Apuñalan a embarazada y a su marido en Los Puertos

Cuatro hombres caminaron las calles de la barriada la noche del pasado lunes de manera sospechosa. La Policía maneja el móvil de la venganza. Edguimar Delmira Benavidez tenía cinco meses de gestación.  Los asesinaron frente a sus tres niños 

Los cuerpos de Braulio Antonio Nava Piña (38) y su pareja, Edguimar Delmira Benavidez Sanabria (25), con cinco meses de gestación, fueron localizados sin vida dentro de su residencia en el sector Las Parcelas del Altos Vientos, parroquia Altagracia del municipio Miranda. La pareja fue degollada la noche del pasado lunes frente a sus tres hijos.

El incesante llanto de los niños de tres, seis y ocho años llamó la atención de los vecinos de la barriada en horas de la mañana de ayer. Un amigo y compañero de trabajo de Braulio llamó y al ver que nadie contestaba entró y se encontró con la dantesca escena. Los padres estaban sin vida en medio de un charco de sangre, y a un lado los tres niños llorando y pidiendo que despertaran.

Fuentes policiales informaron que el cuerpo de Braulio presentó múltiples heridas punzo penetrantes en su pecho. Sus homicidas lo amarraron y le taparon la boca con un tirro. Su pareja tenía varias cortadas en la cara y una en el estómago. Uno cerca del otro. Sus cuerpos presentaron moretones, por lo que se presume que lucharon contra sus homicidas.

Se desconoce la hora exacta del asesinato. Vecinos comentaron sobre la presencia de cuatro hombres desconocidos y con actitud sospechosa que merodearon las calles del sector varias veces desde la tarde del pasado lunes. La Policía está tras su identificación para determinar si guardan o no relación con el asesinato.

Edguimar Benavidez era hija única, fue descrita como una mujer de su casa y sin problemas. Braulio era obrero ocasional. Tenían seis años viviendo juntos, dos hijos de su unión y estaban a la espera del tercero. Familiares aseguraron que la pieza donde vivían estaba a la venta porque tenían la intención de mudarse de la zona. La Policía maneja el móvil de la venganza.

 

Yéssika González/La Verdad