Mientras 2022 llega a su fin, los tres principales índices de Wall Street registraron el 30 de diciembre, el último día de negociaciones de este año, su primera caída anual desde 2018. Además, se trata del mayor descenso anual desde la crisis financiera de 2008, informa Reuters. El S&P 500 se hundió un 19,44 % y el Nasdaq sufrió una caída del 33,10 %, mientras que el Promedio Industrial Dow Jones tuvo un mejor comportamiento y cayó solo un 8,78 %.
A lo largo del año, los índices cayeron consecutivamente durante tres trimestres, pero el Dow Jones y el S&P 500 consiguieron finalmente subir en los tres últimos meses del año. El Nasdaq, sin embargo, arrastrado por los malos resultados de las empresas tecnológicas como Apple, Tesla y Microsoft, mantuvo la tendencia negativa, indica CNBC.
Varios factores han contribuido a este resultado. Uno de ellos es el ritmo más rápido de subidas de tipos de la Reserva Federal desde los años ochenta, destinado a contener la peor inflación en décadas. Con ello se puso fin a una era de bajos tipos de interés que abarató el endeudamiento y animó a los inversores a asumir riesgos colocando su dinero en acciones de empresas tecnológicas, criptodivisas y en mercados de deuda, a la caza de lucrativos rendimientos, afirma The New York Times.
Según Sam Stovall, estratega jefe de inversiones de CFRA, citado por Reuters, la situación se debe también a la actual interrupción de las cadenas de suministro que comenzó en 2020. Además, nombró indicadores económicos que apuntan a una recesión y tensiones geopolíticas, como el conflicto en Ucrania y las tensas relaciones con Taiwán, así como el aumento de los casos de covid-19 en China.
En cuanto a las perspectivas para el 2023, el pronóstico medio de 22 analistas consultados por Bloomberg indica que el S&P 500 podría cerrar el próximo año aproximadamente un 7 % por encima de los niveles actuales. Las previsiones más optimistas apuntan a un aumento del 24 %, mientras que las más pesimistas prevén una caída del 11 %.