May espera imponer su acuerdo de Brexit pero la partida no está ganada

Parecía muerto y enterrado tras dos aplastantes rechazos, pero el controvertido acuerdo de Brexit negociado por Theresa May con Bruselas volverá la semana próxima al Parlamento británico y la primera ministra busca argumentos para que a la tercera vaya la vencida, con información de AFP.

¿Cómo va a conseguirlo?

En opinión de algunos expertos, pone sus últimas esperanzas en que los partidarios del Brexit, que hasta ahora votaron contra el texto por considerar que hace concesiones inaceptables a la UE, acaben entrando en razón ante el riesgo de un largo aplazamiento que podría desembocar en un segundo referendo y, en última instancia, anulando la salida británica de la UE.

«Dado que algunos (diputados) probrexit que no han respaldado el acuerdo de Theresa May se enfrentan ahora a la perspectiva cada vez más clara de una prórroga, el gobierno espera que las condiciones negociadas por May empiecen a parecerles más interesantes», dice Alan Wager, analista del centro de reflexión «UK in a Changing Europe» (Reino Unido en una Europa que cambia).

La Unión Europea ha dicho que no retomará las negociaciones, así que «no habrá nada de más o de menos» en el Tratado de Retirada que se cerró en noviembre y desde entonces ha sufrido dos humillantes rechazos en el Parlamento, agrega.

«Lo único que habrá cambiado es que el plazo del 29 de marzo estará más cerca y las opciones son ahora mucho más evidentes para esos diputados probrexit», considera.

Al término de tres días consecutivos de intensos debates y votaciones, la Cámara de los Comunes aprobó el jueves la propuesta de May de solicitar a la UE un aplazamiento de la fecha de salida, inicialmente prevista para dentro de dos semanas.

Esta, explicó la jefa de gobierno conservadora, puede ser corta o larga.

La primera sería de tres meses y serviría para ultimar los preparativos de la salida, si los legisladores optan finalmente por aprobar su acuerdo del Brexit en una tercera votación, que insiste en que se organice a más tardar el 20 de marzo.

Convencer al DUP

El 21 y 22 de marzo se celebra en Bruselas una cumbre europea en que May podría solicitar este aplazamiento.

Sin embargo, el retraso podría ser mucho mayor, aunque su duración está aún por determinar, si el texto vuelve a ser rechazado como ya ocurrió una primera vez en enero y una segunda este martes.

En ese caso, si el aplazamiento va más allá del 30 de junio, Reino Unido tendría que participar en las elecciones europeas de mayo y elegir a sus nuevos eurodiputados para la legislatura que comenzará en julio. Para evitarlo, según la prensa británica, May está negociando con los principales detractores de su acuerdo, especialmente el pequeño partido unionista norirlandés DUP.

Un cambio de opinión de esta formación, opuesta hasta ahora a la denominada «salvaguarda irlandesa», podría arrastrar a otros euroescépticos del Partido Conservador de May en el apoyo al acuerdo.

La «salvaguarda», o «backstop» en inglés, es un mecanismo de última instancia para evitar la reinstauración de una frontera física entre Irlanda -país miembro de la UE- y la provincia británica de Irlanda del Norte que podría amenazar el frágil Acuerdo de Paz de 1998.

En principio, no debería siquiera entrar en vigor, defiende May, pero muchos diputados temen que deje a Reino Unido indefinidamente atrapado en una unión aduanera con la UE que le impediría firmar acuerdos de libre comercio con terceros países.

Para convencerlos, el Daily Telegraph afirmaba el viernes que el fiscal general británico Geoffrey Cox contempla incluir en su informe legal la posibilidad de salir unilateralmente del «backstop» aplicando la Convención de Viena de 1969, que permite a un país abandonar un tratado internacional si hay un «cambio fundamental» de circunstancias.

Sin embargo, según el mismo diario, el análisis legal de un influyente grupo de legisladores euroescépticos -que incluyen al jefe de filas del DUP en el parlamento- califica ese argumento de «erróneo», anticipando que Cox y May tiene por delante un largo fin de semana en busca de argumentos convincentes.