«Cuando me arrastró por el suelo, me dijo que me iba a matar, que le escribiera una carta a mi hijo Martín. Me pasó un cuaderno y lápiz para que me despidiera de mi hijo, que yo no iba a salir viva de ahí ni él tampoco, que me iba a pegar 31 puñaladas en el cuerpo como mi edad y me decía que no había escapatoria, que no había salida, que se había acabado todo, que me iba a matar, que tenía una pistola en el auto y siguió pegándome», relató muy afectada.
Una mujer en Chile pasó los minutos más desgarradores de su vida, luego de ser atacada en su propia casa por un hombre que la arrastró, la pateó, amenazó con un cuchillo y la abofeteó. Pudo salvar su vida debido a que tenía en la mesa un gas pimienta, el cual pudo rociar al agresor y salir corriendo a pedir ayuda a sus vecinos.
Josefa Bustamante tuvo el valor de denunciar con nombre, apellido y número de identificación a Cristian Rodrigo Martínez Cares. Lo hizo a través de su cuenta en Instagram, donde compartió fotografías del ataque y detalló en historias lo que le sucedió la madrugada del jueves.
«Con mucha vergüenza cuento esto. Hoy en la madrugada, abrí la puerta del departamento y este tipo Cristian estaba escondido en la caja de la escalera y apareció. Me arrastró adentro del departamento con un cuchillo gigante, me empezó a patear en el suelo y me dijo que me iba a matar», escribió en la cuenta donde la siguen más de 52 mil personas.
Según contó, el individuo le daba golpes y patadas en todo el cuerpo, mientras le indicaba que le escribiera una carta de despedida a su pequeño hijo.
«Me empezó a pegar combos y patadas en todo el cuerpo. Cuando me arrastró por el suelo, me dijo que me iba a matar, que le escribiera una carta a mi hijo Martín. Me paso un cuaderno y lápiz para que me despidiera de mi hijo, que yo no iba a salir viva de ahí ni el tampoco, que me iba a pegar 31 puñaladas en el cuerpo como mi edad y me decía que no había escapatoria, que no había salida, que se había acabado todo, que me iba a matar, que tenía una pistola en el auto y siguió pegándome».
En medio de la indeseable escena a Josefa le dieron ganas de vomitar, pero el hombre siguió agrediéndola y le dijo que si alguien escuchaba sus gritos la iba a matar.
«Empecé a vomitar y no le importó, me decía que no intentara hacer nada por que si alguien escuchaba y llegaban a tocar el timbre me iba agarrar a puñaladas».
La mujer dio gracias a Dios el haber tenido en la mesa del comedor un gas pimienta: «en un momento que se descuidó, agarré el gas pimienta y se lo eché en los ojos. Ahí me agarró del pelo, me golpeó, pero no pudo seguir porque tenía los ojos mal y pude arrancar. Salí casi sin ropa, corriendo por las escaleras hasta otro edificio a pedir ayuda».
Al tiempo que hizo la denuncia pública en la red social, fue a los carabineros -no precisa la ciudad- y logró que le impusieran una medida cautelar a su agresor, señaló en una historia, horas después.
«Esto no puede seguir pasando, este weon es un obsesivo, pensé que me iba a morir, fue tanta la desesperación que en un momento le supliqué por favor me matara rápido porque no tenía escapatoria».
En otras publicaciones que compartió horas más tarde, varias mujeres y hombres comentaron que conocían a Cristian y varios de ellos aseguran haber sido abusados sexual y físicamente.
Se desconoce si existía alguna relación de amistad u amorosa entre el agresor y la víctima.
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