En el Centro Educacional Comunal de Catia se enseñó a los niños, a los docentes y a los representantes la importancia de comer rico y sano para prevenir enfermedades a futuro.
Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades, entre ellas la diabetes, Hipertensión, obesidad mórbida, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y el cáncer. Toda acción de prevención en salud debe comenzar por educar a los niños, pues es a temprana edad cuando se forman los hábitos alimentarios que van a permanecer a través de todas las etapas de la vida.
Por esa razón, la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), lleva adelante el programa institucional La Lonchera de mi Hijo, coordinado por el Departamento de Educación desde el año 2005, que tiene como finalidad llevar a los planteles educativos de la Gran Caracas información oportuna sobre una alimentación balanceada, destacando la ingesta de frutas, hortalizas y cereales. Está dirigido a niños y niñas de: preescolar (entre los 3 y 5 años) y de educación primaria (entre los 6 y 10 años).
En su última actividad visitaron el Preescolar del Centro Comunal de Catia (CECCA), donde elaboraron helados con leche y cereal a base de trigo con nutrientes y frutas, para enseñarle a los niños una forma nutritiva de comer y promover en ellos hábitos de vida saludables.
La gerente de Educación de la SAV, Michelina Cipriani, señaló que se puede consumir una golosina como lo es el helado, junto a algo saludable, porque se elaboró con frutas, cereales y leche que proporcionan vitaminas, minerales y proteínas. Una nutricionista de Nestlé llevó los insumos para hacer la preparación y enseñarles a los asistentes cuánto se puede aprovechar de esta forma el consumo de frutas, de forma sana, divertida y deliciosa.
Cipriani destacó que “los niños lo disfrutaron y aprendieron a su vez que hay muchas formas de consumir una fruta, que puede ser una sabrosa y nutritiva golosina de gran atractivo para los infantes, pero con alto contenido de vitaminas y minerales y otros nutrientes necesarios para su desarrollo”.
Refirió que van a continuar incidiendo en la sana alimentación y la formación en hábitos saludables a los niños en edad preescolar, utilizando como estrategia La Lonchera de mi Hijo, “cuya información también va dirigida a los docentes, padres y representantes de los niños”.
Vale acotar que estas actividades cumplen objetivos adicionales, ya que se aprovecha para dar charlas sobre prevención de salud y se hacen diagnósticos nutricionales de medición antropométrica (peso, talla e índice de masa corporal), con el apoyo de la plataforma de Digisalud. Esta actividad permite dar recomendaciones a los padres y a los docentes sobre el estado nutricional de los niños.
La gerente de Educación de la SAV explicó que, en los resultados obtenidos, si se evidencia algún niño con bajo peso, o al contrario con sobrepeso, estos son referidos inicialmente a su pediatra o dependiendo de la gravedad del caso a un Instituto de Nutrición.
En ambos casos, es importante la intervención de personal docente capacitado y entrenado, además de nutricionistas, para hacer una evaluación y ofrecer las recomendaciones y seguimiento de una nutrición adecuada.
Toda la información sobre nutrición para prevenir enfermedades y las actividades y recomendaciones del programa La Lonchera de Mi Hijo, de la SAV, se pueden encontrar en la web https://www.laloncherademihijo.org/. Con el Programa durante el año 2022 se visitaron 9 escuelas en Caracas y una en el Estado La Guaira.
Horizontes amplios
Con respecto a otras actividades programadas por el Departamento de Educación de la SAV para el mes de abril, Cipriani refirió que está pautada una reunión con la Fundación Niña Madre de El Valle, junto con la Epidemiólogo del Valle, para establecer un plan piloto donde se pueda iniciar la concientización sobre el VPH y la importancia de este virus en el desarrollo del cáncer de cuello uterino, a preadolescentes y adolescentes.
Explicó que “queremos iniciar esta actividad con niños que sean mayores a los 10 años, considerando que una población importante de niños entre los 12 y 13 años inicia su actividad sexual; el VPH está considerado como una infección de trasmisión sexual que puede ser prevenible, a través de la educación y la concientización sobre los riesgos y consecuencia de la enfermedad como seria el cáncer de cuello uterino y su aparición a muy temprana edad”.
Cipriani acotó que “la idea es empezar a concientizar sobre este flagelo que está ocasionando que las cifras de cáncer de cuello uterino se eleven o que aparezca la enfermedad a muy temprana edad, en mujeres entre 20 a 25 años. Es un proyecto que queremos desarrollar iniciándolo con un colegio piloto, y después evaluar la posibilidad de expandir e incluir la mayor cantidad de colegios posibles”.
Más información por https://www.sociedadanticancerosa.org/nosotros/ y en https://www.laloncherademihijo.org/ o por el Instagram @sociedadanticancerosavzla