Con dos balazos en la cabeza y uno en la pierna izquierda, este jueves en la madrugada fue hallado en una estación de servicio de Ureña, el cadáver de un “bombero” que laborada en dicho establecimiento expendedor de combustible, ubicado en la zona fronteriza del estado Táchira con Colombia.
Fue hacia las 6:00 de la mañana que otros empleados de la estación de servicio ubicada en la avenida Intercomunal, bajo responsabilidad del Ejército venezolano, hicieron el hallazgo del cadáver de Israel Andrés Contreras Ochoa, de 45 años de edad, domiciliado en Ureña, y en el acto dieron aviso a las autoridades.
A los pocos minutos se presentaron efectivos del Cuerpo de Bomberos de Ureña que confirmaron el fallecimiento del hombre; también de la Policía del estado Táchira, Politáchira, que resguardaron la escena del crimen. Los integrantes del Ejército se limitaron a informar que la víctima trabajaba allí.
Funcionarios de la policía científica se encargaron del levantamiento y traslado de cuerpo a la morgue de San Cristóbal. El móvil el crimen aún no ha sido establecido.
Tres homicidios
Con el asesinato de Contreras Ochoa, suman tres los perpetrados en lo que va de semana en esa población fronteriza, puesto que dos hombres, uno de 51 años y otro de unos 23 años de edad, aproximadamente, fueron asesinados este martes, a finales de la tarde, en el sector Ruíz Pineda, de Ureña, frente a un numeroso grupo de testigos.
El doble homicidio tuvo lugar a las 6 de la tarde, muy cerca de una residencia marcada con el número 10, donde las víctimas descendieron de una buseta procedente de San Antonio del Táchira.
A las víctimas las identificaron como Fernando José Cifuentes, venezolano, a quien le apreciaron dos tiros en la cabeza, y Miguel Ángel Ortega Quintero, también venezolano, de 51 años de edad, asesinado de al menos seis balazos en distintas partes del cuerpo.
Según la versión que maneja la Policía, lo dos hombres que como pasajeros se movilizaban en una unidad de transporte público de San Antonio, fueron interceptados por dos motorizados que aparentemente iban siguiendo la buseta.
Los atacaron apenas las víctimas bajaron de la unidad, sin darles tiempo a nada, les dispararon sin mediar palabra. De hecho, dijo la Policía, al más joven le dispararon en la parte posterior de la cabeza. Ambos murieron en el mismo lugar del suceso.
Tras perpetrar el doble crimen, los sicarios huyeron con rumbo desconocido, y pese a que muchas personas presenciaron el hecho, ninguna pudo aportar al menos, las características de la motocicleta en la que se movilizaban, reseña Diario Contraste