Un estudio sobre hospitalizados con Covid-19 en Wuhan sugiere que quienes usan anteojos a diario enferman menos.
Combinar el uso de gafas y el de la mascarilla no siempre es fácil ni cómodo. Sin embargo, ambas prendas podrían ser complementarias en la lucha contra el coronavirus, como medida de prevención para evitar contagios. Un equipo de investigadores chinos ha constatado que, entre las personas hospitalizadas por Covid-19 en Wuhan hay muy pocas que usen gafas de forma habitual, a diario, lo que sugiere que el uso cotidiano de gafas podría reducir el riesgo de contagio.
Para probar su tesis, los investigadores anotaron en el expediente médico de los pacientes admitidos en el hospital Suizhou Zengdu –dedicado al tratamiento de la Covid-19– si usaban gafas de forma continuada, más de ocho horas al día. Y encontraron que solo el 5,8% de los ingresados eran usuarios habituales de gafas porque eran miopes, mientras que la proporción de personas con miopía en la zona, según un estudio anterior, era del 31,5%, mucho más alta que la de pacientes ingresados con coronavirus.
Los resultados –publicados en la revista especializada JAMA Ophthalmology– sugieren que los ojos podrían ser una vía de infección importante para la Covid-19 y el uso de anteojos una forma de evitarlo, aunque los propios investigadores reconocen que su estudio tiene limitaciones, como el pequeño tamaño de la muestra (276 pacientes) o la falta de estudios sobre el uso de lentillas y la Covid-19, entre otras.
“El contagio a nivel ocular de virus que se comportan de forma parecida en cuanto a transmisión –como el adenovirus– está demostrado, de modo que los oftalmólogos pensamos que con la Covid-19 podría suceder lo mismo, que a través de la conjuntiva –la parte blanca de los ojos, que es una mucosa–, podría producirse el contagio”, explica José Lamarca, vocal de la Asociación Profesional de Oftalmólogos de España (APOE) y miembro el equipo médico del Centro de Oftalmología Barraquer.
“El contagio a nivel ocular de virus que se transmiten de forma parecida a la Covid-19 está demostrado”
JOSÉ LAMARCA Oftalmólogo, vocal APOE
Y añade que, por ello, las principales sociedades oftalmológicas y asociaciones profesionales recomiendan a los propios oftalmólogos el uso de gafas para trabajar, porque durante su desempeño profesional se acercan mucho al paciente -trabajan a 15-20 centímetros– y consideran que las gafas son una medida de protección frente al coronavirus. “Algunos estudios realizados en China indican que el 0,8% de los casos de Covid-19 podrían haberse infectado a través de la conjuntiva”, si bien se trata de trabajos de los que no se tiene toda la información necesaria para conocer bien su nivel de solvencia, comenta Lamarca.
En la investigación publicada en JAMA Ophthalmology se indica también que, según las estadísticas disponibles en ese momento, entre el 1% y el 12% de los pacientes con la Covid-19 tienen manifestaciones oculares, que se ha detectado el virus en las lágrimas o sacos conjuntivales de pacientes afectados por la enfermedad y que se han detectado casos de oftalmólogos contagiados durante su práctica profesional.
Hace meses que algunos especialistas en oftalmología –entre ellos el equipo de Barraquer– aconsejaron a los deportistas que usaran gafas cuando salen a correr para incrementar su seguridad. “Al correr al aire libre los ojos están expuestos a la climatología, y ahora también debemos protegernos de las microgotas y aerosoles expedidos por otros corredores al respirar, que pueden ser fuente de contagio de la Covid-19”, aseguraba en mayo el oftalmólogo Victor Charoenrook para justificar la recomendación del Centro de Oftalmología Barraquer.
Y añadía que usar gafas tenían un efecto protector añadido, que es el evitar tocarse los ojos. De hecho, hay estudios que han demostrado que una persona se toca la cara una vez cada 2,5 minutos y los ojos involuntariamente unas diez veces cada hora. “Los ojos son una fuente de contagio y un punto sin protección en muchas ocasiones; en caso de tocarnos inadvertidamente los ojos es conveniente realizar un buen lavado con suero fisiológico o lágrimas artificiales sin conservantes para intentar eliminar en lo posible la presencia de virus”, apuntaba el especialista.
Algunos estudios indican que las personas se tocan los ojos involuntariamente unas diez veces cada hora
Con todo, el doctor Lamarca considera que, si bien usar gafas es una medida sencilla de protección, “tampoco es adecuado recomendar que todo el mundo vaya con gafas por la calle, como se hace con la mascarilla; no hace falta”. En cambio, sí aconseja recurrir a esta protección ocular a quienes tengan riesgo de entrar en contacto con una persona que podría estar infectada de la Covid-19, como personal sanitario u personas que trabajan de cara al público y en estrecho contacto con el cliente o paciente.
El oftalmólogo remarca que, cuando se usan gafas, lo importante es limpiarlas bien a diario, porque si no, en lugar de ser un elemento de protección, pueden acabar convertidas en un foco de contagio y no solo de coronavirus.
“No hace falta que todo el mundo vaya con gafas por la calle; sí las recomendaría a quien trabaja en estrecho contacto con clientes o pacientes”
JOSÉ LAMARCA Oftalmólogo, Centro Oftalmología Barraquer