El cacao puede ayudar a frenar la fatiga que normalmente se asocia con la esclerosis múltiple (EM), según sugieren los resultados de un pequeño ensayo de factibilidad, publicado en la edición digital de ‘Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry’.
El cacao, al igual que el chocolate oscuro, es rico en flavonoides, sustancias que se encuentran en abundancia en las frutas y verduras y están vinculadas con propiedades anti inflamatorias.
Si los hallazgos se confirman en estudios más grandes, pueden ofrecer un enfoque dietético simple para un síntoma persistente y difícil de tratar, que afecta a nueve de cada 10 personas con esclerosis múltiple, según los investigadores. Las causas de la fatiga mental y física que experimentan las personas con EM son complejas, y es probable que incluyan factores neurológicos, inflamatorios, metabólicos y psicológicos.
Ninguno de los enfoques disponibles actualmente ofrece alivio a largo plazo, dicen los autores de este nuevo trabajo. Investigaciones previas sugieren que el chocolate oscuro, que contiene entre 70 y 85 por ciento de cacao, se asocia con una mejora en la fatiga evaluada subjetivamente en personas con síndrome de fatiga crónica. Esto llevó a los investigadores a ver si también valdría la pena explorar su potencial para ayudar a hacer frente a la fatiga asociada con la EM.
Los investigadores asignaron aleatoriamente a 40 adultos diagnosticados recientemente con la forma recurrente de EM y fatiga a beber una taza de polvo de cacao flavonoide alto mezclado con leche de arroz calentada (19) o una versión baja en flavonoides (21) todos los días durante seis semanas. Se instruyó a los participantes a que esperaran 30 minutos antes de tomar cualquier medicamento recetado o de comer o beber cualquier otra cosa, pero de lo contrario debían seguir su dieta habitual.
Los científicos evaluaron la fatiga y la velocidad a la que se fatigaban con la que se estableció la fatiga mental y física antes del inicio, en el punto medio y al final de la prueba. Y los participantes también calificaron subjetivamente su fatiga en una escala del 1 al 10, a las 10, 15 y 20 horas cada día, y controlaron su actividad con un podómetro, reseña Qué Pasa