El estado de salud de Amaia Montero ha vuelto a hacer saltar las alarmas después de que haya trascendido que la cantante estuvo ingresada diez días en la UCI del hospital Beata María Ana de Madrid después de ser intervenida de un dedo. Afortunadamente, todo ha quedado en un susto y, tal y como asegura, Look, la intérprete de La oreja de Van Gogh ya está en casa, donde evoluciona favorablemente.
Al parecer, según apuntan desde Espejo Público, que desveló la noticia, Amaia atravesó un postoperatorio complicado por no haber seguido las directrices marcadas por el equipo médico. Su entorno más íntimo ha querido restarle importancia a lo sucedido asegurando que fue intervenida de un dedo pequeño, pero nada alarmante. «Está bien». Cuando se pensaba que la artista empezaba a salir del bache anímico en el que estaba sumida, un nuevo golpe la ha sacudido de lleno.
En octubre de 2022, la artista confesaba que se encontraba «destruida» en redes sociales tras publicar una imagen en blanco y negro que puso en alerta a muchos de sus seguidores por su aspecto cansado, expresión ausente y sin peinar ni maquillar. «Si la esperanza es lo último que muere y todavía no la he perdido, ¿de qué me sirve la vida?», escribía, además, la artista vasca de forma enigmática entre los múltiples comentarios que despertó la fotografía.
Dado el revuelo que desató aquel día, su hermana decidió intervenir en el programa de Susanna Griso para aclarar que Amaia no estaba pasando «por su mejor momento anímico y psicológico». Desde aquel día, no se volvió a saber nada de la célebre artista hasta unos meses después cuando El Español desveló la dura realidad que acompaña a la cantante.
El entorno de la artista desveló que no estaba sola, sino que en todo momento ha contado con el apoyo de su madre, Pilar Saldía, de su hermana Idoia y de su grupo de amigas. No así de su padre, fallecido en 2009 de cáncer y cuya pérdida –según afirmaron varios medios– sería la principal causante de su estado de tristeza. El trágico suceso coincidió con la disolución de La Oreja de Van Gogh, el grupo musical que lideraba la artista y cuya ruptura le obligó a iniciar su carrera en solitario.
Consciente del estado de José, la cantante llegó incluso a suspender la promoción de su primer disco por América para acompañarle en sus últimos días. Tras su fallecimiento, se mostró dispuesta a pasar el duelo, pero, parece no haber terminado de afrontarlo en todos estos años.
Desde que su hermana hablase en televisión en octubre de 2022, tendrían que volver a pasar varios meses para aclarar de forma definitiva el motivo que explicaba su situación. Al duelo arrastrado tras la pérdida, se le unió un fuerte cuadro de estrés y ansiedad derivado de los preparativos de su nuevo proyecto discográfico, previsto para que viese la luz a principios de 2023.
La artista se vio obligada a pasar varios meses ingresada en una clínica de Navarra en la que le recomendaron tranquilidad absoluta, reposo, silencio y desconexión. Ella, en su intento de salir del bache lo antes posible, acató las pautas recomendadas por los especialistas y desapareció por completo de la vida pública. De ahí, por ejemplo, que no volviese a publicar ninguna imagen desde aquella en la que aparecía visiblemente abatida, con aspecto bastante desmejorado y que terminó borrando.
Su silencio público se ha trasladado hasta el día de hoy. En su momento, su familia ya explicó que será ella misma quien hable de su estado de salud cuando se recupere, pero que, en ningún momento, se plantea conceder una entrevista para desvelar el oscuro presente en el que se halla. Tan solo la revista Semana fue capaz de romper ese anonimato elegido publicando unas fotografías de la cantante el día que abandonó la clínica. Con varias maletas y bolsas, Amaia Montero fue recibida en la puerta por su hermana Idoia, que acudió a recogerla.
Este nuevo revés tras haberse sometido a una operación quirúrgica en un dedo supone un nuevo varapalo para la artista. Su íntima amiga Cayetana Guillén Cuervo ha sido la única que ha hablado ante la prensa para calmar a sus seguidores y explicar: «Hace tres o cuatro días hablé con ella un rato muy largo y estaba superbién, estaba perfecta. Estuvimos hablando casi hora y media. Ahora llamaré a su hermano a ver qué ha pasado». El Debate