Messi en su regreso a la «albiceleste» no pudo con la Vinotinto

amistoso vinotinto argentina

Hoy viernes el Wanda Metropolitano de Madrid se convirtió en un coliseo, donde un gladiador se erigió para trazar el camino, y un zarpazo de pies negros derrumbó a pedazos una muralla argentina, los guerreros de Dudamel pasaron la aplanadora 3-1 frente al ‘albiceleste’ con el regreso de Lionel Messi después de ocho meses.

Si la transición hacia la gloria comienza con este triunfo, lo firmo desde ya… Los ojos se posaban en el regreso triunfal del ‘Messi-as’ albiceleste, pero en las gradas, la emoción vestía un intenso color vinotinto, nada podía salir mal.

“No se me da” decía el astro del Barcelona, y su palabra se volvió verdad, Salomón Rondón puso la primera puntada para coser la frase con un gol de killer.

El del Newcastle controló un balón que venía de espaldas, como si con ojos en la nuca lo hubiese visto venir; durmió la bocha con la punta del pie, y consolidó la liana con un zapatazo que echó candela desde que salió de sus botas hasta que se posó en la red.

Nadie dijo que sería fácil encaminar un triunfo, y más cuando el mejor jugador del mundo juega en la acera contraria, pero cuando tienes también, al mejor portero de Sudamérica, las puertas de cualquier arquería se cierran con un candado ‘multilock’.

Messi lo intentó, pero Wuilker Fariñez no le tuvo miedo.

Volviendo a los zapatazos y la candela…

Jugando Caribe: Se acercaba el ecuador de la primera parte cuando John Murillo aprovechó un error defensivo del cuadro celeste y blanco desde la banda izquierda, el rapidísimo volante metió quinta, enganchó hacia el medio, y desde el borde del área, soltó un latigazo que dejó a Franco Armani sin esperanzas de llegar, la número cinco llevaba dinamita en su destino a la red.

 

Las segundas partes suelen ser turbulentas

Como un depredador, Messi esperó el momento para atacar a su presa, y tras un descuido en la zaga borravina, el 10 aprovechó los espacios en una contra para conseguir a Lautaro Martínez, quien anticipó correctamente a Fariñez para batirlo con un remate de primera.

 

Los guerreros criollos no dejaron de presionar, la victoria siempre estuvo entre ceja y ceja, y Rafael Dudamel dio una clase de estrategia con sus movimientos sobre el campo.

Dos ingresos fundamentales que refrescaron la cara al equipo: Yeferson Soteldo y Josef Martínez, ambos serían protagonistas en la consolidación de el triunfo venezolano.

Una asociación entre el duo de cambios originó la jugada que ahogaría las esperanzas patagónicas en las frías aguas del río Manzanares, un penal que ni “mano de Maradona” podía salvar.

“Un canguro también gana guerras” y con su estilo peculiar de convertir penales, Martínez dejó boquiabiertos a los espectadores con un verdadero golazo.