Raptan y asesinan a discapacitado en un estadio

Los habitantes de la playa San Benito contaron que entre los desconocidos lo arrastraron hasta la mitad del campo y le dispararon. Presumen que los homicidas huyeron en la lancha que los esperaba en la orilla. A la víctima la reconocieron inmediatamente y le avisaron a sus familiares

A Ríchard José Centeno Sierra (20) lo tirotearon en el estadio de softbol Elio Huerta Núñez, en el barrio Los Pescadores, parroquia Coquivacoa. El cuerpo quedó boca arriba, vestía una franela naranja, jean azul y medias negras.

Los habitantes de la playa San Benito contaron que entre los desconocidos lo arrastraron hasta la mitad del campo y le dispararon. Presumen que los homicidas huyeron en la lancha que los esperaba en la orilla. A la víctima la reconocieron inmediatamente y le avisaron a sus familiares.

Dos oficiales llegaron en una patrulla, esperaban aún el arribo de los detectives cuando Ángel Enrique Palmar, abuelo de crianza del muchacho, se presentó al lugar.

En sus declaraciones, el anciano explicó que el muchacho padecía de una condición especial y que lo raptaron, el jueves por la mañana, cuando iba a una panadería cerca de la residencia. Desconoce aún quién le pidió que fuera hasta allá. Seis hombres lo montaron en un carro y se lo llevaron.

La familia describió a Centeno como un joven tranquilo. «Le gustaba practicar deportes, él salía a caminar por el barrio todo el tiempo, pero por su condición era muy inocente, podías darle dinero y no sabía cuánto cargaba». Era el mayor de tres hermanos y su mamá falleció en 2010, desde ese año su abuelo lo cuidaba.

Los funcionarios recogieron en el estadio siete casquillos de balas y entrevistaron a la familia. Un funcionario informó que uno de los testigos identificó a uno de los captores como el «Oreja» y el otro como «Leíto», unos azotes de Santa Rosa de Agua.

En la furgoneta lo montaron y lo llevaron a la morgue forense. La Policía científica busca a los homicidas e investiga si alguien de la familia tiene enemigos y por venganza mataron a Ríchard.

 

Andrea Querales/La Verdad