La enfermedad de Parkinson es una patología neurodegenerativa que se caracteriza por la muerte de neuronas y por síntomas motores así como cognitivos marcados.
Parkinson: del intestino al cerebro
Para el diagnóstico de Parkinson se requiere de la presencia de α-sinucleína en el cerebro y de los llamados «cuerpos de Lewy» que no es más que materia cerebral muerta agrupada.
La investigación recientemente publicada en la revista Neuron se realizó en ratones a los cuales se inyectó la proteína tóxica α-sinucleína en el duodeno o primera porción de intestino y se constató su propagación al cerebro.
Asimismo, al roedor se le practico una vagotomía troncal, es decir, se bloqueó o corto la posibilidad de transmisión mediante el nervio vago y así, se detuvo la neurodegeneración asociada y los cambios de comportamientos que se producen ante el Parkinson.
Es decir, el presente estudio ha comprobado en roedores que la presencia de esta proteína tóxica que se acumula en el cerebro de quienes tienen Parkinson podría originarse en el intestino y migrar al cerebro mediante el nervio vago para después, acumularse allí y causar la muerte de células cerebrales.
Así, resulta esperanzador saber que podría detectarse y evitar la neurodegeneración mediante la práctica de una vagotomía o interrupción del nervio vago que comunica intestino con cerebro.
Se esperan más estudios que nos acerquen a la confirmación de esta relación entre intestino y cerebro como parte fundamental para el desarrollo de Parkinson en humanos. reseña vitonica