João Santana, el arresto del publicista que salpica a líderes de Venezuela a Angola

La esposa de Santana, Mónica Moura, dijo a los investigadores que la campaña de reelección del fallecido presidente Hugo Chávez en 2012 costó unos 35 millones de dólares

Millones de dólares sin contabilidad, cuentas secretas, personajes misteriosos: el arresto en Brasil de un publicista político estrella de América Latina expuso el lado más oscuro de las campañas electorales, salpicando a líderes desde Venezuela hasta Angola.

João Santana y su esposa-socia Mônica Moura fueron detenidos el martes al volver de República Dominicana, donde asesoraban la campaña de reelección del presidente Danilo Medina, a su Brasil natal, donde investigadores sospechan que recibieron dinero proveniente de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

Las primeras declaraciones de la pareja ante la policía y datos que maneja la fiscalía han puesto bajo la lupa el financiamiento de estrategias de propaganda política que diseñaron en varios países.

Por ejemplo, Moura dijo a los investigadores que la campaña de reelección del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez en 2012 costó unos US$35 millones, abonados en gran parte sin contabilizar, según el acta de sus declaraciones.

Una de las empresas mencionadas en la investigación es Odebrecht, el gigante brasileño de la construcción que tiene contratos de obra multimillonarios en la región y que, según los dichos de Moura, habría financiado parte de aquella campaña en Venezuela.

Esta y otras revelaciones ofrecen una ventana inusual al negocio de la publicidad electoral en países en vías de desarrollo que, según expertos en corrupción, carecen de reglas y controles suficientes en esta materia.

«La situación que se está dando ahora revela una generalización en América Latina y otros países de la perversidad del poder económico interfiriendo en un proceso democrático y libre de elecciones», dijo a BBC Mundo Caio Magri, director ejecutivo del instituto Ethos, un aliado en Brasil de la ONG Transparencia Internacional.

«ALTO COSTO»

Santana, de 63 años, es considerado un gurú de la publicidad electoral, que en los últimos años ayudó a elegir seis presidentes latinoamericanos mediante diversas empresas suyas que suelen llevar el nombre «Polis».

La lista incluye a los brasileños Luiz Inácio Lula da Silva en su reelección de 2006, a su sucesora y actual presidenta Dilma Rousseff en 2010 y 2014, a Chávez en su última reelección en Venezuela y a su heredero político Nicolás Maduro en 2013.

Santana contribuyó además a los triunfos electorales del salvadoreño Mauricio Funes en 2009 y del dominicano Danilo Medina en 2012, año en que también asesoró fuera de la región la campaña José Eduardo Santos, en el poder en Angola desde 1979.

Colegas y viejos conocidos suyos como Marcelo Simões, que como él nació en el estado de Bahía, noreste de Brasil, creen que Santana «sabe captar y traducir la esencia popular» en sus trabajos publicitarios.

Tras la muerte de Chávez por cáncer en 2013, Santana ideó un spot de TV para la campaña de Maduro que recordaba al extinto presidente con varias imágenes y una canción que repetía: «Él nacerá de nuevo».

Interrogado por la policía federal brasileña el jueves en la ciudad de Curitiba, donde él y Moura están presos, Santana negó recordar los valores de las campañas que realizó en Venezuela o República Dominicana, según consta en el acta labrada de sus declaraciones.

Pero Moura dijo un día antes a los investigadores que la campaña de reelección de Chávez que realizaron a partir de 2011 tuvo «un alto costo», de aproximadamente US$35 millones, y que «gran parte del valor fue recibido de manera no contabilizada», también de acuerdo al acta de sus declaraciones.

El documento precisa que en Venezuela «varios donantes efectuaban pagos» y que Moura «fue orientada en la época a buscar la persona de Fernando Migliaccio, un ejecutivo de la empresa Odebrecht en Brasil que colaboraría en el costeo de parte de la campaña».

Agrega que entonces se firmó un «contrato ficticio» con la empresa offshore Klienfeld, la cual según los investigadores brasileños era operada por Migliaccio y abonó al menos US$3 millones a Santana entre 2012 y 2013.

