Un anuncio de la OPS sobre este fármaco ha devuelto al centro del debate la batalla de Caracas por retomar el control de sus recursos secuestrados en la banca internacional.
Mientras el mundo se debate por conseguir soluciones efectivas contra la pandemia del covid-19 y se recrudece la batalla por el acceso a las vacunas, Venezuela debe afrontar una situación aún más preocupante: el bloqueo impuesto por EE.UU. y la Unión Europea que le prohíbe al país utilizar sus recursos depositados en la banca internacional para cancelar su cupo al Fondo de Acceso Global para Vacunas covid-19 (Covax).
El Covax, administrado por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OMS-OPS), dio la oportunidad a Venezuela -en febrero pasado- de comprar un lote de entre 1,4 y 2,4 millones de vacunas de la farmacéutica británica AstraZeneca.
En ese momento, Venezuela advirtió que no podía cumplir con el pago inicial para acceder al Covax porque sus recursos están congelados en la banca internacionala petición de Juan Guaidó, el autoproclamado «presidente interino» que EE.UU. decidió reconocer para intentar derrocar a Nicolás Maduro.
En ese momento, aún las vacunas de AstraZeneca no habían sido cuestionadas en Europa, donde al menos 12 países decidieron interrumpir temporalmente su aplicación, mientras investigaban los reporte de cuadros de trombosis en los vacunados.
En medio de todo esto, el Gobierno de Venezuela ha mantenido, desde mediados de 2020, una mesa de trabajo en la que participan el Ministerio de Salud, la OPS, distintos miembros de la oposición venezolana -incluida el ala de Juan Guaidó-, sociedades científicas, la academia de medicina y otros actores civiles, para conseguir que los recursos congelados en el sistema financiero internacional puedan ser utilizados para comprar las vacunas.
Sin embargo, un anuncio de la OPS esta semana removió la situación. El organismo aseguró que Venezuela no perderá su cupo para acceder al Covax y afirmó que las dosis que reservará serán las de AstraZeneca, producidas en Corea del Sur.
El anuncio no tendría nada de conflictivo sino fuese porque, a mediados de marzo, la vicepresidenta Delcy Rodríguez ya había adelantado que Venezuela no aprobaría ni recibirá las vacunas de AstraZeneca mientras no fuesen seguras.
¿Por qué Venezuela no acepta AstraZeneca?
El Gobierno venezolano ha sido sumamente cuidadoso en atender las circunstancias generadas por la pandemia y, sobre todo, por hacer uso efectivo de los pocos recursos que tiene para enfrentar la situación en medio del bloqueo.
Por esa razón, ha procurado gestionar dosis de vacunas con países aliados, como Rusia y China, que además están avaladas por la comunidad científica y farmacológica venezolana, para no poner en riesgo a la población.
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De hecho, el país comenzó su campaña de inmunización con las vacunas Sputnik V de Rusia y Sinopharm de China.
Tras conocerse los problemas de AstraZeneca, Venezuela decidió no aprobar su uso. El primer anuncio se hizo el pasado 15 de marzo.
Esta postura la reafirmó este miércoles, por parte del presidente Maduro: «Venezuela no va a traer ninguna vacuna que esté causando estragos en el mundo, no voy a nombrar a ninguna, solamente van a venir las vacunas comprobadas científicamente en Venezuela y que son seguras para nuestro pueblo».
Además, las dosis de AstraZeneca no son las únicas incluidas en el Covax. De hecho, el mecanismo cuenta con otras vacunas, como la Janssen de Johnson & Johnson, la Pfizer-BioNTech y la china Sinovac. Incluso Rusia ya solicitó que la Sputnik V sea incluida.
¿Por qué hay retrasos con el pago de Covax?
Los retrasos en los compromisos de Venezuela con la OPS-OMS obedecen precisamente al bloqueo impuesto contra el país, que incluye el congelamiento de sus recursos en el mercado financiero internacional.
Esto ocurre porque el lobby de Juan Guaidó se ha encargado de hacer todo lo posible para que los fondos de Venezuela permanezcan bloqueados, al argumentar que si son administrados por el Gobierno de Maduro, estarían «en peligro». Debido a esta presión, el dinero que el país destinaba a comprar medicinas, alimentos y repuestos para sostener los servicios esenciales y sobre todo a la industria petrolera, principal fuente de ingresos del país, está prácticamente secuestrado.
