El asesino de la niña Mariangela en Carabobo fue a su velorio y entierro

En el sector El Uno de Güigüe, en Carabobo, todos hablaban de la desaparición de Mariangela. Su familia ya llevaba tres días sin saber de ella. La buscaban por todo el caserío hasta que dieron con su cadáver en una zona enmontada. La noticia del hallazgo corrió muy rápido por la pequeña comunidad.

–          “Mataron y violaron a Mariangela”, especulaban.

A los pocos minutos, muchos de sus habitantes cruzaron un caño y un botadero de basura que hay  en la zona, entre el monte de más de metro y medio de altura, y llegaron a ver a la niña de apenas 11 años: Tenía varias puñaladas. Llegaron funcionarios del Eje de Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y acordonaron la escena. Alrededor estaban los curiosos, uno de ellos era Carlos Alfredo Magdaleno Vivas. Todos estaban consternados y furiosos por el asesinato.

Los señalamientos no tardaron: “Fue ‘Cara Cortada’. Tuvo que haber sido él”, comentaban. Y es que el sujeto, supuestamente, habría estado implicado en tres casos de violación y asesinatos, pero tenía tiempo que no frecuentaba la comunidad. Si lo hacía, esta vez, seguro lo linchaban. Los moradores pedían justicia.

Al velorio asistieron varios habitantes. Amigas de Mariangela y su vecino Carlos Magdaleno. ¿Cómo no ir si la conocía desde muy pequeña? También fue al entierro. Le llevó flores. Mientras tanto, el caserío era, prácticamente, tomado por detectives de una Brigada Especial de Contra Homicidios, designados para investigar el caso.

El miedo sumía a los vecinos en el silencio, pero fue por miedo que luego colaboraron con los investigadores para esclarecer el asesinato. Temían que otra niña fuese víctima de un posible depredador que estaba suelto. Entonces, los funcionarios iban tocando casa por casa. Recopilaban versiones. Hacían reinspección del sitio del suceso. Buscaban evidencias, testigos. Hasta que dieron con uno clave:

–          Era la mañana del 14 de junio de 2021. Vieron a Mariangela caminando junto a Carlos, su vecino. Lo conocen como “El Gordo”. Se detuvo a conversar con otra persona y “El Gordo” siguió, pero la esperó unos metros más adelante, monte adentro.

A “El Gordo” le habría molestado que la niña hablara con alguien más. Le llevaba 18 años de diferencia en edad. No tenían una relación amorosa, pero -al parecer- estaba obsesionado con Mariangela. La quería para él, como tal vez lo hacían otras personas que por necesidad, se entregaban a otros hombres. Ese era el costo de un plato de comida.

Ese día, poco antes, como a las 7 de la mañana, “El Gordo” le ofreció a Mariangela unos panes y la invitó a tumbar mangos. Al reencontrarse, discutieron por aquella conversación. Mariangela, lo amenazó con denunciarlo por “manosearla”. Con frecuencia la tocaba. Ante la posibilidad de verse delatado, “El Gordo” atacó a la niña con un cuchillo, que luego lanzó en un lugar cercano. Le dio 13 puñaladas.

En interrogatorios previos, en el curso de la investigación, “El Gordo” testificó que para el momento del homicidio había salido de su casa hacia una bodega, contrario a lo narrado por el testigo. Comenzaron las sospechas. El trabajo de campo y criminalístico continuaba. Los sabuesos, incluso, trabajaban día y noche, sin salir de la comunidad. Los comandaba el propio jefe del Eje de Investigaciones de Homicidios, comisario Ramón Duque. Era un reto esclarecer el caso.

Las entrevistas situaban a “El Gordo” en el lugar del hecho, así que los funcionarios llegaron hasta su rancho, pero huyó. En el interior de la vivienda improvisada encontraron la ropa que el hombre llevaba ese día. Tenía manchas secas de lo que parecía ser sangre. Los detectives estaban seguros que “El Gordo” no decía la verdad y de inmediato salieron a buscarlo. Los mismos vecinos alertaron a la comisión, la mañana de este viernes, cuando el sospechoso huía por una de las últimas calles, cerca de donde habían encontrado el cadáver. Lo capturaron.

El hombre, de 29 años, fue trasladado al Cicpc donde habría confesado el crimen. Dijo dónde había arrojado el cuchillo, justo en ese lugar fue localizado por los pesquisas. Aseguró no haber violado a Mariangela, pero sí cometió actos lascivos en su contra. Lo hizo varias veces.

En la comunidad de El Uno, presuntamente, es común que algunos hombres paguen por sexo. De hecho, durante las averiguaciones, detectaron cinco violaciones impunes, cuyos casos, ahora, son investigados por el Cicpc, subdelegación Valencia. Al parecer, entre ellos, estaría “Cara Cortada”, a quien señalaban como supuesto culpable del asesinato de la niña.

Los padres de Mariangela se mostraron preocupados luego del hecho. Les queda el consuelo de saber que, al menos, el verdadero responsable está tras las rejas, pues les quedan nueve hijos más que estarían en peligro ante un asesino que estaba libre. Y a los detectives, el haber hecho justicia por Mariangela y otras niñas del caserío.

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