El exfiscal general de la República, Isaías Rodríguez, dejó entrever que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, podría suspender la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Isaías Rodríguez, exfiscal general de la República, ve la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) como una “coyuntura histórica” necesaria para el país, un llamado hecho por el presidente Nicolás Maduro.
—¿Por qué es necesario convocar a una Asamblea Constituyente?
— Como observador del proceso político venezolano, para mí la Constituyente nace como una circunstancia de una coyuntura histórica, a diferencia de la primera Constituyente que fue pensada y reflexionada. Qué ocurrió: en América Latina hay dos líneas internacionales; una agresiva y violenta de los EE UU, y otra que tiende a estructurar la cordura, la calma y la paz dirigida por el papa Francisco (…).
El presidente Maduro, ante la crisis económica del país, decide iniciar ese diálogo, colocando a la oposición en la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), porque en el país hay distintos tipos de oposición. Él escogió como sector de oposición a la MUD, que el imperio le hizo un diseño fuera del país que no estaba totalmente acertado.
Le dijo: ‘Si tú respiras fuerte el Gobierno se cae, eso sí, se va a caer, pero tú tienes que tratar de insertarte en dos elementos que sostienen a todo Gobierno en Latinoamérica, el pueblo y los militares’ , y la MUD se creyó el cuento. La MUD no es que sopló sino que se convirtió en un ventilador y buscó cualquier elemento que moviera los vientos y creó huracanes, ciclones y no se cayó el Gobierno, como primera conclusión. La segunda es que ni entró al pueblo porque los barrios la rechazaron, ni pudo mover a los militares.
Pero, a pesar de eso, la MUD seguía siendo una expresión de poder y para tratar de resolver el problema económico del país había que sentarse con ella y en función del planteamiento del diálogo que hace el papa Francisco, el Gobierno resolvió sentarse con la MUD a buscarle una solución dialogada al país. La MUD con este diseño se negó al diálogo, pero tenía que negarse diplomáticamente al comienzo, y le dijo (al Gobierno) si tú consigues a tres expresidentes, dando por seguro que no se iban a conseguir, se consiguió a Rodríguez Zapatero, a Leonel Fernández y a Manuel Torrijos. Al conseguirlos; la MUD dijo: ‘No, yo quiero que consigas a un organismo internacional serio’, y se consiguió a la Unasur. Y la MUD dijo: ‘No; yo quiero que me consigas al Papa’ y no le quedó otra cosa que sentarse, pero tenía aquellos aires de lo que le habían dicho que si respiraban fuerte se caía el Gobierno, y a la tercera reunión se levantó y dijo no, no va a ver diálogo aún y con todas las condiciones cumplidas.
Ante esto, el presidente Maduro reflexionó y dijo: ‘Aquí la única alternativa es hacer este diálogo con todo el país, no simplemente una mesa para dos, sino una mesa para todos y esa mesa para todos la única que hay es la Constituyente’, por eso digo que es una conyuntura histórica (…).
— Para un sector del país la consulta de la oposición y la Constituyente del Gobierno es una simple medición de votos, ¿usted qué opina?
— No veo la Constituyente como una medida de votos del Gobierno, lo veo como una coyuntura histórica. Ahora, en el caso de la oposición, sí se ve como si se quisieran contar, lo que pasa es que no son sinceros. Necesitas que un tercero te cuente, no contarte tú mismo. Recuerdo que en el 2005 se trató de hacer una consulta contra Chávez y se recogieron firmas y hubo alguien que declaró que recogió 40 millones de firmas y resulta que teníamos 32 millones de habitantes. Entonces, yo no entiendo cómo puedes recoger 40 millones de firmas con 32 millones de habitantes. En este momento, con el plebiscito, ellos han dicho que una vez terminado van a quemar todos los documentos y las actas. Es decir, escondo mi embuste y le digo al país tienes tantos violentos, porque hay que tomar en cuenta, que la convocatoria que está haciendo la MUD, no es la convocatoria de la MUD original, es de la MUD después que (Leopoldo) López consigue la casa por cárcel.
