El trágico secuestro de Naomi Méndez de 15 años de edad: Traición, cocaína y muerte

El caso fue estremecedor. A Xiomara Naomi Méndez, de 15 años, la secuestraron a la salida del colegio, en Flores, localidad de Buenos Aires, en Argentina. Su familia pagó el rescate, pero la chica apareció muerta en el auto de los captores horas más tarde. Por el hecho hubo dos detenidos que serán juzgados a partir de este miércoles, aunque la investigación continúa.

Por: Clarín

Bruno Martín Cortez (38) y Luis Alberto Fernández (43) son los dos acusados que tiene la causa y que llegan al juicio en prisión. Los dos están acusados de secuestrar a Naomi a la salida del Liceo N° 5 “Pascual Guaglianone”, ubicado en Carabobo 297, el 20 de noviembre de 2018, a las 17.15.

Fernández, que trabajaba como remisero, era considerado un “tío de afecto” por la víctima ya que había sido pareja de una cuñada de su madre.

La sospecha es que el hombre aprovechó esa confianza para pedirle a Naomi que subiera a su auto, ya que una testigo contó que la adolescente iba caminando con una amiga cuando alguien la “llamó por su nombre”.

Una vez arriba del Duna, la ataron, amordazaron y le sacaron su celular para pedirle el rescate a su madre, de nacionalidad peruana. Lo llamativo es que a la mujer le reclamaron 50 mil pesos y dos kilos de cocaína para devolverle a su hija.

Finalmente, acordaron un pago de 30 mil pesos pero a pesar que la familia lo hizo, la adolescente apareció ahorcada adentro del auto.

El caso sigue bajo investigación de la justicia federal no solo porque aún resta identificar y detener a más partícipes del hecho, sino también por sus posibles vínculos con el narcotráfico.

El juicio comenzará a las 7.30 en una audiencia que será virtual por los recaudos ante la pandemia del coronavirus y estará a cargo del Tribunal Oral Federal N° 6, integrado por los jueces Sabrina Namer, Rodrigo Giménez Uriburu, Guillermo Costabel.

La acusación, en tanto, estará en manos de la fiscal federal de juicio Gabriela Baigún.

Cortez y Fernández están imputados por “secuestro extorsivo quíntuplemente agravado por haber obtenido el pago del rescate, por ser la víctima una menor de edad, por la existencia de un vínculo de respeto, por la intervención de varias personas y por causar intencionalmente la muerte de la víctima”, delito que prevé como única pena la prisión o reclusión perpetua.

También los acusan por otros delitos como “resistencia a la autoridad agravada, encubrimiento por receptación y portación de arma de fuego”.

En el requerimiento de elevación a juicio -al que tuvo acceso Télam-, la fiscal federal que realizó la instrucción, María Alejandra Mángano, dio por probado que el hecho ocurrió entre el 20 y 21 de noviembre de 2018 cuando “Fernández y Cortez sustrajeron, retuvieron, ocultaron a la joven menor de edad a quien intencionalmente le provocaron la muerte”.

La adolescente fue interceptada por un hombre -luego identificado como Fernández, conocido de la familia- que le gritó “Naomi”, por lo que la chica le dijo a una amiga “me vinieron a buscar” y se subió a un Fiat Duna rojo.

Media hora más tarde, la madre de la adolescente recibió desde el WhatsApp del celular de su propia hija, el primer mensaje de audio extorsivo: “Patri, tengo a tu hija Naomi. Llamame rápido, urgente”.

En el siguiente mensaje, cuyas transcripciones constan en el expediente, se escuchan los llantos de la menor de edad y al secuestrador pidiéndole a la chica que le diga a su madre dónde estaba y qué le había pasado.

“Me das 50.000 pesos y dos kilos y te la largo ya, si no, no la ves más”, fue el primer pedido de rescate en el que el captor no sólo exigía dinero, sino también cocaína.

“Llego a 30.000 pesos, no llego a más, por favor. ¿De dónde te voy a conseguir eso?”, le respondió la madre de Naomi en referencia a la exigencia de la droga, a lo que el secuestrador contestó: “Conseguime los dos kilos, vos sabés dónde conseguir, no te hagas la tonta”, según las transcripciones de la causa.

La mujer realizó la denuncia en la comisaría comunal 9 de la Policía de la Ciudad y de inmediato el caso comenzó fue derivado como un secuestro en curso a la fiscal federal Mángano y a la División Operativa Central del Departamento Investigación de Secuestros Extorsivos de la Policía Federal (PFA), que intervino las líneas telefónicas y realizó los seguimientos.

El pago

Pasada la medianoche, tras seguir las indicaciones de los captores, la madre de la adolescente acompañada por uno de sus hijos, pagó un rescate de 30.000 pesos que dejó detrás de la rueda de un auto estacionado frente a una gomería en el cruce de las avenidas Chiclana y Boedo.

“Yo cuento la plata y la suelto”, le dijo uno de los delincuentes, pero la promesa no se cumplió, ya que a esa hora, por lo que luego determinó la autopsia, Naomi ya estaba muerta.

El Duna rojo paró a unas cuadras de donde cobraron el rescate para hablar con los ocupantes de un auto blanco, que se sospecha también pudieron participar del hecho, recibir parte del rescate y aún no fueron identificados por la justicia.

Todo terminó unas horas más tarde, con Fernández y Corte detenidos tras una persecución por el Acceso Oeste, donde los presuntos secuestradores chocaron en la bajada del peaje de Ituzaingó.

Adentro del auto, la Policía encontró muerta en el piso de la parte trasera a la adolescente, que estaba tapada con una frazada, con la cabeza cubierta por un buzo, amordazada y cinta de embalar alrededor del cuello, donde a su vez tenía una varilla de madera sujeta a modo de torniquete y una soga atada al cinturón de seguridad.

La autopsia determinó que la víctima murió producto de una “asfixia mecánica por compresión cervical” y que el deceso se produjo entre las 22 y la 1 de la madrugada.

En el auto secuestraron 15.200 pesos -la mitad del rescate-, una pistola calibre 9 milímetros, una cuchilla de 15 centímetros, precintos plásticos y un bidón de cinco de litros de nafta y fósforos que hacen presumir que la intención de los secuestradores era ir a descartar e incinerar el cadáver.

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