ESET Latinoamérica, compañía líder en detección proactiva de amenazas, explica en qué consisten las estafas piramidales y los esquemas Ponzi y cómo se están vinculando con el mundo de las criptomonedas.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte que si bien los modelos de estafa como la piramidal o el esquema ponzi existen desde hace al menos un siglo, se han adaptado a la tecnología. No solo porque pueden difundirse rápidamente, sino porque también pueden presentarse como una app de inversión que promete un buen retorno.
Una estafa piramidal es un esquema de negocios que se presenta como una oportunidad para obtener un gran retorno económico y que consiste en conformar una red basada en la confianza en la cual los nuevos participantes que ingresan, ilusionados con la idea de formar parte de un atractivo modelo de negocios, deben invertir dinero y captar nuevos inversionistas que quieran formar parte de esta red. Con el dinero que ingresa de los nuevos participantes se paga a los inversores más antiguos. Es decir que las ganancias que obtienen los participantes proviene del dinero de nuevos inversionistas, no de una inversión legítima o de la venta de un producto. A menudo se confunde con otro esquema fraudulento: el esquema Ponzi. Se trata de un modelo piramidal muy similar pero con alguna diferencia, ya que en el esquema Ponzi las personas invierten dinero en algo, mientras que el esquema piramidal ofrece la oportunidad de obtener dinero a partir de reclutar a nuevos miembros.
Sin embargo, en ambos modelos llega un momento en que la red crece demasiado y es difícil captar nuevos inversionistas, llegando a un punto en el que las personas cuando quieren retirar el dinero no pueden y los creadores de la red desaparecen.
“Si bien este tipo de fraudes son menos frecuentes que en otra época debido a que las autoridades regulatorias del mercado están muy pendientes del nacimiento de este tipo de esquemas, no en todos los lugares del mundo está prohibida su puesta en marcha ya que existen legislaciones diferentes para cada región.”, comenta Mario Micucci, Investigador de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
En América Latina existen varios ejemplos recientes. El caso de Single Grain en Chile en 2022, por ejemplo. Esta estafa piramidal consistía en una app en la cual las personas debían invertir dinero e invitar a otros a participar. La aplicación ofrecía una gran rentabilidad, por lo que era muy atractiva. Sin embargo, resultó ser un fraude millonario. Otro ejemplo, también en Chile, fue el caso de KnightsBridge, un esquema piramidal que recibió al menos 5000 denuncias y que generó perdidas que rondan los 5 mil millones de pesos chilenos. En Argentina, el creador de Generación Zoe está en prisión acusado por llevar adelante una estafa piramidal mientras la justicia investiga centenares de denuncias.
Micucci agrega: “Es importante mencionar también que el auge de las criptomonedas y la falta de regulación asociada a los criptoactivos en general hace que este tipo de esquemas fraudulentos prospere en este ecosistema, por lo que es importante que las personas estén atentas ante cualquier propuesta de inversión demasiado buena para ser verdad. En 2022 fueron acusadas 11 personas por su rol en la creación de un esquema piramidal y Ponzi llamado Forsage, el cual simulaba ser una plataforma descentralizada de contratos inteligentes. Este fraude reclutaba a participantes para que depositen sus criptoactivos y recaudó más de 300 millones de inversionistas”.
Desde ESET comparten algunos puntos para detectar una estafa de este tipo:
· Este tipo de esquemas se basan en la confianza. Cuando las personas advierten que quienes están involucrados fielmente cobran lo prometido y además son personas de su confianza, como familiares o amigos, enseguida se sienten tentados a participar. Teniendo en cuenta que si nadie cobra los estafadores se llevarían poco dinero, la estrategia es pagar a los primeros inversores hasta que la red crezca lo suficiente, ya que ellos mismos se encargarán de compartir con su red de contactos esta oportunidad de negocio una vez que comprueban que es real. Para los estafadores es muy rentable pagar a los primeros, aumentar la burbuja a la mayor velocidad posible y desaparecer con el dinero de muchos. Pero no hay garantías de pago.
· Otro de los puntos destacables de estas estafas son las altas ganancias que prometen en plazos de tiempo muy cortos, lo cual genera una gran tentación.
· En el caso de los esquemas Ponzi comúnmente no hay información acerca de dónde se está invirtiendo el dinero y como se genera la rentabilidad para el negocio.
· Por último, estos esquemas fraudulentos no se deterioran progresivamente. El sistema comienza a funcionar hasta que un día los creadores de la burbuja desaparecen y el sistema deja de funcionar. Esto lógicamente hace que sea difícil de predecir.
“Los estafadores siempre han buscado atraer a inversores poco experimentados a estos esquemas y actualmente están intentando aprovechar también el interés por las criptomonedas. En Argentina, por ejemplo, está bajo sospecha por la Justicia un proyecto llamado Vayo Coin que era promocionado por celebridades. Se han registrado denuncias en contra de este proyecto de inversión que prometía una alta rentabilidad pero que dejó de responder ante los reclamos de los y las clientes. Este caso es un buen ejemplo para tomar conciencia de lo difícil que puede llegar a ser para los que no están en el tema si es un fraude o una empresa legítima. Observar que incluso pueden utilizar la imagen de personas públicas para convencer a las personas refuerza la importancia de mantenerse informado, alerta y desconfiar cuando los beneficios son demasiado buenos.”, concluye Micucci de ESET.