Cientos de venezolanos se encuentran en una caravana de migrantes que partió esta semana de la frontera sur de México con Guatemala, según los organizadores, justo cuando México está reflexionando sobre restricciones más estrictas para su acceso al país .
Por Jose Torres y Lizbeth Diaz / Reuters
Reuters habló con una decena de venezolanos que dijeron que se habían marchado en la caravana de unas 3.000 personas de la ciudad de Tapachula el jueves después de huir de la pobreza y las dificultades en su tierra natal, donde se celebrarán las elecciones este fin de semana .
Luis García, uno de los organizadores de la caravana, dijo que los venezolanos constituían entre el 20% y el 30% del grupo. Varios episodios desgarradores relacionados en su viaje desde América del Sur, particularmente en la región de Darién en Panamá.
“No quiero quedarme en México, queremos ir a Estados Unidos, solo queremos que nos dejen pasar”, dijo Daysi, una venezolana de 63 años de la ciudad de Maracaibo que se unió a la caravana con seis parientes, incluidos dos de sus hijos.
“Nadie sale de su país porque quiere, pero hay días en los que se come una vez, otros ni siquiera eso, no hay medicina, no hay nada, nos estamos muriendo”.
El Instituto Nacional de Migración del gobierno, que ha intentado dividir las caravanas, no pudo decir cuántos venezolanos había en el grupo, que también incluía a centroamericanos.
El número de venezolanos que cruzan México ha aumentado en 2021, y Reuters informó la semana pasada que el gobierno está considerando establecer requisitos de entrada más estrictos para detener el flujo.
La caravana, la segunda grande en salir de Tapachula en un mes, avanzó lentamente y el sábado llegó a la aldea de Villa Comaltitlan en el estado de Chiapas.
Otra venezolana de 34 años de Caracas, que pidió permanecer en el anonimato por temor a represalias, dijo a Reuters por teléfono que fue golpeada y violada por dos hombres encapuchados en Darién, pero que decidió continuar “por el poder de Dios”.
“Me pusieron una pistola en la boca”, dijo. “No pude decir que no porque allí había mujeres muertas que se resistieron”.
Reuters no pudo verificar de forma independiente su historia, pero compartió un documento que mostraba que había registrado la agresión sexual con los médicos. Ella también planeaba llegar a los Estados Unidos para poder enviar dinero a su bebé y a su madre en Venezuela.