LOS TRES CHIFLADOS…

CUIDADO CON LA LETRA PEQUEÑA DE LOS CONTRATOS.

Moe Howard nació en 1897 en Nueva York. Desde pequeño mostró grandes dotes para la actuación y él mismo escribía pequeñas obras de teatro. Aunque era muy inteligente abandonó sus estudios para dedicarse al teatro, pese a la oposición de sus padres. En 1912 hizo pareja con su hermano mayor, Shemp Howard y lograron conseguir una actuación en un local pero sólo después que se presentaran veinte artistas.

Cuando ellos actuaron en el escenario había una sola persona aplaudiéndolos, de pie: El hermanito menor de ambos: Curly Howard.

No se desanimaron y siguieron intentándolo. Diez años después se les unió el amigo de ambos: Larry Fine, quien ya tenía una carrera en la actuación. Los tres: los hermanos Moe y Shemp junto con Larry iniciaron, en 1922 el trío que conocemos como Los Tres Chiflados. Años más tarde, Shemp abandonó el grupo siendo sustituido por el hermano menor de Moe: Curly Howard, el que recibía los “golpes” de Moe, el más tonto de los tres.

En 1934 fueron contratados por Columbia Pictures. Pero no leyeron la letra pequeña: Los derechos del nombre, del concepto y de la imagen de todos pasaba a ser propiedad de Columbia Pictures. En 24 años (Columba canceló la serie en 1958) sólo ganaron 20.000 dólares por año. Una cantidad que cualquier actor gana en pocos meses, algunos incluso lo ganan por sólo segundos de actuación.

Moe intentó, años después que Columbia le vendiera los derechos pero se lo negaron. Es que la serie le ha reportado y le sigue reportando a esa empresa enormes ganancias. 
Todos murieron sin recibir pagos por los derechos de emisión de la serie. Curly en 1952, a los 48 años, víctima de una hemorragia cerebral, Larry en enero de 1975, en un asilo y cuatro meses después murió Moe, el que más solvente económicamente se mantuvo debido a sus cobros por aparecer en entrevistas y en programas, algo que Columbia no pudo impedirle porque esa empresa era propietaria del personaje, no de la persona.

Si hay personajes que son irrepetibles son éstos. Cualquier película o nueva serie que se haga de este estilo no superará el nivel que tuvieron Moe, Curly y Larry.

Y hay que leer bien los contratos.

César E. Martínez Vaamonde