Crónica Letal: La dosis mortal que llevó a una niña a la tumba por un teléfono en La Pastora

La niña de 12 años daba vueltas en su cuarto, caminaba de un lado a otro, la rabia y el desespero la habían carcomido. Estaba distraída, su pensamiento se había ido a otro plano. Pensaba en las pastillas para la tensión de su abuela y de cómo ingerirlas. En un momento colocó cinco de ellas en su boca y las tragó sin pensarlo, sin una pizca de sosiego y la reacción fue devastadora.

La menor comenzó a sentirse decaída, dejó rastros de vomito por toda la vivienda. Luego gritó y le pidió auxilio a su abuela. La octogenaria de nombre Paulina Díaz no podía creer lo que estaba pasando. Desesperada salió con la adolescente de la propiedad para tratar de salvarle la vida. Le pidió ayuda a sus vecinos para trasladarla a un centro médico, pero nadie le respondía. Luego de tantas suplicas un hombre accedió a ayudarla y trasladarla hasta el hospital Vargas, pero ya era muy tarde la adolescente había fallecido.

 Por un teléfono

La menor vivía con su abuela Paulina desde los dos años en una casa precaria y nada espaciosa, situada en el sector Altagracia de la parroquia caraqueña La Pastora. La madre de la adolescente se la había entregado a su abuela luego del fallecimiento del padre. Las dos eran muy unidas y andaban juntas para todos lados. La menor veía en su abuela una figura materna y paterna.

El día 23 de octubre cuando el sol ya había desaparecido y la luna estaba en su punto alto. La adolescente se encontraba en la vivienda con su abuela. Ellas no contaban con teléfono local y solo se comunicaban por medio de un celular que ambas compartían. La menor tenía en sus manos el teléfono celular cuando su abuela se lo pidió para sacar unas cuentas. A pesar de que no estaba de acuerdo en entregárselo terminó accediendo a regañadientes.

Cuando la abuela de la adolescente tenía el teléfono en sus manos, la muchacha la perseguía como una sombra, para que le entregara nuevamente el celular. Insistió constantemente, no dejaba de pedírselo, hasta que su abuela perdió la paciencia, la envió a dormir y le dijo que le entregaría el teléfono al día siguiente.

La dosis letal

De forma inesperada se comenzaron a escuchar gritos en la vivienda, se trataba de la adolescente de 12 años, quien llamaba desesperada a su abuela, debido a que no paraba de sentirse decaída y vomitaba constantemente. Se había tomado las pastillas Losartán de su abuela en un ataque de desenfreno porque no le había dado el teléfono. La menor falleció alrededor de las 11:00 de la noche.

La adolescente estudiaba primer año en el colegio caraqueño La Fuente del Saber y en reiteradas oportunidades le había dicho a su abuela que pretendía estudiar medicina forense, pero quería cumplir su sueño fuera del país.

El Cooperante