Migliaccio, sospechoso de administrar «cuentas secretas» de Odebrecht en el exterior para pagar sobornos de funcionarios dentro y fuera de Brasil, fue detenido la semana pasada en Suiza.

Odebrecht sostuvo que Migliaccio dejó la empresa en diciembre y señaló que «desconoce las tratativas mencionadas por Mônica Moura en su deposición».

La constructora, cuyo expresidente Marcelo Odebrecht fue arrestado en junio acusado de participar del esquema de sobornos por suculentos contratos de obra en Petrobras, amplió significativamente su presencia en Venezuela bajo los gobiernos de Chávez y Maduro.

Odebrecht participó en Venezuela en obras del aeropuerto internacional de Maiquetía, una línea del metro de Los Teques, un teleférico en Caracas, una refinería y complejos habitacionales y agroindustriales.

«IMPOSICIÓN»

Al renovar la prisión temporal de Santana y Moura el viernes, el juez brasileño Sérgio Moro sostuvo que los investigados pueden haber incurrido en delitos como lavado de dinero y corrupción.

«No veo cómo banalizar la práctica de fraudes, con utilización de recursos oscuros o por lo menos no contabilizados, en campañas electorales en Brasil o el exterior, considerando la consecuente afectación de la integridad del proceso político democrático», sostuvo Moro.

Los investigadores brasileños se han interesado especialmente por una cuenta que Santana y Moura tienen en un banco suizo a nombre de la empresa offshoreShellbill, con sede en Panamá.

La policía y los fiscales sospechan que esa cuenta recibió US$7,5 millones de Odebrecht y de un operador vinculado al caso Petrobras para pagar deudas de campaña que tenía el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil con el publicista.

 

Sin embargo, todavía no han podido demostrar ese vínculo y Santana negó ante la policía que los fondos depositados en la cuenta suiza tengan relación alguna con campañas realizadas en Brasil.

Él y su esposa sostuvieron que la cuenta nació en 1998 para que Santana cobrase servicios en Argentina, al iniciar su carrera internacional asesorando a José Manuel de la Sota en su campaña para ser gobernador de la provincia de Córdoba.

«La cuenta fue abierta por intermedio de un representante en Uruguay, por indicación de un amigo argentino», señaló el publicista según el acta policial.

Mantener una cuenta en el exterior sin declarar es un delito en Brasil. Santana explicó que tenía interés en legalizarla, «pero siempre hubo dudas en relación a cuál país debiese hacerlo, ya que eran recursos de campañas en el exterior».

El publicista dijo desconocer los valores recibidos en Suiza o su origen, negó tener vínculo comercial con el grupo Odebrecht y autorizó a los investigadores a acceder a los datos de la cuenta.

Tras conocerse la orden para su arresto el lunes, Santana se desvinculó de la campaña de reelección del presidente dominicano Medina, quien sugirió que podría verse afectado por la situación.

«Si me puede afectar… bueno, era un asesor importantísimo de mi campaña», dijo Medina a periodistas, «pero la campaña sigue».

Odebrecht obtuvo en los últimos años contratos de obras con el Estado dominicano por cientos de millones de dólares, y rivales de Medina piden ahora a la fiscalía investigar si hay vínculos ilícitos entre esos negocios, la campaña de reelección presidencial y Santana.

También en El Salvador diputados opositores han pedido investigar a la empresa local de publicidad que Santana fundó en el país tras el triunfo electoral de Funes en 2009, para ejecutar contratos directos para el Estado. 

La compañía cerró sus operaciones en el país en 2012, en medio de una polémica por los recursos públicos que había recibido durante el primer gobierno del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN).

A diferencia de lo que respondió sobre República Dominicana o Venezuela, el publicista sí dijo recordar el costo de la campaña realizada a favor del presidente Santos en Angola: US$50 millones.

Moura precisó que de esa suma hubo US$20 millones que les pagaron mediante un contrato «de cajón», sin contabilizar.

Pero, según el acta, la esposa de Santana aclaró a los investigadores «que en todas sus campañas, si no fuera por imposición de los contratantes, prefería que fuese todo contabilizado».