El extraño silencio de Luisa Ortega Díaz sobre los extesoreros y Raúl Gorrín

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En el caso de los extesoreros Alejandro Andrade y Claudia Díaz, que involucra también al empresario Raúl Gorrín, se echa en falta una opinión: la de la exfiscal general Luisa Ortega Díaz.

Ella debería estar hablando hasta por los codos de este asunto. Sobre todo porque la doctora reivindica su condición de fiscal general ilegalmente depuesta y ahora en el exilio. Habitualmente muy locuaz en esta clase de escándalos, LOD ha guardado un raro silencio con respecto a este. ¿Será que el país tiene derecho a interpretarlo?

Como punto de partida se puede analizar el hecho de que los dos titulares de la Tesorería Nacional cometieron sus inocultables desfalcos a lo largo de más de una década, pero principalmente a partir de 2007. Ese fue justo el mismo año que LOD fue designada fiscal general, cargo que mantendría hasta 2017, cuando fue destituida por la Asamblea Nacional Constituyente.

Siendo ella la titular de la acción penal en Venezuela durante ese tiempo todo parece indicar que pudo actuar, con el afán que se merecía el caso, contra Andrade y Díaz. ¿Lo hizo? No parece.

Esto suena sospechoso pues al menos en el caso de Andrade, las denuncias en su contra comenzaron a conocerse en el mismo 2007 y se hicieron más fuertes cuando se fue del país y comenzó a llevar una vida de príncipe saudita en Estados Unidos.

Luego de ser removida, la exfiscal habló alguna vez del tema, preguntándose por qué no se había procedido en contra de Andrade (y de Rafael Ramírez, que seguía siendo embajador ante las Naciones Unidas). Los medios de comunicación opositores le dieron gran difusión a esa pregunta, que ella dirigía inquisitivamente al gobierno y a su sucesor, Tarek William Saab, pero que parecía ideal para que la hiciera ante un espejo.

Cuando LOD todavía estaba del lado chavista de la talanquera, prominentes figuras de la oposición hicieron señalamientos respecto a su conducta en este affaire en particular. Algunos llegaron al extremo de afirmar que la entonces titular del Ministerio Público era socia de la infame maquinaria de saqueo del erario público que habían motorizado Andrade y Díaz desde la Tesorería Nacional.

Las acusaciones tenían un punto de apoyo bastante notorio: la venturosa relación del esposo de LOD, el diputado Germán Ferrer, con el empresario Gorrín, dueño de Globovisión. Ferrer fue moderador del programa Criterios en el canal informativo hasta que debió escapar con su esposa, según el épico relato de ambos, con lo que tenían puesto.

En corrillos políticos, comentaristas que practican el hábito de pensar mal para acertar dicen que el vínculo entre LOD y Andrade es una buena explicación de por qué la exfiscal no ha ido a parar a Estados Unidos en su peregrinaje de exiliada política.

La idea de que la exfuncionaria tienen rabo de paja en este caso gana credibilidad con su mutis del escenario mediático y de redes sociales. Su más reciente tuit data del 14 de noviembre y en este lapso tampoco se le ha visto en alguno de sus predios comunicacionales habituales. ¿Estará de vacaciones?, reseña LaIguana.TV