18 muertos y 63 heridos en avalancha provocada por migrantes que intentaban cruzar a España en Melilla

Melilla

La cifra fue dada a conocer por las autoridades de la provincia de Nador, contigua a la ciudad de Melilla, ubicada al norte de África. En el intento de cruce ilegal, unos 14 policías marroquíes sufrieron lesiones, así como 49 guardias civiles.

Al menos 18 fallecidos fue el saldo de una avalancha en un intento de entrada a Melilla, una ciudad autónoma española ubicada en el norte del continente africano. Las víctimas fueron aplastadas o sufrieron asfixia, mientras que otros perdieron la vida al caer de la valla fronteriza.

En el intento, que comenzó en horas de la mañana de este viernes, lograron cruzar al menos 133 personas. Con anterioridad, las autoridades españolas habían sido avisadas, por lo que se desplegaron unos 1.500 agentes marroquíes, quienes dispersaron en un primer momento la multitud.

A pesar de los esfuerzos para dispersar la muchedumbre, unos 500 migrantes lograron llegar a la valla.

Autoridades marroquíes resaltaron que “la colaboración de Rabat es total” y que aceptarán a todas las personas que las autoridades españolas devuelvan.

La mayoría de las personas que intentaron llegar a territorio español eran de origen subsahariano.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos de la provincia de Nador denunció la forma «inhumana» en la que se produjo la detención de los migrantes.

https://twitter.com/NadorAmdh/status/1540349400551247874?ref_src=twsrc%5Etfw

Este es el primer hecho de este tipo desde que el Gobierno español se inclinó por la propuesta de autonomía de Marruecos para el territorio saharahui en disputa, lo contrario a las aspiraciones de autodeterminación del Frente Polisario, quien domina la zona. Ese hito -que España se posicionara del lado marroquí- supuso un giro histórico en la política exterior del Ejecutivo del país mediterráneo.

Los ecos del suceso llegaron al Congreso, donde la bancada del conservador Partido Popular registró una iniciativa para que comparezca el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y explique” la llegada de un millar de migrantes de manera violenta y organizada”.

Esta es el mayor intento de entrada registrada desde el pasado mes de marzo, cuando cerca de 900 personas lograron entrar a Melilla en dos días. Madrid lo interpretó como una amenaza local, en el contexto del impasse de la crisis entre España y Marruecos, superada gracias al cambio de posición del Gobierno de Pedro Sánchez respecto a la autonomía del Sahara Occidental.

Una situación constante

Situada en el norte de África, la frontera de Melilla es una de las delimitaciones entre ese continente y Europa.

Hasta el año 2004, la mayoría de los intentos de entrada se realizaban en grupos pequeños o de manera individual. La primera entrada masiva ocurrió en agosto de ese año. El intento ocurrió de manera coordinada y simultánea, con el objetivo de sobrepasar a las fuerzas del orden españolas.

Al ver que daba más resultados asaltar la frontera de esa manera, ese tipo de estrategia se hizo recurrente.

En el año 2005, el Gobierno del progresista José Luis Rodríguez Zapatero instaló cercas con alambres de cuchillas, que fueron retiradas en el 2007 y reinsertadas bajo la Administración del derechista Mariano Rajoy seis años después.

La actual Administración las volvió a retirar, un compromiso que, según la prensa local, el titular de la cartera de Interior, Grande-Marlaska, había estado retrasando.

Desde el cierre fronterizo de 2020, la alerta por los cruces irregulares ha sido una constante en el lugar. Marroquíes consiguen acceder casi semanalmente, atravesando la valla en numerosos grupos de personas, aunque las cifras son menores a las registradas antes del inicio de la segunda década de los 2000.

Condena y preocupación por los derechos humanos

Organizaciones como Amnistía Internacional (IA) mostraron su preocupación por lo sucedido en la frontera.

En un comunicado, IA argumenta que recibió informaciones que indican que las autoridades españolas han llevado a cabo devoluciones en caliente. «Estas prácticas», subrayaron, «están prohibidas bajo el derecho internacional», ya que «impiden a posibles refugiados formular peticiones de protección internacional, y también impiden la detección de personas en situación de vulnerabilidad».

Más adelante la organización afirmó que “aunque los migrantes hayan podido actuar con violencia en su intento de entrada a Melilla, en el control de fronteras no todo vale».

Según AI, los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas deben ser respetados, haciendo un llamado para que una situación como la de hoy no se vuelva a repetir.

Con información de EFE y AFP

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