El polisur enamoró a Kelly cuando custodiaba a su familia

Al oficial Iván Darío Huerta Restrepo lo privaron de libertad ayer por el asesinato de su mujer. La familia de la estudiante de Comunicación Social exige justicia. Espera que al funcionario lo condenen y pague por su asesinato

Paola Hernández

En la casa de paredes ocre, en el barrio Centenario de Luz, un altar ahora adorna la sala. Un pendón con la imagen de Kelly Paola Pereira Cueto (21) junto a un mensaje de felicitación, cuando cumplió 16 años, cuelga en una pared. Debajo, una mesa de madera con flores y un velón iluminan el pequeño santuario improvisado.

Mabel Cueto, madre de la estudiante de Comunicación Social, recibió a los periodistas de La Verdad, para «pedir justicia terrenal por mi amada hija». A la estudiante del quinto semestre la asesinó el pasado domingo, su pareja, Iván Darío Huerta Restrepo (34), de un tiro en la cabeza luego de una discusión. La Policía detuvo al asesino cuando intentaba escapar a Barranquilla.

«Se llevó al centro de este hogar, ella era la luz de esta casa», repetía su abuela María Cueto Palacios. En la humilde vivienda las tías y familiares de Kelly Paola lloraban cada vez que mencionaban su nombre. «No podemos creer aún que él causara tanto dolor a esta familia».

Una relación enfermiza

Iván Darío Huerta Restrepo, oficial activo, adscrito a la Policía municipal de San Francisco, conoció a la familia Cueto cumpliendo su deber. «Él pisó esta casa como oficial custodio hace tres años», recordó Mabel Cueto, quien en julio de 2013 denunció una extorsión.

La Policía le autorizó vigilancia policial y de manera rotativa durante seis meses oficiales visitaron la casa en el barrio Centenario de Luz, entre ellos Huerta. «Al principio no notamos que tuviera algo con ella, mientras cumplía sus funciones siempre se comportó».

«Perlita Negra», como cariñosamente apodan a la víctima, era adolescente, cuando conoció al oficial y presumen que por eso mantuvieron la relación en secreto. El 14 de septiembre de 2014, un año después de convivir con la familia, anuncian oficialmente su noviazgo en una fiesta, para celebrar los 18 años de la «niña de la casa».

«Él le hizo un gran festejo, por todo lo alto le celebró su cumpleaños», comentó la abuela. Ese día Iván Darío se quedó a dormir en la vivienda y «desde entonces vivía con ella».

Un año después, la estudiante descubrió un engaño. «Por facturas se dio cuenta que Huerta había embarazado a una mujer», para ese momento alegó que «fue una equivocación y que estaba separado de ella». Kelly lo perdonó y continuó el noviazgo.

Días de romance

Su madre y abuela la describieron como una muchacha alegre, «al principio ella estaba feliz, tranquila, muy enamorada», pero desde hace ocho meses la pareja no era la misma. La morena con bellas curvas, empezó a adelgazar, «no se arreglaba casi y ya ni salía con sus amigas». Su concubino la llevaba hasta la universidad cada vez que tenía oportunidad «mientras él pudiera controlar lo que ella hacía, era mejor», detallaron con lágrimas.

Su abuela explicó que no era la primera vez que la agredía, «a veces tenía moretones y ella mentía diciendo que se había dado golpes con la puerta u otra cosa». La muchacha segura y alegre ya tenía miedo, hace cuatro meses el hombre con quien compartía el mismo techo casi mata a su perrito, Peri. Mabel explicó que ese día, «él se molestó por que la mascota le había roto un suéter y amenazó con buscar la pistola para matarlo pero Kelly protegió al animal».

Separación y muerte

El pasado 31 de octubre, el día inició normal, Kelly fue a la universidad y su novio al trabajo. A las 6.00 de la tarde llegó el oficial a la vivienda, molesto, «debía pegar 24 horas y eso lo enfureció». Le pidió a la joven que le arreglara algo para llevarse, que debía irse rápido y salió de nuevo. A las 7.00 de la noche regresó, María Cueto y su nieta estaban en el frente, lo recibieron e ingresaron a la casa. «Ya venía alterado, con ganas de discutir», recordó la anciana.

«Yo agarré para la cocina y ellos discutían», la dama escuchó que Kelly le dijo a Iván: «Bueno si te quieres ir, vete y ya». Al parecer el comentario lo enfureció y entró a la habitación a recoger sus pertenencias. La abuela nota que al salir le dice: «Te voy a matar». Ella trata de jalar a su nieta por la mano antes de que entrara al baño y no lo logró.

En ese momento «se escuchó la explosión». Huerta había accionado su pistola Sig Sauer, 9 milímetros. La bala le rozó el brazo, entró detrás de su oreja y le salió por el cachete. El oficial huyó en una motocicleta. La mujer al ver a su nieta en el piso trató de pedir ayuda, pero la futura periodista había muerto.

Policía mentiroso 

Iván Huerta, al escapar llegó, presuntamente, a una coordinación de la Policía regional y solicitó ayuda para ser trasladado hasta la frontera, informó un oficial. En el trayecto explicó que su madre, quien reside en Barranquilla, Colombia, estaba enferma y se había complicado, por eso debía irse de emergencia. Los policías que lo acompañaban al parar en distintas alcabalas empezaron a sospechar «por que él cambiaba la versión». Antes de llegar a la frontera comunicaron la situación y lo detuvieron.

Privado de libertad 

El Tribunal Tercero de Control del estado Zulia, luego de evaluar lo expuesto por la fiscal, dictó la medida privativa de libertad para Iván Darío Huerta Restrepo, en una audiencia realizada ayer en la mañana. Permanecerá detenido en la sede de la Policía científica de Paraguaipoa, ubicada en el municipio Guajira. El criminal está siendo juzgado bajo los delitos de femicidio agravado y uso indebido de arma orgánica.