Desafiar las reglas puede ser síntoma de un trastorno de la personalidad.
En México, alrededor del 17% de la población sufre algún trastorno mental y al menos 1 de cada 4 llega a padecer algún trastorno en su vida. Estas estadísticas fueron presentadas por la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión y asegura que sólo 1 de cada 5 personas recibe tratamiento.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud afirma que la salud mental es un concepto que no sólo implica estar bien físicamente, sino que la persona pueda desarrollar el bienestar emocional a nivel personal y social.
Comúnmente conocido como TAP, este trastorno afecta las relaciones sociales. Las personas que lo padecen presentan actitudes enfocadas en adquirir un beneficio personal, sin sentir remordimiento o arrepentimiento.
Es decir, estas personas pueden presentar conductas que desafíen las reglas, violen derechos básicos o incluso abusar de los demás. Estas actitudes generalmente se encuentran en personas psicópatas o con tendencia a cometer actos delictivos.
Asimismo, se considera que los hombres podrían tener mayor propensión a este tipo de trastorno, ya que está socialmente relacionado con rasgos de agresividad y violencia. Sin embargo, la falta de investigación sobre el padecimiento no ha permitido tener estadísticas bien fundamentadas.
¿Cómo se identifica en las personas?
Este trastorno cuenta con dos tipos de agresión: reactiva y proactiva. Es primordial intentar identificar si alguien a tu alrededor está manifestando este tipo de actitudes, para tratarlas a tiempo.
La primera reacción se refiera a cuando una persona recibe un golpe o una agresión y, como respuesta a ésta, devuelve el golpe o agresión en forma similar.
El segundo tipo ya involucra un impulso de carácter psicopático. La persona piensa en causar un daño sólo porque puede recibir un beneficio o le causa satisfacción realizar esa acción. Comúnmente no hay ningún tipo de emoción involucrado.
Pueden realizar cualquier acción que involucre extrema violencia o incluso la muerte, sin que sientan algún tipo de empatía o midan el alcance de consecuencias que puede generar.
Las enfermedades mentales aún viven bajo una fuerte estigmatización y quienes las padecen pocas veces hablan de los síntomas o los posibles problemas que enfrentan. Así, la observación de los niños y adolescentes por parte de los padres se vuelve fundamental para prevenir cualquier situación. reseña vix