René de Residente pensó en el suicidio

Residente sacó una nueva canción donde habla de su depresión. El tema de la composición ha sido motivo de polémica.

El mundo estaba esperando el nuevo disco de Bad Bunny cuando una bomba lírica cayó en el panorama. “René” de Residente salió el jueves 27 de febrero con una nueva canción del vocalista y compositor de Calle 13 en la que se refiere a su depresión y a lo difícil que es vivir en el mundo de la música.

La canción comienza con la voz de una madre que trata de enseñarle las partes del cuerpo a un pequeño René con un coro que dice “cabeza, rodilla, muslos y cadera”. Con ese estribillo comienza la canción en la que Residente va contando cuál era su sueño: jugar béisbol. Así, poco a poco nos va metiendo en la actualidad del cantante: estrés y una depresión que no lo deja tranquilo. La voz tiene un tono triste durante toda la canción y la melodía genera una gran sensación de nostalgia.

Residente cuenta desde el asesinato, por parte de la policía, de su mejor amigo de la infancia, hasta los problemas económicos de su familia y la vida con un padrastro, mientras habla de los sacrificios de su madre para mantener a flote a una familia de clase media en el viejo San Juan de Puerto Rico.

La canción es un llamado de auxilio de Residente que, al momento de lanzarla, explicó que comenzó a escribirla después de haber evitado el suicidio en un hotel en México antes de un concierto, de hecho, en ella dice “el concierto está full, pero yo estoy vacío” expresando lo mal que se encontraba antes de salir a cantar.

El mundo de la música es complicado. Los artistas viven rodeados de mucha gente extraña que están ahí por razones que ellos no pueden controlar. Muchos sufren el estrés de mantenerse, de seguir con sus principios y de estar acompañados, por eso es importante tener gente que los aprecie y los ayude a su lado, pero no son los únicos que viven esto. La depresión es uno de los problemas de salud pública más importantes de nuestra sociedad. Miles mueren por esto, por falta de atención y porque pierden el sentido de vivir lo que los lleva a tomar una de las decisiones más drásticas que cualquier ser humano pueda tomar: el suicidio.

Residente terminó tomando una buena opción: contar su historia con su arte. Otros reprimen la depresión y o se dejan llevar por adicciones; otros se retiran y otros mueren. Residente optó por algo sano.

El artista y la obra

Residente no es muy querido en Venezuela por sus inclinaciones políticas. Por más que en el 2017 criticó a Maduro, su apoyo a Chávez y, más recientemente, a Bernie Sanders, ha sido satanizado en la opinión pública nacional.
Las criticas van desde que pregona el comunismo en sus canciones, hasta que sigue siendo financiado por el chavismo, pero hay algo que la gente debería entender: la obra de un artista no puede estar sujeta a sus opiniones. Es innegable que Residente tiene un talento que ha utilizado para darnos grandes canciones como “Latinoamérica” o “Muerte en Hawaii” y sus posiciones no dañan el trabajo que hay en ellas.

Lo mismo sucede con otros personajes en muchos aspectos. ¿Es acaso Guardiola peor entrenador por su posición sobre el conflicto catalán? No, sus títulos y su trabajo lo demuestran. ¿Es acaso Polanski un mal director de cine por las acusaciones en su contra? No, una cosa no tiene nada que ver con la otra y es necesario que, como personas pensantes, diferenciemos el trabajo del artista.

Cada cabeza es un mundo, todos cometemos errores. Algunos de esos errores dañan la vida de muchísima gente y quedan marcados en la historia. Otros, solo escogen una postura equivocada sobre un tema, pero en ambos casos su trabajo es un ente independiente que hay que apreciar como lo que fue, una obra.

Daniel Limogi / Informe 21