Hay dos tiempos de la MUD y hay dos MUD diferentes; esa MUD anterior no es la que está recogiendo los votos es la MUD nueva, incluso, con nuevos dirigentes.
He visto las declaraciones de Chúo (Torrealba) que fue secretario general de la MUD, que son contrarias a esto y dice que esto va a fracasar, entonces esa nueva MUD necesita oxígeno y anda buscando desesperadamente oxígeno, porque ha llegado a un punto de no retorno en la actitud de su expresión política. Cuando tú conviertes tu lucha en una expresión de violencia, llegas a un punto de no retorno, porque la violencia no es sino la manifestación política del fascismo. (…) Nadie ha hecho un proyecto de país alterno al proyecto malo o bueno que tenga el Gobierno o que tenga el chavismo y es, simplemente, quítate tú para ponerme yo, y si no te quitas te quito a la fuerza y si tengo que ir a luchar inconstitucionalmente fuera de la legalidad, voy inconstitucionalmente fuera de la legalidad (…).
—¿La ANC es irreversible?
—No hay nada irreversible, pero no sé que piensan el país y el Gobierno. Lo importante para este momento en el país es que tú puedas construir la paz y la reestructuración económica. Si yo tengo que hacer una concesión en función de esas dos cosas, la haría, pero no soy quien dirige este proceso; soy alguien más a quién le duele este proceso, pero no soy el tutor del proceso (…).
—¿Cómo se puede motivar al venezolano para que apoye este proceso Constituyente?
— Yo tengo una visión del venezolano de mucho respeto. Hay dos elementos que me han permitido darle más solemnidad a ese respeto. Uno, fue la votación de diciembre de 2015, cuando la oposición logró la mayoría del Parlamento porque creció 157 mil votos y el Gobierno pierde, porque se abstienen 2 millones 900 mil votos, que no se pasaron para el otro lado, sino que se abstuvieron. Eso quiere decir, que el país tiene conciencia política, y que aún cuando tenga compromisos políticos asume el país con conciencia y no por compromisos, y que del otro lado, hay un concepto muy claro de clases (…) hay una especie de equilibrio que no es falso, hay un pueblo con bastante madurez (…) y los pueblos que tienen conciencia de los dos lados está dispuesto a crecer. A mí no me sorprende que con la crisis que hay en el país de los dos lados pudiera creer que la Constituyente es una fórmula aceptable para construir la paz del país, no me extrañaría (…) en mis números, la gente que vota por el Gobierno, por el chavismo, en cifras debe estar por el 28% y el 30%, a pesar de tener esa cifra pienso que el país está buscando una solución que no sea la violencia pudiera empezar a creer que la solución está en que nos sentemos a conversar, aunque tengamos diferencias.
— ¿Y si alcanza apenas el 15% de la votación?
— El problema habría que analizarlo dentro del esquema filosófico y dentro del esquema político. Cuando tú convocas a un proceso Constituyente y se instala la Asamblea Constituyente es el símbolo del poder originario con el que vote. (Rafael) Caldera fue Presidente con el 17% con apoyo del chiripero, la oposición se abstuvo en las parlamentarias del 2005 y el Gobierno tomó el Parlamento y no pasó nada. Es decir, desde el punto de vista histórico situaciones como esas no cambian el mundo que tú tengas deficiencia de participación. Desde el punto de vista filosófico ese sería el planteamiento. Desde el punto de vista político habría que ver si la madurez que el país tiene está en decidir si quiere vivir entre violencia y paz, y tendrá que tomar una posición, así esté de acuerdo o no (…).
