El doloroso crimen de dos niños y su papá policía

San Marcos de León, que evitaste la desgracia del dragón, amansa los corazones, malos sentimientos, malos pensamientos; infelices contra mí son.

Paz, paz, Cristo, Cristo, dominum.

– Oración a San Marcos de León

Por El Tiempo

Bañada en sangre y cubierta con una manta fue hallada Gloria Aideé Huertas Riaño en el ascensor del conjunto residencial Parques de Primavera, en la localidad de Puente Aranda, Bogotá, durante la madrugada del 24 de marzo del 2019.

Una vecina fue quien la encontró y de inmediato avisó a al personal de vigilancia para que ayudaran a salvarla, pues, aunque débil, seguía con vida.

Luego de sacarla en camilla hacia el Hospital San José, los curiosos a esa hora se asomaron al apartamento 510 de la torre 5, donde Gloria vivía con su esposo, el patrullero de la Policía Iván Zorro, y sus dos hijos, de 10 y 7 años. La escena era espeluznante.

Los guardias encontraron los cuerpos de los tres sin vida. La sangre manchaba gran parte de paredes y objetos de la vivienda. En un cuarto yacían los pequeños cuerpos de los hijos de Gloria Aideé, uno encima del otro en una cama.

La noticia conmocionó a la capital del país. Esta enfermera de 37 años narró a las autoridades y a los medios que Iván Zorro había atacado con un cuchillo de cocina a sus dos hijos y luego la había intentado matar a ella.

Aseguró que hubo un fuerte enfrentamiento, pues, enceguecida por la muerte de sus hijos, se defendió como pudo y terminó matando a su pareja en defensa propia.

Gloria tenía múltiples heridas en su cuerpo: siete en el abdomen, tres en el tórax, una en el cuello y otras en la espalda y en los brazos.

Cuando logró recuperarse de sus lesiones, en la mañana del 4 de abril, Gloria fue detenida por las autoridades en la Clínica La Paz, a donde había sido remitida para continuar con su tratamiento, señalada de ser la responsable del triple crimen.

¿Qué fue lo que pasó?

Según audiencias y declaraciones a EL TIEMPO, los hechos que llevaron a la muerte de este hombre y los dos menores de edad tuvieron comienzo en un bar del barrio Galán, en esta zona de la capital del país la noche anterior, el 23 de marzo.

La pareja, según la misma Gloria Aideé, se encontraba en un punto tenue de la relación, por lo que habían decidido salir para arreglar su situación sentimental. Pero el licor y algunas confesiones llevaron a que la discusión se tornara agresiva.

Gloria Huertas

Gloria Aideé aseguró en repetidas ocasiones que Iván había matado a sus hijos y después se había quitado la vida.

Foto:

Camilo Castillo / EL TIEMPO

En casa, los dos menores dormían. Luego de tres horas de estar por fuera, la pareja regresó a la vivienda y la discusión continuó. Muchos vecinos aseguraron al ser consultados por las autoridades que hubo una fuerte discusión y hasta se escucharon muebles siendo arrastrados.

En algo coinciden varios testigos según registros de EL TIEMPO: todos escucharon cuando Gloria Aideé gritó una y otra vez “por esa mujer, por esa mujer”, sobre casi las 2 de la mañana.

En la reconstrucción de los hechos realizada por la Fiscalía, la pareja terminó de discutir e Iván se fue a dormir al sillón, se encontraba en alto estado de alicoramiento y cayó dormido casi que de inmediato.Este hombre, que llevaba 13 años al servicio de la Policía, tenía puesta una camiseta negra y su ropa interior.

Es entonces cuando Gloria toma un cuchillo de la cocina y le propina dos puñaladas en el tórax y seis más en la espalda. Murió en cuestión de segundos sobre un tumulto de ropa debido a un sangrado masivo.

Pero Gloria Aideé no se detuvo ahí. Luego de asesinar a su pareja, la enfermera se dirigió a la habitación principal en la que dormían sus hijos y los mató, todo con el propósito de “intentar simular un caso de defensa propia”, dijo la Fiscalía.

Uno de los argumentos del ente acusador es que el hombre no pudo haber matado a los niños pues en la planta de los pies no había rastros de sangre, situación que pondría en entre dicho la versión de Gloria, en la que afirmaba que hubo un forcejeo previo a la muerte de sus hijos.

Cuando fue detenida, Gloria Aideé aseguró en repetidas ocasiones que Iván había matado a sus hijos y después se había quitado la vida, pero su versión se derrumbó cuando se conocieron algunos mensajes de texto y audios de WhatsApp en los que Gloria le decía a su hermana que había asesinado a Iván.

Esos mensajes salieron entre las 2:54 a. m. y 2:56 a. m. También existe un registro de 45 llamadas a un número que al parecer, según información recogida por EL TIEMPO en dicha audiencia, pertenecía a la amante del patrullero Zorro.

¿Por qué lo hizo?

El juzgado 20 penal del circuito de Bogotá condenó a Gloria Aideé Huertas Riaño a 50 años de prisión en agosto del 2020 por el triple crimen.

