Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte y discapacidad a partir de edades medias en los países desarrollados. Afectan tanto al corazón como a los vasos sanguíneos. Cuando pensamos en este tipo de enfermedades las solemos asociar a personas mayores y, es cierto que, el riesgo de contraerlas aumenta con la edad; sin embargo, no es un factor determinante, por lo que cuidarse desde una edad temprana es esencial para mantener el organismo sano y fuerte.
Las causas de las enfermedades del corazón dependen del tipo de patología, pero algunas causas de las más comunes incluyen el estilo de vida, la genética, las infecciones, los medicamentos y otras enfermedades. Hay algunas de estas afecciones que se heredan y muchas otras se desarrollan durante el trascurso de la vida.
Es posible que no se tengan síntomas al principio. En algunos casos, es posible que no se sepa si se trata de una enfermedad cardíaca hasta que aparezca una complicación, como un ataque al corazón. Por estos motivos, es vital llevar una vida lo más saludable posible. Por ello es esencial seguir una serie de hábitos para mantenernos sanos y cuidar nuestro corazón:
Bajar la tensión evita infartos. La hipertensión es uno de los factores que más eleva el riesgo de sufrir un infarto. Aprende a controlar el estrés y ansiedad, con meditación u otras actividades que ayuden a la relajación.
Mantener una dieta rica en frutas y verduras. La Dieta Mediterránea es la más aconsejada por la Sociedad Española de Hipertensión, al ser rica en verduras, legumbres, frutas y derivados lácteos bajos en grasas.
Bajar el colesterol malo. Con el colesterol alto aumenta el riesgo de sufrir un infarto. Para mantenerlo controlado es importante seguir una dieta sana y hacer ejercicio.
Dormir bien evita infartos. Las personas con problemas para conciliar el sueño prácticamente a diario tienen más posibilidades de tener un infarto. Los malos hábitos suelen ser los responsables del insomnio.
Dejar de fumar es imprescindible para reducir los riesgos de padecer una enfermedad cardiovascular. La nicotina afecta al corazón tanto en su funcionamiento interno como en la circulación sanguínea.
Evitar el consumo de alcohol. Incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, incluida la enfermedad coronaria, el ictus, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad cardíaca hipertensiva, la miocardiopatía, la fibrilación auricular y el aneurisma.
Beber té reduce riesgos coronarios. Las personas que toman al menos una taza de té al día tienen menos posibilidades de tener un problema cardiovascular, ya que esta bebida es la mejor aliada para evitar que el calcio se acumule en las arterias.
La ansiedad aumenta el riesgo de paro cardiaco. El aumento de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la coagulación que se dan durante estos episodios emocionales conforman una combinación muy perjudicial para el corazón; por ello, es esencial cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente y saber gestionar estos episodios.
con información de ConectandoPacientes