A poco más de dos semanas para las elecciones primarias argentinas, que en la práctica servirán de gran encuesta de cara a las presidenciales de octubre, los sondeos muestran un escenario en el que solo el peronista Alberto Fernández o el actual mandatario, Mauricio Macri, tienen opciones de ganar.
A un lado del “round”, y con una ventaja más o menos ajustada dependiendo de cada medición, se sitúa el sector del peronismo integrado por la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), que opta a la vicepresidencia, y en el otro la propuesta oficialista, cuya imagen remonta tras meses en caída por la crisis económica que vive el país desde 2018.
“La polarización ya es un hecho, por lo que la clave será cuántos votos de los indecisos y los partidos minoritarios pueden obtener Macri y Fernández en un balotaje (segunda vuelta)”, destaca en un informe la consultora Balanz, especializada en industria financiera.
El 11 de agosto, en las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, conocidas como PASO, quedarán habilitadas las listas que competirán en los comicios generales del 27 de octubre, en los que vencerá la que coseche más del 45% de votos o al menos el 40% y una diferencia mayor de 10 puntos respecto de la fórmula que le sigue.
Si no, el nuevo presidente para el periodo 2019-2023 saldrá de una segunda vuelta el 24 de noviembre, en la que participarán solamente las dos listas más votadas en la primera.
Como ninguna alianza decidió presentar más de una fórmula de candidatos a presidente y vicepresidente a las PASO de agosto, no existirá una competencia real en esa primera instancia y cada lista solo deberá superar el 1,5 de los sufragios para llegar a la primera vuelta.
A estas alturas de campaña, se da por hecho que el Frente de Todos de los Fernández; el Juntos Por el Cambio de Macri y su segundo -el peronista Miguel Ángel Pichetto- y el Consenso Federal 2030 del también peronista Roberto Lavagna y el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey -considerada la ‘tercera vía’-, pasarán la prueba sin inconvenientes.
La mayoría de los sondeos colocan en primer lugar a Alberto y Cristina Fernández, aunque a una distancia del oficialismo que se va achicando poco a poco, dejando muy por detrás a Lavagna y a los partidos ubicados a la derecha o a la izquierda, que en Argentina son minoritarios.
“Quienes encarnan esa pretendida polarización, gobernaron los últimos 12 años con resultados desastrosos: catastrófica recesión, desempleo, pobreza extendida, inflación inusitada y endeudamiento impagable”, dijo esta semana Lavagna, cuya principal baza es atraer a quienes no quieren “volver al pasado” ni seguir con un “presente frustrante”.
Por ejemplo, Management & Fit, M&F, una de las principales consultoras, destaca que si bien en mayo los Fernández aventajaban en nueve puntos a Macri-Pichetto, la brecha se achicó a solo tres en junio y a 1,7 a principios de julio (39,9 % frente al 38,2 % de los votos).
La relativa mejora de algunos indicadores -la actividad creció en mayo el 2,6 % interanual, primer dato positivo tras un año en recesión, la estabilidad lograda en el tipo de cambio y una desaceleración de la todavía elevada inflación en junio- es considerada uno de los factores clave en favor de Macri.
“Las PASO van a mostrar una foto y a partir de ahí yo creo que se va a polarizar más. El riesgo hoy de la elección es que están muy cerca del 45 % (que evitaría una segunda vuelta) cualquiera de los dos”, comenta a Efe Mariel Fornoni, socia de M&F, quien destaca que hoy el voto está muy decidido y apenas hay cinco puntos de indecisos.
Alberto Fernández pone en el centro de su discurso la complicada economía y la situación social, con un 32 % de pobreza, un desempleo del 10,1 % y la caída del consumo.
“Lo que está en debate son dos modelos de país: ese que desocupa a la gente, cierra empresas, genera pobreza y no contiene la inflación; o crear un país productivo, donde las pymes vuelvan a abrir las persianas y los trabajadores recuperen el trabajo”, dijo Fernández este viernes.
Mientras, el presidente hace hincapié en la esperanza de futuro que cree ha abierto su gestión e insiste en los peligros que supondría la vuelta al “pasado” que en su opinión representaría un triunfo del peronismo kirchnerista.
“Esta pequeña recuperación que estamos teniendo mes tras mes todavía no llegó a muchos, y se va a consolidar esa recuperación cuando despejemos una incertidumbre grande que hay en el mundo respecto a nosotros, y ustedes saben cuál es”, señalo Macri en una de las tantas inauguraciones de obras públicas que encabeza.
Y esa duda es, subrayó, si el país va a “volver atrás” o va a “terminar de cruzar el río y abrazar el futuro para siempre”.