Estamos cercanos a finalizar el 2021. Entre los aspectos que más demandan la atención y que además representan una importante traba para la producción, como lo hemos manifestado en diversas oportunidades, es el referido a la exoneración de aranceles, de Impuesto al Valor Agregado y demás cargas fiscales para los productos manufacturados en el exterior.
La mayoría de ellos son y pueden ser elaborados en el país con mano de obra nacional. No se debe seguir privilegiando la creación de empleos en otras latitudes, en detrimento de los trabajadores venezolanos, muchos de los cuales han perdido su estabilidad laboral por el cierre de miles de establecimientos fabriles, habiéndose visto obligados a emigrar en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Es cierto que durante este año la industria nacional y otros sectores de la economía, comenzaron a dar señales de recuperación, si comparamos los indicadores con los del año 2020, cuando la paralización casi total del país por causa de la pandemia, hizo aún más evidente la crisis que desde hace algunos años atraviesa la manufactura nacional.
Y es precisamente allí donde queremos hacer un llamado a la reflexión del Ejecutivo Nacional. Estamos a las puertas de un nuevo año que se perfila con altas expectativas, sobre todo en el área económica.
Los sucesivos 12 meses, deberían ser dedicados a poner en marcha las acciones necesarias para que el llamado “despegue de la economía”, deje de ser tan solo un proyecto y comiencen a ejecutarse las necesarias y urgentes medidas y políticas que han sido ampliamente discutidas y presentadas por los gremios representados en Conindustria, ante las correspondientes instancias gubernamentales. Solo así, podremos, sin duda alguna, ser testigos del anhelado crecimiento.
En todas las oportunidades, los industriales venezolanos hemos reiterado que no le tememos a la competencia internacional, pero eso sí: en condiciones de igualdad y equidad. La continua exoneración de aranceles e impuestos a los productos foráneos, verbigracia la prórroga hasta el 31/12/2021 de lo estipulado en el decreto N° 4.552, de fecha 6/08/2021, sigue causando estragos en la deprimida industria venezolana, otrora generadora de empleos dignos, riqueza y bienestar para la población.
Asimismo, debe exigirse que todos los productos importados que ingresen al país cumplan con los protocolos de formulación y etiquetado que exige la normativa sanitaria venezolana. Su incumplimiento no solo contribuye con la competencia desleal en perjuicio de la producción nacional, sino que además representa un grave riesgo para la salud de los venezolanos.
Incluso para las finanzas públicas, resulta nocivo el privilegiar lo importado por sobre lo autóctono, ya que ello también limita la generación de recursos monetarios por concepto de impuestos, que bien podrían ser empleados para mejorar los servicios y por ende la calidad de vida de la población.
En ese sentido, reiteramos nuestro urgente llamado al Ejecutivo Nacional para que revisen, de acuerdo con los planteamientos y los análisis llevados a cabo y presentados por nuestras Cámaras afiliadas, los beneficios arancelarios que han sido concedidos a los productos terminados importados. En todo momento debe priorizarse lo “Hecho en Venezuela” que es lo que genera empleo e ingresos al país.
Los industriales queremos contribuir con la reactivación de la economía venezolana. Que nos permitan seguir creyendo y soñando con un país próspero. Un lugar en el cual todos tengamos igualdad de oportunidades. Un espacio para la creación y el libre desempeño de nuestra actividad productiva.
Esperamos seguir trabajando en equipo, y así construir los necesarios puentes hacia el entendimiento, haciendo posible el resurgimiento de la economía nacional en pro de todos los que habitamos esta tierra de gracia. NP