La presidencia de Chile se definirá entre dos posiciones radicalmente opuestas.
José Antonio Kast, de derecha radical, y Gabriel Boric, izquierdista, fueron este domingo los más votados en la primera vuelta de las elecciones y se disputarán la presidencia el 19 de diciembre en un balotaje polarizado, incierto y en el que por primera vez desde el retorno de la democracia no estarán los partidos tradicionales de centro-izquierda y centro-derecha.
José Antonio Kast
Representante de la derecha radical, José Antonio Kast, de 55 años, es el candidato del Frente Social Cristiano y ha defendido el legado de Augusto Pinochet. Este domingo fue el candidato más votado.
Hijo de padres alemanes que emigraron a Chile en 1950, el abogado militó en el partido Unión Demócrata Independiente y más tarde fundó el Partido Republicano.
Con nueve hijos y cercano al movimiento católico Schoenstatt, Kast postuló a La Moneda en los comicios de 2017, donde obtuvo el cuarto lugar con un 8% de los votos.
Bajo la consigna de establecer «orden y progreso», Kast dijo en agosto de este año que si el líder del régimen militar chileno estuviera vivo, lo apoyaría en las urnas.
«Pinochet votaría por mí, es evidente».
Sin embargo, durante la campaña intentó suavizar su discurso al decir que no respalda las violaciones a los derechos humanos.
En 2017, durante una visita a una cárcel (Punta Peuco) donde permanecen condenados por crímenes de lesa humanidad, había dicho estar a favor de otorgar un indulto a quienes hayan cumplido parte de su condena y tengan una edad avanzada.
Aunque sigue muchos de los postulados de mandatarios como Donald Trump o Jair Bolsonaro (a quien visitó en Brasil), Kast es menos combativo que ellos en público.
Su estilo es más bien calmado.
Forma parte de la organización internacional Political Network Values, que defiende «la protección de la vida humana, el matrimonio, la familia y la libertad religiosa».
Algunos de los ejes de su programa son la seguridad, la economía y la migración.
En este último punto, Kast se comprometió a crear una zanja en la frontera norte de Chile para controlar la migración irregular al país.
«La zanja es una de las medidas que evita el contrabando, el narcotráfico, y el enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los migrantes», defendió.
Sobre la violencia que se vive en la zona de La Araucanía, en el sur, el candidato es partidario de que en la persecución de delitos terroristas se utilicen agentes encubiertos.
En cuanto a las pensiones, el candidato es partidario de mantener el actual sistema de ahorro individual y mejorar las pensiones postergando la edad de jubilación.
Su programa pretende darle al mercado más libertad de acción y reducir en lo posible la participación del Estado en la economía en un momento en el que el estallido social de 2019 mostró que hay un deseo de que el Estado se implique más en las políticas sociales.
En ese contexto busca bajar los impuestos y reducir el gasto público, confiando en que la estabilidad y el orden público generarán más inversiones y mayor crecimiento para el país.
Frente a alguna de sus controvertidas propuestas, analistas electorales han afirmado que puede ser difícil para este candidato de derecha radical conquistar el centro de cara a la segunda vuelta presidencial, algo que podría ser clave para superar a su contendor, Gabriel Boric.
«Boric y el Partido Comunista quieren indultar a los vándalos que destruyen. Se reúnen con terroristas y asesinos. Ellos quieren inestabilidad, cerrar fronteras al comercio, avanzar por la senda del odio», atacó Kast a su rival en el balotaje.
«No queremos la ruta que nos lleva a ser Venezuela y Cuba», añadió, queriendo identificar a Boric con los proyectos de izquierdas de esos países.
«Libertad y democracia frente a comunismo», dejó como eslogan de lo que quiere que sea la segunda vuelta del 19 de diciembre.
Gabriel Boric
Con 35 años, Gabriel Boric aspira a convertirse en el presidente más joven de la historia de Chile.
El candidato de izquierda que representa a la coalición Apruebo Dignidad (Frente Amplio y Partido Comunista), entró en la arena política al formar parte de un grupo de líderes estudiantiles que hace una década encabezó las protestas que sacudieron al país demandando una educación gratuita, libre y de calidad.
Boric aseguró este domingo que el 19 de diciembre se decide entre dos posturas opuestas
«O avanzamos a un Chile inclusivo, generoso, más preocupado de los suyos, o seguimos en la lógica del rechazo, la exclusión y los privilegios por los que Chile se levantó el 25 de octubre de 2019 y reclamó un proceso Constituyente» que surgió del estallido social de hace dos años.
Crítico de los gobiernos de centroizquierda que asumieron el mando del país tras el retorno de la democracia, Boric inició su aventura parlamentaria en 2014 al convertirse en diputado por la región más austral del país, Magallanes.
Boric fue reelecto con una alta votación en 2017 y terminó erigiéndose como una de las figuras protagónicas durante el estallido social de 2019, al buscar un acuerdo para una salida institucional a la crisis que dio luego pie a la Convención Constituyente que hoy trabaja en una propuesta de nueva Constitución para el país.
En un país tradicionalmente liderado por dos grandes bloques, la derecha y el centroizquierda, Boric ganó espacio como una tercera alternativa más escorada a la izquierda dentro del abanico político chileno.
«Nos interesa el crecimiento, pero no es posible crecer en un país que está fracturado socialmente», dijo.
Criticado por su falta de experiencia y por no tener un equipo técnico suficientemente preparado para enfrentar los desafíos, el diputado refleja las aspiraciones de una parte de la población que no se identifica con los sectores más tradicionales.
«Tengo absolutamente claro que la estabilidad hoy día implica cambios, cambios con gradualidad, avanzar escalón a escalón para no desbarrancarse. Pero lo que no podemos hacer es seguir igual».
Su liderazgo se consolidó en julio de este año, cuando, contra todos los pronósticos, triunfó en las primarias de la izquierda chilena, derrotando al comunista Daniel Jadue, a quién las encuestas daban por ganador.
Soltero y sin hijos, Boric reveló que desde su infancia sufre de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y que ha buscado ayuda médica para tratar la condición.
En su programa propone cuatro grandes reformas: acceso garantizado universal a la salud, un nuevo sistema de pensiones sin las controversiales Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), un sistema educativo público, gratuito y de calidad, y la conformación del primer gobierno ecologista de Chile.
Como el plan requiere aumentar la recaudación fiscal, los nuevos recursos provendrían de fuentes como una reforma impositiva, la eliminación de exenciones tributarias y aplicar un royalty a la minería, entre otras medidas que ayudarían a financiar la agenda social.
Pero sus críticos dudan de que sea realmente capaz de recaudar todo el dinero necesario para implementar sus reformas sociales.
Algo que, dicen, podría ser aún más complejo en un país que está intentando recuperarse tras la crisis económica por la pandemia.
Por otra parte, su alianza con el Partido Comunista, que genera fuerte rechazo en una parte del electorado, es un elemento que puede jugar en su contra en la segunda vuelta. BBC Mundo