Estos frutos secos poseen un alto contenido de magnesio, un mineral que favorece la relajación muscular y regula la producción de melatonina
por INFOBAE
Las almendras, reconocidas por su alto valor nutricional, se han consolidado como un alimento importante en el cuidado de la salud integral. Su perfil rico en nutrientes esenciales no solo contribuye al bienestar físico, sino que también tiene beneficios comprobados para el cerebro, el sueño y la salud mental.
Son fuente importante de antioxidantes, vitaminas y minerales que protegen y refuerzan la salud cerebral. Contienen vitamina E, un antioxidante fundamental que combate el estrés oxidativo y protege las células cerebrales del daño causado por los radicales libres. Estudios han vinculado un consumo regular de esta vitamina con un menor riesgo de deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Asimismo, las almendras son ricas en ácidos grasos saludables como los omega-3 y omega-6, esenciales para la función cognitiva y la comunicación neuronal. Compuestos como el magnesio y el zinc también contribuyen al desarrollo cerebral y al fortalecimiento de la memoria y la capacidad de aprendizaje.
El consumo de almendras también puede ser beneficioso para quienes sufren problemas de sueño. Estos frutos secos contienen magnesio, mineral que ayuda a relajar los músculos y el sistema nervioso, facilitando un sueño más profundo y reparador. Además, son una fuente natural de melatonina, una hormona que regula los ciclos de sueño-vigilia, ayudando al cuerpo a mantener un ritmo circadiano saludable.

Incorporar una porción de almendras en la cena o como refrigerio nocturno puede ser una estrategia natural para mejorar la calidad del sueño, especialmente en personas con insomnio leve o trastornos relacionados.
Reducción de la ansiedad e irritabilidad
Otro beneficio clave de las almendras es su capacidad para contribuir al manejo de la ansiedad y la irritabilidad, dos condiciones que afectan a millones de personas en el mundo. Los nutrientes presentes en este alimento, como el triptófano y el magnesio, están relacionados con la regulación de neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina. Este neurotransmisor desempeña un papel crucial en la estabilización del estado de ánimo y la promoción de una sensación de bienestar emocional.
Además, contienen complejo B, crucial para combatir la fatiga mental y reducir el estrés. Gracias a su índice glucémico bajo, también ayudan a mantener los niveles de azúcar en sangre estables, evitando los cambios drásticos en la energía que pueden desencadenar irritabilidad o ansiedad.

Cómo incluir almendras en la dieta diaria
Para aprovechar estos beneficios, se sugiere consumir un puñado de almendras al día, lo que equivale aproximadamente a 23 semillas. Se pueden consumir solas como aperitivo, incorporarlas en batidos, añadirlas a ensaladas o utilizarlas como ingredientes en recetas dulces o saladas. Es importante elegir almendras crudas o tostadas sin sal añadida para evitar un exceso de sodio.
Otra manera práctica de incorporarlas a tu dieta es en licuados, leche y batidos. Ya que son una bebida rica en nutrientes que puedes consumir antes de dormir. La leche de almendra contiene magnesio y melatonina, que favorecen la relajación y la conciliación del sueño. Añadir almendras a batidos de frutas y vegetales es una manera deliciosa de consumirlas. Combínalas con plátano o avena, ambos alimentos ricos en triptófano, para potenciar el efecto relajante.