Luis Enrique Gil : Inestabilidad muy estable

Luis Enrique Gil Graterol

(Examen del proceso inicial de “desenlace” (no de solución) de la crisis venezolana)

 I. Pandemia de la izquierda latinoamericana.

Parece pandémico los problemas políticos que están padeciendo los jefes de Estado de la izquierda latinoamericana en éstos últimos días; Mauricio Macri vence en Argentina y Cristina Fernández de Kirchner regresa a Buenos Aires para acudir al banquillo de los acusados por cuestionamientos a su gestión; Dilma Rousseff  viaja a New York con la amenaza de impeachment[1]  (juicio político); la izquierda peruana pierde en primera vuelta con su antítesis, Keiko Fujimori, Evo Morales después de reveces políticos y escándalos personales visita presurosamente Venezuela para reunirse con el presidente Maduro, quién se encuentra en el medio de una ya prolongada crisis general; y todo esto ocurre a un mes de la visita del presidente Obama a Cuba.

II. Caso venezolano.

Lo concreto en el caso venezolano es que la estrategia de ataque al presidente Maduro es multidireccional: a) La solicitud de activación del referéndum revocatorio; b) La propuesta de enmienda Constitucional; c) El sistemático ataque al problema de la nacionalidad del presidente (confusamente tratado por la vocería oficial);  d) El incesante ataque producto de los rigores de la crisis socioeconómica y sus efectos en el diario vivir de los venezolanos (linchamientos, inseguridad, colas, inflación, etc) y; e) El agravamiento de la crisis eléctrica y del abastecimiento de agua con sus consecuencias en la productividad de la economía.

III. La enmienda.

La Asamblea Nacional en sus últimas sesiones ha tomado decisiones que tendrán hondo impacto la situación política nacional. Se trata de la aprobación en primera discusión del proyecto de enmienda Constitucional y la aprobación de la Ley que regulará los referéndums.

En el citado proyecto de enmienda constitucional, se reforman los artículos que rigen la duración del período presidencial y el de los alcaldes y gobernadores, así como también limita la reelección hasta por un período adicional a las autoridades ejecutivas a todos los niveles.

Entre tanto, establece que cualquiera que sea la duración del periodo presidencial, en caso de falta absoluta en la Presidencia de la República se procederá a una nueva elección, salvo en el último año del periodo presidencial, en el cual dicha falta será suplida por el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidente Ejecutiva, hasta la culminación del período.

Pero sí la ausencia absoluta se hubiere originado por la renuncia, la revocatoria popular del mandato, el abandono del cargo o la destitución, casos en los cuales la Asamblea Nacional elegirá, entre sus miembros, a quien deba ejercer la Presidencia de la República hasta finalizar el periodo, y prevé que cuando la falta absoluta se produce por alguna de estas últimas causas, el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional se encargará de la Presidencia de la República de inmediato en cualquiera de los supuestos, para atender institucionalmente la crisis.

Vista las cosas, el proyecto presentado de enmienda de la constitución ofrece desde la perspectiva de la oposición, un camino a seguir para resolver o al menos reordenar la pugna política presente en Venezuela, que a nuestro juicio impide los acuerdos básicos para encontrar las soluciones de los problemas económicos y sociales.

IV. La oposición.

Mientras esto ocurre los adversarios del presidente fluyen en una frecuencia política complicada, con agendas múltiples, dificultades y desencuentros y diversos problemas propios de quien está en oposición. Pero a mi juicio, los problemas claves que impiden la consolidación de una alternativa en verdad vigorosa son los que mencionamos y confirmamos con opiniones de expertos:

a) Falta de confianza entre los actores políticos, impide una real cohesión.

 

El analista John Magdaleno

“… la unidad no es exclusiva de la MUD. Urge combatir los “fantasmas internos”, entre los que figura la tesis de que la apertura hacia la sociedad civil significa revivir a la Coordinadora Democrática…”

 

“La ausencia de un consenso mínimo sobre la caracterización del régimen político, de un diagnóstico común, dificulta lograr acuerdos básicos sobre la estrategia para el cambio…”,

 

El analista Ángel Álvarez

“… la oposición es un grupo heterogéneo, diverso y sin organicidad, que funciona sin reglas partidistas y en el que se pierde mucho tiempo en negociar. Además, no se discute internamente, se imponen los liderazgos personales, hay dificultad para llegar a las clases populares…”

 

b) Ausencia de planes concretos en lo económico, en el restablecimiento de la paz y reordenamiento del poder.

Luis Vicente León, presidente de Datanalisis

“Tenemos que ponernos de acuerdo. La oposición no tiene propuestas económicas en documento. Quieren buscar el poder como sea y esa no es la vía. El chavismo es y seguirá siendo una fuerza importante”.

 

c) Limitaciones en su perspectiva real de Poder.

 

Aun habiendo obtenido las 2/3 partes de la AN, su accionar se ha visto limitado severamente por los demás poderes, hasta el punto de hoy parecer inefectiva y acorralada. Su poder real es limitado, hoy existen diversas fuentes de poder no controladas por la oposición, tanto desde la perspectiva tradicional (1 Poder de 5 que componen el Estado) como desde la perspectiva no tradicional o parapolítica; me refiero en este sentido a colectivos, movimientos sociales y organizaciones de base.

