticó malnutrición; los llevaron hasta una casa de abrigo en el municipio San Francisco. Todos estudian en la escuela María Chiquinquirá González del sector Las Cabrias, zona rural del municipio Santa Rita.

La necropsia de los hermanitos no reveló la causa de la muerte.  No tenían síntomas de maltrato ni violencia.  Se requieren los resultados de pruebas toxicológicas para determinar las razones del deceso. Hoy será en sepelio.

Una vida juntos

José Antonio es oriundo del municipio Sucre y Elena de Miranda.  Tienen 20 años de relación amorosa. Se conocieron en una fiesta en el poblado del Concejo de Ciruma.  Pocos meses después decidieron unir sus vidas y se mudaron para la zona rural de Santa Rita, recordaron los familiares.

Sus hijos nacieron en un rancho de lata donde vivieron hasta hace dos años, que recibieron una casa por parte del consejo comunal.  José Antonio sirvió de partero de sus primeros cinco hijos. María Alejandra fue la única que nació en la maternidad del municipio.

“Él es normal y la ayuda en todo a ella por sus problemas de aprendizaje y comunicación.  Son una familia muy unida y en el barrio todos los apreciamos. Son 20 años conviviendo. El señor ha trabajado en casa de todos los vecinos.  Esto nos duele a todos”, dijo Ana Palencia, otra vecina.

 

Yéssica González/La Verdad