Carolina Jaimes Branger: Después de esto… ¿seremos mejores?

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En estos días de cuarentena han circulado cientos de miles de mensajes de optimismo. Me alegra que así sea. La mayoría se basa en la certeza de que luego de que salgamos de la pandemia del coronavirus la humanidad será mejor. Yo tengo mis serias dudas.

La gente buena ha hecho cosas buenas. Sin embargo, la gente mala ha hecho cosas peores. Nos hemos topado de frente con políticos inescrupulosos, irresponsables, mentirosos. Políticos que para el día de hoy tienen en su haber miles de muertos encima, muertes que han podido haberse evitado. Me viene a la cabeza la descocada actitud del primer ministro británico Johnson, quien desestimó el peligro sin tomar en cuenta todas las variables y hoy, al momento cuando escribo este artículo, 7 de abril de 2020, se encuentra en terapia intensiva. Con él no tuvieron que decidir si ponerle o no el respirador, como sí ha sucedido en otros lugares. En nuestro país, Nicolás Maduro tiene entablada una persecución contra médicos, enfermeras y periodistas que hablen acerca de la situación. ¡Qué angustia no saber qué está pasando en realidad!

Hay quienes están haciendo pingües negocios con todo lo relacionado a la pandemia, empezando por los chinos. Muy difícil no sospechar que ellos crearon ese virus en un laboratorio, pues económicamente les ha ido muy bien: se deshicieron de un número grande –que nunca conoceremos por razones obvias- de personas enfermas y ancianas, que ya no significarán una carga económica para el gobierno. Compraron a precios de gallina flaca las compañías europeas y americanas cuyas acciones se fueron al piso, y ahora ofrecen al mundo entero artículos médicos, desde simples tapabocas y guantes, hasta una supuesta vacuna.

Pero no son sólo los políticos. En Venezuela el problema de la gasolina es tan grave, que ya salieron los bachaqueros a venderla en dólares y a precios tres, cuatro, y hasta diez veces más cara que la más cara del mundo. Pasamos de tener la gasolina más barata del mundo a tener la más cara. Un negocio que viene de los militares, pero del que obviamente se benefician quienes tienen contacto con ellos. ¡Cuántas cosechas se han perdido por falta de transporte! ¡Cuántas personas han tenido que dejar de trabajar en áreas prioritarias por no tener cómo llegar a sus puestos de trabajo! ¡Cuántas personas están pasando hambre por no haber podido trabajar, aun cuando tienen trabajo! Quien se aprovecha del mal ajeno para hacer mal, jamás será una mejor persona cuando esto se acabe.

Y la gente buena… la gente buena que ha ayudado a otros ojalá mantenga en mente que hacer bien no es sólo hacerlo en tiempos de crisis o de desastres naturales. Que ser una buena persona es serlo todos los días. Que siempre hay un prójimo que necesita ayuda y que todos podemos ayudar.

Van a pasar muchos meses, quizás hasta más de un año, para que todo vuelva a la normalidad. Entonces nos encontraremos de frente ante economías destruidas, empresas quebradas, desempleo, hambre, desesperación. Ahí será cuando tendremos que demostrar que sí aprendimos, que queremos un mundo mejor y que lo reconstruiremos. Ser bueno no es sólo mandar cadenas de esperanza o cantar canciones a coro con muchas personas en otras partes de nuestra tierra. Ser bueno es trabajar, compartir, sensibilizarse ante la desgracia de otros y actuar en consecuencia. Hasta entonces, mantendré mis dudas… Y quedo a la espera de que el bien, como aseguran tantos sabios, finalmente triunfe sobre el mal.

@cjaimesb