Palmeros bajaron 700 ramas para celebrar el Domingo de Ramos

La alegría marcó el trayecto hasta la iglesia de Chacao, donde las varas son hoy bendecidas y llevadas a los hogares en símbolo de humildad

Teresa Cacique/El Nacional

Los palmeros de Chacao descendieron ayer al mediodía en una larga fila precedida por el palmero mayor y presidente de la Asociación Ecológica Palmeros de Chacao, Ramón Antonio Delgado Blanco, quien hizo el trayecto en compañía del alcalde del municipio, Ramón Muchacho. Ambos fueron escoltados por el grupo Los Santos Inocentes de Caicagua, que con sus diablos, bailarines y trajes extravagantes impregnaron la atmósfera de un paganismo festivo.

De pie sobre sus rotundos 83 años, Delgado Blanco explicó que los actos en relación con la palma están siempre precedidos de oraciones y rituales: se trata de un acercamiento respetuoso porque la rama tiene sus misterios. Así, por ejemplo, antes de podarla, todos los hombres que participan en el trabajo presentan sus plegarias a los “muñecos”, como llaman a los palmeros fallecidos. Explicó que son ceremonias muy especiales que a veces conllevan situaciones extrañas que no pueden contarse.

El número de podadores y cargadores de la palma este año es impreciso; mientras el alcalde indicó que serían unos 400 entre palmeros y palmeritos, Freddy Delgado, hijo del palmero mayor, calculó unos 170 en total, procedentes de El Pedregal. Informó que tiene a cargo el grupo de Los Pioneros, adolescentes a quienes les enseña a conocer la montaña y sus senderos en lo que es toda una iniciación en la obra de ser palmero. Desde el miércoles pasado, los grupos de podadores acamparon en No Te Apures, La Guagüita (un ojo de agua de la montaña), La Cueva de los Palmeros y El Dormidero, en el Ávila, preparándose para el descenso de ayer.

Lejos de lo que algunos piensan, las palmas no sufren ningún deterioro al ser podadas, pues lo que se toma es un cogollo y ellas siguen su vida natural. Además, en las inmediaciones del Humboldt existen tres viveros donde está germinando la palma que dentro de unos cuatro años será plantada en la tierra directamente. Un grupo de botánicos al frente de esta tarea garantiza que la rama se reproduzca y la tradición de bajarla el sábado anterior al Domingo de Ramos permanezca en el tiempo.

Para ayer estaba convocada una concentración política en la ciudad. Tal vez por ello, no fue demasiada la gente que acompañó en su trayecto a los palmeros. El palmero mayor expresó: “La situación actual lo que está pidiendo son acciones como la nuestra: amor, unidad, cariño, defensa, porque esta palma es tan poderosa que nos protege de cualquier malestar que se sienta en la casa. Nosotros siempre nos basamos en la fe y que sea lo que Dios quiera; lo que queremos es mantener vivo el encuentro con la llegada de Jesús a Jerusalén y que el país se mantenga en sana paz”.

Tradición religiosa.

La institución de las palmas en los evangelios bíblicos tuvo lugar en el siglo I cuando Jesús hizo su entrada en Jerusalén y la multitud corrió a tenderle ramas sobre la tierra para que el Rey de Reyes irrumpiera en la ciudad sagrada. Es un pasaje que conecta al creyente con los ciclos que se aproximaban en la vida del Señor: muerte y resurrección.

El peregrinaje anual de los palmeros de Chacao, ininterrumpido desde el siglo XVIII, revive el simbolismo de las ramas en una historia que describe el lamento (que es también grito, súplica, salmo) que el párroco José Antonio Mohedano lanzó a los cielos para pedir salud ante los embates de un brote de fiebre amarilla que asolaba la ciudad. Deseoso en su corazón de ser oído, el sacerdote quiso propiciar la entrada simbólica del Cristo sanador en la provincia caraqueña y para ello mandó a sus peones a bajar palmas reales de las faldas montañosas más cercanas.

Ayer, los palmeros atravesaron El Pedregal hasta desembocar en la iglesia San José de Chacao donde guardaron la preciosa vara.

EL DATO

Este año 700 ramas fueron podadas por unos 120 palmeros. En el Ávila, cerca del Humboldt, 3 viveros aseguran varas para muchas generaciones