La jueza consideró que una medida diferente a la detención en centro carcelario podría generar un riesgo para la sociedad, además de que una detención domiciliaria podría interferir en el avance de la investigación.

En la sentencia, la jueza sostuvo que no existe discusión en relación con cuatro aspectos relacionados con el caso.

El primero es que los asesinatos se produjeron de manera violenta y mientras las tres víctimas dormían; el segundo, que no existe duda que Gloria Aideé mató a Iván Zorro, como ella misma lo manifestó en unos audios encontrados por la Fiscalía.

En tercer lugar, hay inconsistencia en las declaraciones de la defensa, pues en un primer testimonio, entregado a la Policía Judicial, ella sostuvo que Zorro la había apuñalado a ella y posteriormente herido de muerte a los menores, mientras que en otra declaración entregada al médico que la atendió en el hospital San José, Huertas afirmó que su esposo había asesinado a sus hijos y ella reaccionó enceguecida por la ira.

Dentro del apartamento de la familia se encontraron dos cuchillos con los que se habrían cometido los homicidios. También se estableció que el cuerpo de Iván Zorro fue movido del cuarto principal hasta la puerta.

Durante las investigaciones, hasta el apartamento 510 de la torre 5 llegaron los habitantes del conjunto residencial para dejar una flor o encender una vela hasta donde las cintas amarillas de la policía les permitían pasar.

Sobre los niños se estableció que el mayor de ellos era hijo de una relación anterior de la enfermera, mientras que el menor sí era hijo del patrullero Iván Zorro.

La familia Huertas Riaño dio varias declaraciones a EL TIEMPO en las que la pregunta siempre fue la misma: ¿por qué? ¿Por qué Gloria mató a sus propios hijos?

Para Belisario Valbuena, psicólogo forense especialista en análisis de comportamiento criminal, en el caso de Gloria hay una situación particular que es, tristemente, muy común en los hogares colombianos y, en general, de Latinoamérica: la celotipia, un trastorno de celos excesivos que se convierten en patológicos.

“Ella, al parecer, era controladora con su pareja y celosa –señala Valbuena–. Algo curioso que uno analiza desde la perfilación criminalística es que al niño más pequeño le propina 11 heridas con arma blanca, en el tórax también, mientras que al niño más grande le propina 6 heridas; eso indica que hubo muchísima más violencia expresiva y emocional sobre el menor, porque es la ira de acabar con todo lo que esté relacionado con su pareja, es el deseo de destruir a Iván”.

Para el experto, las declaraciones de Gloria sobre un ataque del patrullero son falsas, pues la evidencia forense demuestra que Iván Zorro tiene heridas defensivas, pues trató de salvar su vida.

Valbuena agrega que la situación de los niños fue diferente, pues tal vez uno de ellos despertó mientras atacaba al otro, pero la situación genera parálisis, pues al ver que es su propia madre la que los ataca lleva a una sensación de irrealidad que le dificulta correr o gritar.

“Me llamó la atención porque ella tenía una oración a San Marcos de León publicada en su Facebook días antes de los hechos –expresa Valbuena–. Es una oración que la gente suele usar para amarrar el corazón del ser amado. Es decir, ella ya estaba pensando que la iban a abandonar y estaba buscando la forma de retenerlo y la encontró en el crimen”.

Otro análisis realizado desde la perfilación criminológica da cuenta de que las heridas que se causó obedecen a una simulación que da a entender la conciencia que se tiene de lo que hizo, razón por la que busca la forma de ocultarlo.

Entre otras consideraciones, el experto señala que aunque se realizó una prueba para verificar que la salud mental de la señalada estuviera bien, este caso podría obedecer a rasgos psicopáticos que no se distinguen fácilmente, pero que ante una situación de celos excesivos puede salir a la luz y ocasionar una tragedia de este tipo.

Un caso que aún no se cierra

Según el abogado defensor Orlando González Payares, el caso de Gloria Aideé es aún un caso que no está cerrado por completo.

El abogado señala que los testigos utilizados por la Fiscalía nunca hablaron con seguridad, pues nadie vio lo que ocurrió esa madrugada en la vivienda.

“Solo se trata de un indicio contingente que lleva a conclusiones probables, no certeras –indica el jurista–. Ella ya aseguró que mató a Iván Zorro, pero a los niños no los tocó, insiste en que el esposo mató a los hijos, ella se llenó de ira y lo mató”.

En estos momentos, hay un recurso extraordinario de revisión ante la Corte Suprema de Justicia para que examine el supuesto error cometido por el tribunal ya que, según el abogado, no leyeron el recurso de apelación de la defensa.

“La Fiscalía no se pronunció ni quiso examinar los cuerpos para saber quién murió primero –denuncia González Payares–. A pesar de esas pruebas, el juzgado acoge la tesis de la Fiscalía por indicios”.

La defensa de Gloria Aideé aún espera la respuesta por parte de la Corte, mientras tanto, Gloria continúa en la cárcel para cumplir su condena de 50 años.

Expertos señalan que las pruebas en su contra son contundentes, no obstante, para muchos continúa siendo imposible que una madre haya asesinado de una forma tan cruel a sus propios hijos.

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