—Sin embargo, por ser un poder originario hay cierto temor por las decisiones que se tomen y a los decretos que surjan que al propio texto final de la Constitución…
— Ciertamente, el poder originario tiene dos etapas: la etapa de los actos constituyentes y la de los actos con los cuales puede actualizar la Constitución. El referéndum aprobatorio es para los actos que tienen que ver con la Constitución, pero no para los actos constituyentes y quien vea el proceso constituyente como tú reflexión debería estar preocupado. Por lo pronto, puedo decir que seré muy prudente y la madurez del país será muy prudente con esos actos constituyentes. Hay elementos que enrrocar y es que el país está por encima de sus líderes. Si es cierto que esta Constituyente debe estar por encima de quienes la convocaron pudiera darnos una sorpresa. Yo aspiro a eso y en todo caso mi prudencia estará de ese lado. No creo, por ejemplo, que el proceso Constituyente sea para tomar decisiones de revancha política, ni creo que sea para pasar facturas personales, creo que debe ser un proceso de reflexión sobre el país, incluyendo el Gobierno de Chávez y el de Maduro e incluyendo opciones desfazadas y desbocadas de proyectos políticos que pretenden ser la alternativa.
— ¿Si a usted le proponen presidir la Constituyente, aceptaría?
— A mi me costó aceptar la propuesta de ir a esta Constituyente (…). No quería ir, primero para darle chance a otra gente. El país necesita de otros dirigentes después de la generación de Chávez, creo que se debería tener dirigentes parecidos a Chávez, a buenos dirigentes por la condición del país y por eso he rechazado ir como constituyente, pero al final vino alguien muy importante que me dijo: ‘Es bueno que tú vayas, porque eres una persona que ha hecho muchas críticas al Gobierno, a la corrupción, al sistema de justicia y valdría la pena que estuvieses allí, puedes ayudar a resolver unos problemas por experiencia. Entonces, acepté. Voy por Petare, vivo en el estado Miranda desde hace 18 años, en Baruta. Si me piden presidirla confieso que yo casi dirigí la anterior. Fui el primer vicepresidente, pero (Luis) Miquilena que era el presidente andaba en lo suyo y Aristóbulo (Istúriz) en lo suyo, que era el segundo vicepresidente. Yo llevé la parte administrativa y casi dirigí los debates, eso agota y no quiero agotarme más de lo que ya estoy. Pienso que hay algunos elementos que yo pudiera darle al país que no están allí y que no van a salir de allí. Yo puedo escribir, declarar, orientar. No me siento de esos militantes acorralados por una disciplina. Tengo un tercer matrimonio y una de las condiciones que puse fue no hacer más política.
—¿Cuánto tiempo considera usted prudente para la ANC?
— Yo dije que 545 constituyentistas es demasiado y lo dije con la experiencia de la anterior, que eran 131, estaba Chávez y la oposición estaba representada en siete constituyentes, pudiéramos pensar que había una Constituyente homogénea, que era fácil resolver los problemas. La gente no sabe lo que es una Constituyente, en la Constituyente tú no llegas con una línea política, hay líneas políticas que tú asumes cuando son elementales. Allí va gente de base que conoce al país, los problemas que está enfrentando, a la corrupción, gente que no ha entendido por qué se le dio casa por cárcel a Leopoldo López y la entiendo, estoy de acuerdo porque tiene que tratar de pacificarse el país y eso contribuye. Además eso viene de sectores que han servido de conciliadores, de Samper, los tres mediadores y el Papa que son gente que fuera del meollo ven al país con circunstancias diferentes y ellos te aconsejan. Para mí, no hay nada que no sea revisable, todo es revisable en función del país y la mayoría del país y el chavismo no lo ha entendido y va a estar en esa Constituyente y va a ver muchas cosas qué no entiende. No quiero decir que se rebele contra eso, pero tendrán qué explicárselo y muy bien. Creo que esta expresión de país va a ser mucho más auténtica que la anterior que tenía la línea política de Chávez y la unipotencia del liderazgo de Chávez, su carisma. Aquí no hay un carisma para liderar este proceso, además de que ésta nace cómo una respuesta frente al deseo de la MUD de crear un vacío político en el país que generara la desestabilización.
Creo que esta Constituyente debería trabajar en un lapso de seis meses, sin embargo me cuesta creer que con 545 personas en este tiempo se pueda llegar a conclusiones.
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