Su amor por una mujer lo llevó a terminar descuartizado en el patio de su casa en Caricuao

Caricuao-asesinatos

Caricuao, una de las 22 parroquias del municipio Libertador de Caracas, se destaca por sus grandes edificaciones, que están establecidas en sectores conocidos como UD. Su amplia extensión de terreno llega a conectarse con las parroquias Antimano, Macarao y Coche, una zona que ha sido escenario para varios hechos violentos que han marcado a una población.

Uno de estos sucesos fue develado el pasado sábado 26 de enero a las 9:00 de la noche cuando los nuevos dueños de una vivienda, situada en la avenida principal García Carballo, sector Villa Socialista, escalera 1 de la UD1 de Caricuao, junto con vecinos, desenterraron los restos óseos de un hombre.

La víctima era un obrero identificado como Fabio Acevedo Luna, de 56 años, quien era conocido y querido en su comunidad por ser colaborador con los que lo necesitaban.

La desaparición

Acevedo era oriundo de Colombia, por lo que la mayoría de sus familiares residían en ese país vecino, sin embargo, tenía tiempo viviendo en una casa humilde del sector Villa Socialista de la UD1 de Caricuao.

Estando en Caricuao, Fabio conoció a una mujer identificada como Dennys Mayarith Hernández, de 34 años, con quien se casó y les dio su apellido a las hijas de ella, de 10 y 14 años, sin embargo, las menores se quedaron viviendo con su abuela, pero compartían constantemente con Fabio y lo consideraban como un padre.

Fabio no tenía mucha comunicación con sus familiares de Colombia, la última vez que conversó con una hermana, que reside en Cúcuta, fue en febrero de 2018, cuando en medio de la conversación le dijo que “tengo muchos problemas con mi mujer”.

El pasado 27 de mayo de 2018, Fabio se comunicó con su hijastra de 14 años y le dijo que la iba a llevar a comer, pero que estaba esperando que le llegara un dinero. El obrero nunca se encontró con su hijastra, sin embargo en la noche los vecinos escucharon que en su vivienda se llevó a cabo una fiesta y luego en horas de la madrugada se registró una detonación, no obstante, pensaron que se trataba de alguna persona disparando en la calle.

Al día siguiente, la hijastra de Fabio preocupada porque no se había encontrado con él acudió a su vivienda y se sorprendió al hallar a tres hombres en el lugar. La joven les preguntó por el paradero de Acevedo y ellos le contestaron que “tu papá se fue para Colombia”.

Ese día también los vecinos se extrañaron que Fabio no acudiera, como era costumbre, a comprar la caja de comida del Clap

Un hecho que también les generó sospechas a los vecinos es que la casa de Fabio fue vendida y que conocieron que su esposa se fue a vivir a Valledupar, situada en el norte de Colombia, el 20 de agosto de 2018, con otro hombre identificado como Orlando Rodríguez, con quien tenía un amorío.

La crueldad

La hijastra de Fabio, quien comenzó a pensar que algo malo le había ocurrido a su padrastro emprendió su búsqueda, junto con vecinos, para dar con su paradero. Pasaron varios meses hasta que este enero del año en curso la joven acudió nuevamente a la vivienda de Acevedo con una pala y un pico para escarbar en el patio de la propiedad, que estaba ocupada por otros dueños.

La joven lo hizo debido a un sueño que tuvo, en el que vio a Fabio caminando por la calle y ella le dijo que “vamos a la casa para que te bañes”, en ese momento él le respondió que no podía ir porque “soy un espíritu”, y ella le preguntó qué llevaba en la mano y él le manifestó que eran sus huesos.

La búsqueda de la joven continúo, incluso funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) acudieron a la vivienda, pero no encontraron rastros de Fabio hasta que los nuevos dueños de la propiedad, el sábado 26 de enero, cuando estaban limpiando el terreno, se percataron de una deformidad en un espacio del lugar y junto con vecinos y la hijastra de Fabio escarbaron en el terreno encontrando dos sacos, que tenían los restos óseos de la víctima.

A Fabio le habían disparado en la cabeza, luego lo descuartizaron con una motosierra, colocaron en un saco sus brazos, piernas y cabeza y en otro el tronco, su ropa y cartera. La hijastra de la víctima también lo reconoció porque tenía el dedo pulgar de la mano izquierda más largo que el derecho.

Familiares de Fabio presumen que su esposa y el hombre, con quien la mujer tenía un romance, podrían estar involucrados en el crimen. “Logramos conocer que ella y su amante estaban vendiendo chucherías y café en Valledupar”, informó un familiar de la víctima, quien prefirió no identificarse.

Fabio trabajaba en el área de servicios generales de la Corporación de Servicios Municipales, situado en La Yaguara. Se logró conocer que Orlando Rodríguez aparece en Facebook con otro nombre como Joseph Palencia.

reseñado por Lysaura Fuentes/El Cooperante