Sobre esto, el presidente Maduro recordó esta semana que su país había informado «con suficiente tiempo» a la OPS-OMS sobre los inconvenientes que presentaba para pagar sus compromisos a través de la banca internacional.
El problema de la retención de recursos es tan grave que Venezuela ha tenido que recurrir a la justicia. Esta semana, la vicepresidenta Rodríguez informó que se han iniciado una serie de juicios contra los bancos involucrados en el bloqueo de los fondos en España, Bulgaria, Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Curazao, Turquía, Liechtenstein, EE.UU., Suiza y Portugal.
Además de esos litigios, está pendiente la solicitud para «la liberación del dinero secuestrado en el Banco de Inglaterra», dijo Maduro esta semana, con respecto a los fondos que desde 2020 han sido pedidos a esa entidad financiera, incluso con la mediación de la ONU, para atender la emergencia sanitaria.
La postura de Venezuela es sencilla: en el momento en que se produzca la liberación de los recursos por parte del Reino Unido, el país suramericano podrá pagar su participación en el Covax y decidirá, con el aval de sus científicos, qué vacunas inoculará a su población.
«No va a entrar ninguna vacuna al país, ni debe ser enviada una que no haya sido autorizada por nuestros institutos científicos nacionales, por nuestros institutos farmacológicos, por las autoridades sanitarias», advirtió Maduro el miércoles.
¿Cuál es el papel de Guaidó?
En medio de este conflicto hay un punto clave: Guaidó es quien debe pedir que liberen los recursos de Venezuela en Reino Unido para pagar al Covax.
¿Por qué Guaidó y no Maduro? Porque como la administración estadounidense ha decidido reconocer la ilegal autoproclamación del exdiputado, en el Reino Unido alegan no tener certeza sobre quién ejerce legítimamente el poder en Venezuela, a pesar de que Maduro jamás ha salido de Miraflores.
El pasado martes, Ciro Ugarte, director del Departamento de Emergencias en Salud de la OPS, comentó que Venezuela aún tiene la posibilidad de acceder al Covax, siempre que logre desbloquear los recursos necesarios para pagar la cuota inicial de 18 millones de dólares.
Aunque Ugarte no se refirió directamente a Guaidó, comentó que «las iniciativas entre los actores políticos» que sostienen «el Ministerio de Salud, las sociedades científicas, la academia de medicina y varios otros actores», han logrado un acuerdo para pagar.
Ministerio Público inició investigación por secuestro de más de siete mil millones de dólares del Estado en el extranjero https://t.co/qwNtQkz3Ty #25Mar pic.twitter.com/lRnL8YyqcQ
— Ministerio Público venezolano (@MinpublicoVEN) March 25, 2021
El grupo de Guaidó prometió, la semana pasada, realizar «todas las gestiones» ante el Departamento del Tesoro estadounidense para desbloquear los 18 millones de dólares para el Covax y otros 12 millones de dólares para costear la infraestructura que permitirá distribuirlas.
Pero la dificultad en el acceso al Covax no se limita a la cuota inicial sino que además, la mesa de trabajo venezolana con la OPS debe demostrar que tiene 100 millones de dólares para cancelar todo el lote de vacunas y así proceder a la entrega.
Sobre estas limitantes, la vicepresidenta Rodríguez recalcó que Venezuela ya hubiese pagado al Covax si Guaidó y EE.UU. no mantuvieran bloqueado los recursos.
Recordó que fue Guaidó quien ordenó al banco estadounidense City Bank, perteneciente a Citigroup bloquear y transferir 346 millones de dólares de una cuenta del Banco Central de Venezuela, a la Reserva Federal de EE.UU. La situación se repite con las otras entidades financieras en Reino Unido y Europa.
«Venezuela no está pidiendo limosnas. Venezuela tiene más de 7.000 millones de dólares en activos líquidos bloqueados», dijo la vicepresidenta venezolana en una rueda de prensa en la que estuvo acompañada por el canciller, Jorge Arreaza, y el Procurador General, Reinaldo Muñoz, y en la que pidió investigar la responsabilidad de Guaidó en el bloqueo para acceder a las vacunas.
Este jueves el Fiscal General de Venezuela, Tarek William Saab, informó que el Ministerio Público abrió una investigación penal contra Guaidó por el secuestro de más 7.000 millones de dólares del Estado en el extranjero.
Orlando Rangel/RT