 

V. ¿Paraíso para las transnacionales?

La historia venezolana ha tenido momentos diversos de inestabilidad, podríamos decir, a riesgo de parecer exagerados que en nuestro devenir republicano ésta ha sido una característica constante, con la excepción del período llamado “puntofijista” o democrático impulsado después de la dictadura perezjimenista desde 1958 hasta 1998, cuando se adviene la etapa revolucionaria.

Los períodos prolongados de inestabilidad han traído consigo la pugnacidad de casi todos los actores de la sociedad de su tiempo, incluyendo a los factores económicos locales. Esto generó una dinámica en la cual los actores gobernantes procuraron, en no pocas oportunidades, encontrar aliados en el empresariado internacional para el manejo de la economía venezolana. Toda vez que, en el medio de los conflictos políticos, también ha existido el componente económico, especialmente luego del surgimiento del petróleo. Y esto ha llevado inevitablemente a que toda la sociedad termina tomando partido en la diatriba y ésta situación abre oportunidad en el mercado para empresas transnacionales sin objetivos políticos internos.

Hoy la situación es parecida, existen muy pocos actores en el campo de la economía que no hayan tomado una posición política en el conflicto, ya sea activa o pasivamente. Y en este momento, cuando la crisis llega a un estado verdaderamente tenso, es obvio que el gobierno procurará lograr la reactivación de la economía con factores económicos no hostiles políticamente y eficientes en el proceso de generación de bienes y servicios, así como también en la explotación de las riquezas. Por lo cual creemos que en ese sentido se conservarán los acuerdos con empresas de esa naturaleza y se propiciarán nuevos espacios. Claro está, comprendiendo la escasez de recursos que padece el Estado, necesario es advertir que no es un mercado de oportunidad abierta, sino una limitada alianza a los negocios que generen estabilidad. Esto quiere decir, que hay que comprender lo que es importante y prioritario para el gobierno en el entendido de que busca afanosamente su permanencia en el tiempo y la estabilidad económica que la propicie.

 

VI. Conclusiones

  1. Frente a lo expuesto es necesario concluir que, el caso venezolano reviste características fundamentalmente diferentes a la tendencia observada en la región. Es inevitable la percepción de categorizarlo dentro de la crisis que padece el modelo populista de izquierda latinoamericano, pero la configuración económica del Estado asigna a nuestro país una condición sui generis al marco en el que se desenvuelve la dialéctica política y el manejo del poder. Por lo tanto, lo que ocurre en la región no necesariamente sucederá en Venezuela, o al menos no como “efecto dominó”.

 

2. El gobierno en búsqueda de aliados confiables para el tema de la estabilización económica, abrirá espacios lógicos para la inversión extranjera y procurará conservar la existente. Sobre todo, en áreas como la minería, la energía, alimentos (abastecimiento), construcción de vivienda (es su misión bandera) y áreas no petroleras ya que se han trazado al menos en el discurso, la superación del “rentismo” o la mono producción.

 

3. El ataque al presidente en medio de la crisis es para la oposición una táctica existencial y su expresión es multidimensional. Y con la propuesta de enmienda constitucional y la solicitud de activación del referéndum revocatorio, se abrirá una etapa crucial del conflicto político venezolano, en la que se jugará la permanencia del gobierno y la subsistencia de la oposición como factor conglomerado, al menos en el aspecto electoral. Definitivamente en el ámbito nos dirigimos hacia un desenlace que pudiera conducirnos a una redefinición de los espacios de poder.

 

4. Finalmente cabe preguntarse:

¿Es viable en el marco de la misma pugnacidad existente, que la potencial enmienda constitucional sea acatada por el actor con más poder “real”, en este caso el Gobierno, quien ejerce una influencia determinante en los demás Poderes Públicos?

Creemos que no, el gobierno tiene, aunque no lo parezca un aparato político con fuerza y los recursos del Estado para generar sus propias realidades.

¿La oposición podrá generar fuerzas que hagan posibles sus objetivos?

Si logran avanzar hacia la conquista de espacios reales de poder y logran capitalizar la crisis del gobierno, constituyendo una contra oferta que represente una alternativa viable de poder.

Todo este cuadro configura un escenario que tendrá un inevitable desenlace. Como lo hemos advertido en anteriores publicaciones, el gobierno también “juega” y la apreciable diminución en las condiciones de vida del venezolano, repercuten favorablemente en la posibilidad de maniobra del gobierno en la dominación de la crisis política y el control social. En síntesis, el presidente cuenta con un pueblo “distraído” en los problemas cotidianos que, a pesar de su molestia, solo se mueve para procurar el sustento diario y no para engrosar las filas de algún plan o movilización de carácter popular y como ya lo hemos dicho y lo reafirmamos; el proyecto del “Arco Minero Nacional”, que avanza silente puede dotar de ingresos al gobierno y darle mayor estabilidad para encontrar su propia transición.

 

 

[1] El impeachment es una figura del Derecho anglosajón (específicamente en Estados Unidos y Gran Bretaña) mediante el cual se puede procesar a un alto cargo público. El parlamento o congreso debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado (normalmente en la Cámara alta). Una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por una votación del órgano legislativo, lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares.

Las traducciones al español más comunes son «moción de censura», «impugnación», «impedimento», o «acusación pública» (también se usa «juicio político»).