Las relaciones entre Lima y Ciudad de México se enfrían cada vez más. Este viernes 26 de mayo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador declaró que su Gobierno no quiere tener vínculos comerciales ni económicos con Perú mientras Dina Boluarte permanezca en el poder. Para el líder mexicano, la mandataria es una «usurpadora» de la Presidencia.
“Mientras no haya normalidad democrática en Perú, no queremos relaciones económicas ni comerciales con ellos”, dijo López Obrador.
El mandatario mexicano agregó que no entregará la presidencia rotatoria del bloque comercial de la Alianza del Pacífico a Perú y dijo que está dispuesto a dársela a Chile. “No se lo voy a dar a la señora que está usurpando la presidencia (…) le voy a mandar una carta al presidente Boric, que ya no nos echen la culpa a nosotros los politiqueros en Perú y ya”, declaró Obrador.
La presidenta peruana respondió a Obrador y lo llamó “muy ignorante dada la inteligencia del pueblo mexicano”, en una rueda de prensa en Lima.
Este es el más reciente rifirrafe en la escalada de tensiones diplomáticas desde que el expresidente Pedro Castillo fue destituido del Ejecutivo peruano luego de que intentara cerrar el Congreso, que lo investigaba por su presunta participación en una red criminal.
Obrador, persona ‘non grata’ a voz del Parlamento peruano
Apenas el jueves 25 de mayo, los legisladores peruanos decidieron que López Obrador no era bienvenido en el país, citando lo que describieron como su intromisión en los asuntos internos de Perú después de la destitución del expresidente Pedro Castillo.
López Obrador argumentó que la destitución y posterior encarcelamiento del expresidente de Perú, en diciembre pasado, era inconstitucional.
Las relaciones diplomáticas entre las dos naciones latinoamericanas ya estaban tensas. En diciembre pasado, el Gobierno de Boluarte ordenó al embajador de México en Lima, Pablo Monroy, que saliera del país tras los primeros comentarios de López Obrador sobre Castillo.
En febrero, Boluarte también anunció el retiro del embajador de Perú en México como respuesta a los comentarios de López Obrador tildando a su gobierno de inconstitucional.
Además del mandatario mexicano, el Congreso de Perú también ha clasificado a los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Bolivia, Evo Morales,como «personas non gratas» por las críticas similares a Boluarte.
Una situación política convulsa
Dina Boluarte, antes vicepresidenta, tomó juramento como presidenta horas después de que Castillo fuera destituido de su cargo y arrestado rápidamente, luego de su intento de disolver el Congreso y gobernar por decreto en diciembre de 2022. Desde entonces estallaron violentas protestas, sobre todo en el sur del país, que dejaron decenas de civiles muertos.
Los grupos de derechos han acusado a policías y soldados de usar fuerza excesiva, y el pasado jueves Amnistía Internacional sugirió que los orígenes indígenas de la mayoría de los muertos en las protestas sugerían un prejuicio racial.
Por su parte, Boluarte ha defendido a las fuerzas de seguridad y ha acusado a algunos manifestantes de actuar con violencia, pero los fiscales también la investigan por su papel en los asesinatos.
Entretanto, la investigación contra Pedro Castillo avanza. Este viernes, la Comisión de Fiscalización del Congreso encontró evidencias de que el expresidente, detenido preventivamente durante 36 meses, recibió dinero ilícito como parte de una supuesta red criminal que instaló en el Ejecutivo durante su mandato. AFP