La presidenta de Perú, Dina Boluarte, pidió este martes «una tregua nacional» y «entablar mesas de diálogo» para apaciguar las protestas en reclamo de su renuncia que se cobraron al menos 46 muertos en cinco semanas.
«Llamo a mi querida patria a una tregua nacional para poder entablar mesas de diálogo, para poder fijar la agenda por cada región y desarrollar nuestros pueblos», dijo al calificar de «violentos radicales y con agenda propia» a los manifestantes que relanzaron las protestas en el sur andino.
«No me voy a cansar de llamarlos al diálogo, la paz y la unidad», dijo Boluarte en una conferencia con la prensa extranjera en el Palacio de Gobierno en Lima.
El llamado a diálogo y tregua de la presidente peruana se produce cuando en Lima este martes se convocó otro día de movilizaciones aún más desafiantes que la de los últimos días con la anunciada llegada de nuevos contingentes a la capital.
Las protestas estallaron tras la destitución y detención del presidente izquierdista Pedro Castillo, el 7 de diciembre, cuando el gobernante intentó disolver el Parlamento -controlado por la derecha- cuando estaba a punto de sacarlo del poder por presunta corrupción.
Sin embargo tras reanudarse el 4 de enero, los reclamos principales se enfocaron en derechos sociales, la desigualdad y discriminación racial en zonas históricas olvidadas del Perú de mayoría indígena.
Boluarte reiteró varias veces su «perdón por los fallecidos» en estas protestas, al menos 46 directamente relacionados con las manifestaciones, las cuales se reanudaron el 4 de enero en el sur de Perú y que mantienen bloqueos en las principales rutas del país.
Además, Boluarte descartó una vez más su dimisión.
«Me iré cuando hayamos convocado a las elecciones generales (…) No tengo intención de quedarme en el poder·, dijo tajante, agregando que el Congreso «sin duda alguna» va a confirmar en febrero el adelanto de las elecciones, previstas para abril 2024.
«¿Mi renuncia resolvería la crisis y la violencia? ¿quién asumiría la presidencia de la República?», apuntó ante las preguntas de la prensa sobre su permanencia en el cargo.
Un golpe por conveniencia
Boluarte enfatizó que ocupa la presidencia por mandato constitucional y atribuyó la versión de que ella ha dado un golpe al expresidente Castillo, a una «narrativa de grupos de personas radicales basada en el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando», quienes según sostiene también estarían detrás de las protestas violentas.
«La única verdad, señores del mundo y del Perú, es que hubo un golpe de Estado el 7 de diciembre, un golpe de Estado fallido», dijo.
«La forma en qué salió Pedro Castillo es una forma de victimizarse para decir que se ha dado un golpe de Estado cuando él es autor de su propio golpe de Estado, y no salir por la presión de la 57 carpetas fiscales que tiene en su contra por actos de corrupción», apuntó Boluarte.
A Castillo «le convenía dar un autogolpe de Estado para victimizarse y mover todo este aparato paramilitar y no responder al Ministerio Público por los actos de corrupción por los que se les esta denunciando. Aquí no ninguna víctima señor Castillo, aquí hay un país que se esta desangrando producto de su irresponsabilidad», afirmó.
«Con la verdad» ante la OEA
Boluarte, quien participará vía virtual de una sesión ante la Organización de Estados Americanos (OEA) el miércoles, dijo que su intención es «informar la verdad».
«Mañana me presentaré ante la OEA para informar con la verdad, el Gobierno peruano y menos Dina Boluarte tienen algo que esconder, siempre he hablado con la verdad, mirando al frente a mis hermanos y hermanas, son 50 personas fallecidas en estos actos de protestas, me duele, como mujer, madre e hija, me duele», indicó.
Según las autoridades de Transportes el martes 85 piquetes tenían bloqueado el paso en carreteras de 9 de las 25 regiones peruanas que piden la dimisión de Boluarte.
En la región Ica, la policía buscaba con gases lacrimógenos desbloquear varios tramos de la Panamericana Sur que permanecen cerrados por decenas de pobladores.
Mientras, este martes se espera otra gran movilización en la capital, Lima, con la llegada de nuevas marchas y desafíos para la mandataria y su Ejecutivo. AFP