Antonio Ecarri Bolívar: 6D una reflexión para los dos

El pasado 6 de diciembre, oportunidad que utilizó el pueblo para expresar democráticamente su indignación, se escribió una página histórica, de tal relieve e importancia que debe ser leída con la mayor atención por gobierno y oposición. El gobierno de la dupla Maduro-Diosdado (en lo adelante la Dupla) gran derrotada en esos comicios, debería ser la que utilice una lupa del mayor aumento para leer, letra por letra, esa página escrita por sus compatriotas.

La Dupla, hasta ahora, parece que no solo no ha leído el mensaje, sino lo más grave: ha despreciado olímpicamente su lectura. Confieso que guardo la esperanza, cada vez más disminuida, de que toda esa pataleta de absurdas “boutades” de la Dupla, tenga que ver con la estratégica manera de utilizar el micrófono para frenar la estampida que ya comenzó en las huestes del otrora mayoritario chavismo.

De lo contrario, de estar hablando en serio, con esa retahíla de insultos procaces del tenor: “Las elecciones fueron fraudulentas”, “vamos a impugnar a los diputados electos”, “vamos a crear el Congreso Comunal”, “nos importa un bledo los lapsos legales y nombraremos magistrados porque nos da la gana”, y otras indecencias del mismo tenor, sería lamentable, porque de seguir adelante en tal despropósito sería taconear en el debilísimo piso político del gobierno que se llevaría por delante a la Dupla y, así mismo, a “justos y pecadores” del chavismo.

El peligro de la caída abrupta de todo el entramado oficial es lo que han alertado, con distintos matices, como peligro inminente, políticos de oficio y pedigrí como el ex fiscal y embajador Isaías Rodríguez, el vicepresidente del Parlatino Roy Daza, Freddy Bernal, Juan Barreto, el otrora gurú de Chávez Jorge Giordani, el ex ministro Navarro, los gobernadores Ameliach, Istúriz y Blanco La Cruz; el ex candidato zuliano Pérez Pirela; además de Nicmar Evans y casi todos los que opinan en la página chavista “Aporrea”, a quienes les ha caído la locha de que es preferible asumir la derrota con gallardía que inmolarse en el altar de la arrogancia.

La reflexión, si es que quieren oírla, es la misma que hacía en uno de sus editoriales Rafael Poleo: “La responsabilidad política depende de la honradez y la seriedad de sus dirigentes. Es la que permite decir: ‘Yo soy del partido tal’, sin temor de que el interlocutor contenga una risita, como les pasa ahora a los militantes del PSUV. (…) Sería criminal que Maduro y Cabello para resolver sus problemas personales sacrifiquen el potencial de un movimiento político objetivamente vigoroso como el PSUV”. La recomendación nuestra, entonces, es para el grueso de la militancia del PSUV: no se dejen llevar al holocausto por la Dupla, porque a quienes fallecen, por muy amigos y compañeros que sean, se acompaña hasta la orilla misma de la sepultura. En ese momento aciago, el paso de vencedores es siempre hacia atrás.

Ah, y para la victoriosa oposición: la reflexión debe ser la de administrar la victoria con humildad y comenzar una labor pedagógica con el derrotado, sin imitar su oprobiosa conducta arrogante de los últimos 17 años. Sabemos que no es fácil tenderle la mano a un mal perdedor porque la puede morder, pero aun con ese riesgo no se debe dejar pasar la oportunidad de hacerlo. El tema es que si asumimos una actitud igual a la de la Dupla se nos puede ir el país de las manos a todos.

Los recuerdos de errores históricos, que costaron vidas humanas, deben orientarnos para no incurrir en hechos que, aunque parezcan aislados, pueden desatar los demonios de la confrontación y el sonar de los tambores de la guerra. El disparo de un insensato, que cegó la vida al diputado de las Cortes José Calvo Sotelo, desató la guerra civil española. Ni un solo disparo queremos oír, sino el anuncio, de gobierno y oposición, del inicio del diálogo que nos permita salir de esta crisis terrible. De lo contrario, no hay manera de llegar a la otra orilla. Los náufragos seríamos todos.

 

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