Nueva caravana de migrantes hondureños rumbo a EE UU

Caravana de migrantes centroamérica

Más de 1.000 migrantes hondureños ingresaron a Guatemala el viernes por la noche sin registrarse, una porción de una caravana más grande que partió de la ciudad hondureña de San Pedro Sula antes del amanecer, informaron las autoridades guatemaltecas.

Tomas de video compartidas por el Instituto Guatemalteco de Migración mostraban a gente que vitoreaba al ingresar mientras agentes fronterizos los veían e intentaban impedir que bloquearan el tránsito.

Los migrantes hondureños comenzaron a caminar hacia la frontera con Guatemala al alba, impulsados por la pobreza y la esperanza de recibir una recepción más cálida en Estados Unidos por parte del gobierno del presidente electo Joe Biden, si es que logran llegar.

Rápidamente se dispersaron a lo largo de la carretera densamente transitada hacia los cruces fronterizos en el oeste de Honduras. Los cálculos sobre su número oscilaban entre 2.000 y más del doble.

Alrededor de las 4 de la mañana, hombres jóvenes y familias enteras que cargaban niños dormidos se pusieron en marcha. Algunos rápidamente obtuvieron viajes de dedo mientras que otros caminaban por la carretera escoltados por la policía.

Antes de que muchos ingresaran a Guatemala, las autoridades locales habían informado que detuvieron solamente a pequeños grupos de hondureños y los regresaron a la frontera.

Mainor García, un jornalero de 19 años de San Pedro Sula, caminaba por la carretera con una mochila púrpura el viernes en la mañana. Dijo tener miedo de la travesía, pero que estaba dispuesto a correr el riesgo. Los huracanes “Eta y Iota destruyeron todas nuestras casas”, señaló.

Por su parte, Óscar Zaldívar, de 25 años de años, quien trabaja como chofer en la localidad de Cofradía, dijo no tener más opción que irse.

“No hay de otra. Hay que salir de aquí, de este país porque aquí vamos a morir igual”, manifestó.

La policía había establecido puestos de control en la carretera, pero sólo pedía documentos de identidad. Algunos agentes con equipo antidisturbios aguardaban en autobuses en diversos puntos a lo largo de la carretera, pero sin intervenir para detener a los migrantes.

El Instituto Guatemalteco de Migración indicó el viernes en la tarde que en el curso del día pequeños grupos de migrantes hondureños habían ingresado al país y unas 600 personas fueron regresadas voluntariamente a Honduras. En las caravanas recientes, las autoridades guatemaltecas han detenido a pequeños grupos de migrantes en retenes y los han regresado a Honduras.

“La combinación de COVID-19, la exclusión social, la violencia y los desastres relacionados con el clima que ocurren al mismo tiempo con una magnitud rara vez vista en América Central plantean nuevos desafíos humanitarios”, dijo el viernes el Comité Internacional de la Cruz Roja en un comunicado.

La noche anterior, Santos Demetrio Pineda fue uno de los que se presentó en la terminal de autobuses de San Pedro Sula con poco más que la ropa puesta para un viaje largo e imprevisible, mucho más difícil debido a la pandemia.

“Hemos perdido todo en el huracán y no podemos estar así, conformes con lo que nos ha pasado”, explicó Pineda, en referencia a uno de los dos huracanes de categoría 4 que azotaron Honduras en noviembre.

“Vamos a salir del país a pedir ayuda en donde nos reciban”, agregó.

Los migrantes marchan con poca certeza de hasta dónde llegarán. Los gobiernos de los países que cruzarán parecen determinados a detener su avance.

El viernes, el Instituto Nacional de Migración de México mantenía su campaña disuasiva y difundió nuevamente videos que muestran a centenares de agentes y miembros de la Guardia Nacional ejercitándose en la frontera sur del país.

En un comunicado, Francisco Garduño Yañez, comisionado del INM, dijo que “tenemos que garantizar en nuestro territorio nacional una migración ordenada, segura y regular, con respeto a los derechos humanos y con políticas humanitarias”. Censuró a quienes se aprovechan de los migrantes y lucran con la inmigración ilegal.

En redes sociales circulaba desde hace semanas una convocatoria para una nueva caravana de migrantes que partiría el 15 de enero, pero caravanas previas han sido obligadas a regresar.

El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, decretó el miércoles por la noche el “estado de prevención” en la frontera con Honduras. En su decreto señaló la amenaza de que los migrantes ingresen al país sin la documentación adecuada y sin pasar los controles por la pandemia. Guatemala exige una prueba negativa de coronavirus para entrar. Más de 2.000 agentes de la policía nacional y soldados esperarán en la frontera, añadió.

Por su parte, México informó el miércoles que su gobierno y el de 10 países de Norte y Centroamérica estaban preocupados por los riesgos para la salud que supone el COVID-19 entre los migrantes que carecen de la documentación adecuada.

Un comunicado de la Conferencia Regional sobre Migración deja entrever que México y Centroamérica podrían seguir rechazando a migrantes en base al riesgo percibido por la pandemia.

El grupo “expresó preocupación por la exposición de los migrantes en situación irregular a situaciones de alto riesgo para su salud y su vida, principalmente durante la emergencia sanitaria”.

Las autoridades mexicanas dijeron el jueves que conversaron sobre migración con Jake Sullivan, a quien el presidente electo estadounidense Joe Biden designó como asesor de seguridad nacional, y plantearon “la posibilidad de implementar un programa emergente de cooperación para el desarrollo en el norte de Centroamérica y el sur de México, en respuesta a la crisis económica provocada por la pandemia y los recientes huracanes que afectaron la región”.

Cuando cientos de hondureños trataron de armar una caravana el mes pasado, las autoridades los frenaron antes de que pudieran llegar siquiera a la frontera con Guatemala. Otros intentos el año pasado fueron dispersados por las autoridades guatemaltecas antes de que entraran en territorio mexicano. AP