La medicina natural bien aplicada y con fundamentación científica puede ser un buen complemento a los tratamientos aplicados por especialistas a distintas patologías.
Pero hay costumbres que, lejos de ayudar, empeoran el padecimiento de las personas, poniendo en riesgo su integridad física y hasta la vida.
Así le ocurrió a una niña habitante de Jacura, quien el pasado 04 de diciembre fue mordida por una serpiente y ante la imposibilidad de llevarla a tiempo hasta el Hospital Universitario de Coro, sometieron a tratamientos poco ortodoxos que le provocaron la amputación de una de sus piernas.
Un médico que la atendió en el HUC, cuya identidad prefirió no fuera revelada, explicó que la amputación era inevitable, ya que a la pequeña le habían aplicado un doble torniquete, con el que se cortó por más de un día el flujo sanguíneo hacia el miembro que no se pudo salvar.
Por si fuera poco, como suele hacerse en esa zona de Falcón, a la paciente le inyectaron orina de venado, en un intento informal de contrarrestar los efectos del veneno del animal que la mordió, una práctica que está contraindicada, ya que deriva en un sangrado profuso, que termina empeorando el ya delicado cuadro de la menor.
Indicó el especialista que este tipo de casos se dan con cierta frecuencia y muchas complicaciones son consecuencia de la llegada tardía del envenenado al hospital, aunado al hecho de que previo a recibir asistencia médica, son sometidos a tratamientos salidos de la cultura popular.