El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha condenado este sábado el «bárbaro» atentado terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall de la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de Moscú, donde murieron al menos 133 personas, y ha clamado venganza contra los que encargaron dicho ataque, que ha sido reivindicado por el Estado Islámico.
«Todos los autores, organizadores y los que encargaron este crimen recibirán un merecido e inevitable castigo, sean quienes sean e independientemente de que los hayan enviado», dijo Putin durante una alocución televisiva.
Putin no ha especulado sobre los autores intelectuales del atentado, aunque sí ha mencionado que los cuatro terroristas detenidos intentaron huir a través de la frontera ucraniana. «A los terroristas, asesinos y bestias, que no tienen ni pueden tener nacionalidad, les espera un funesto destino: venganza y olvido. No tienen futuro», ha sentenciado.
Además, ha recordado que los rusos conocen de primera mano lo que es la amenaza terrorista, en clara alusión a los atentados perpetrados hace años por la guerrilla islamista del Cáucaso.
Putin llama a la cooperación internacional contra el terrorismo
«Esperamos la cooperación con todos los países que comparten sinceramente nuestro dolor y están dispuestos en la práctica a aunar esfuerzos en la lucha contra el enemigo común, el terrorismo internacional en todas sus manifestaciones», ha dicho.
El mandatario ruso ha destacado que las autoridades han decidido reforzar las medidas antiterroristas en la capital del país y la adyacente región de Moscú, donde tuvo lugar el atentado.
Además, ha anunciado que este domingo será día de luto nacional por el mayor atentado terrorista sufrido por este país desde la matanza de Beslán, de 2004, que causó más de 300 muertos.
El gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobiov, ha dicho tras visitar el lugar de la tragedia que el número de las víctimas mortales «aumentará considerablemente» conforme avanzan las labores de búsqueda y rescate.
Según los investigadores rusos, las causas de la muerte de los asistentes al concierto son heridas de bala y la asfixia por el humo del incendio provocado por los atacantes.