Petrolera estadounidense SLB se dispone a reanudar su actividad en Venezuela

La mayor empresa de servicios petrolíferos del mundo, SLB, anteriormente conocida como Schlumberger, está planeando un rápido regreso a los campos petroleros de Venezuela tras el levantamiento temporal de las sanciones impuestas por EEUU a la industria petrolera del país, dijo este viernes su director ejecutivo.

De acuerdo con la agencia Reuters, SLB es una de las pocas empresas de servicios a yacimientos petroleros con equipos de perforación y equipos especializados en Venezuela, lo que podría acelerar cualquier nuevo contrato con la petrolera estatal PDVSA o sus empresas conjuntas.

SLB, junto con Baker Hughes, Halliburton y Weatherford, había obtenido licencias que les permitían mantener una presencia limitada en Venezuela, pero restringían sus actividades, especialmente con PDVSA.

Mientras tanto, una fuente cercana a PetroChina afirmó el 19 de octubre que la empresa estatal se está preparando para volver al mercado de la importación y el comercio de crudo y fuel oil venezolano.

Por su parte, PDVSA ha comenzado a contactar clientes con contrato de suministro de crudo tras el levantamiento temporal de las sanciones de EEUU, dijeron ayer jueves dos personas familiarizadas con el asunto a la agencia Reuters.

La reanudación de SLB no garantiza un aumento de la producción

Sin embargo, no se espera que Venezuela pueda aumentar significativamente su producción en los próximos seis meses, ya que sólo cuenta con una plataforma de perforación activa, frente a las más de 80 de 2014.

Una opinión parecida es la que describe Adrián Lara, analista principal de investigación del sector Upstream Oil and Gas para América Latina de Wood Mackenzie:

«Aunque todavía condicionada a una renovación posterior, esta nueva flexibilización de las sanciones puede considerarse sin duda un paso positivo hacia la recuperación del sector del petróleo y el gas de Venezuela».

«No obstante, no garantiza una recuperación rápida o permanente de la producción, dadas las inversiones necesarias para hacer frente a las reparaciones y cuellos de botella de las infraestructuras actuales.»

«Por ahora no esperamos un impacto importante en los mercados petroleros internacionales. El impacto en la producción actual de petróleo y gas será limitado durante el próximo año.», agregó Lara.

Las sanciones temporalmente levantadas se traducen en una nueva licencia de seis meses que autoriza las transacciones en el sector petrolero y gasístico del país.

La licencia sólo se renovará si Venezuela puede cumplir los compromisos que conduzcan a una votación justa en las elecciones presidenciales del próximo año.

El Gobierno de EEUU también modificó otras dos licencias para eliminar la prohibición de negociar en el mercado secundario determinados bonos soberanos venezolanos y deuda y acciones de PDVSA. No obstante, se mantiene la prohibición de negociar en el mercado primario de bonos venezolanos.

Lara añadió: «el Gobierno de Venezuela puede, en efecto, beneficiarse de este levantamiento de las sanciones y aumentar sus ingresos relacionados con el petróleo para paliar sus dificultades económicas».

«En cuanto a sus compromisos para gestionar positivamente el proceso democrático del país, queda por ver cómo evaluará la situación el gobierno de EEUU al cabo de seis meses y si prevalece la flexibilización de las sanciones.»

Según Wood Mackenzie, Chevron sigue siendo el operador que lidera el crecimiento de la producción en el país, con una capacidad excedentaria actual estimada en más de 230 mil barriles de petróleo diarios.

La empresa podrá ahora aumentar el uso de proveedores de servicios de petróleo y gas, lo que puede conducir a un aumento de sus objetivos de producción. De ahí el interés de SLB en reanudar rapidamente sus actividades en el país.

Si Venezuela consigue extender el levantamiento de las sanciones durante más tiempo, podríamos comenzar a hablar de que las actividades del SLB se convertirán en un elemento clave para aumentar la producción e incluso podrían suponer una amenaza para los países emergentes en el sector upstream, como Guyana.

A largo plazo, podría hasta provocar una disminución de las exportaciones de crudo de países como Colombia o Ecuador hacia Estados Unidos, ya que este último solía ser un gran importador del crudo venezolano.

Queda por ver si el gobierno de Venezuela quiere volver a esas raíces o sigue prefiriendo el mercado chino, que es actualmente el principal importador del crudo venezolano. Aunque claro, el mercado estadounidense puede ser más beneficioso por su cercanía.